Solidaridad y recogimiento

Solidaridad y recogimiento

Los habitantes de Copenhague estaban conmocionados y querían expresar su solidaridad tras dos ataques mortíferos perpetrados por un hombre, símbolos del odio que siente una franja extremista contra la libertad de expresión y los judíos. “Es terrible, la tomaron con el mundo libre. Por suerte hoy hay muchos policías”, dice Jörgen Johanssen, de 84 años, mientras avanza lentamente por las calles de la capital danesa, más tranquilas que en un domingo corriente.

Muchas personas se abrazan, con lágrimas en los ojos, ante la sinagoga, un imponente edificio amarillo protegido por rejas, en el centro de la ciudad. No quieren hablar con los numerosos periodistas y dejan flores, velas o firman un libro de visitas.

“Nos sentimos menos seguros, sobre todo la comunidad judía. Vine por solidaridad. Todo el mundo la emprende contra los judíos y aquí se les atacó mientras celebraban un Bar Mitzvah (confirmación judía)”, lamenta Liebecke, de 65 años, que acudió al lugar. Kristian y Camilla, de 44 años, explican que no quisieron renunciar a un paseo dominical con sus hijos. “Vivimos aquí, en el centro, y no teníamos intención de cambiar nuestro programa. Pero con lo que pasó, está claro que ahora somos conscientes de que nos puede afectar a todos”.

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