Siempre carismática y con ganas de cuidar el nivel artístico de cada nuevo espectáculo, Soledad sigue siendo un “huracán” agitado.
Ella suma ya dos décadas de trayectoria y su reconocimiento ha superado cualquier expectativa, pero no por eso Soledad espera sentarse en los laureles del éxito.
Quiere seguir avanzando con una actitud más madura con respecto a la música, a la fama, a la relación entre ella y el público, sin perder esa inagotable energía juvenil que la caracterizó desde que comenzó a agitar ponchos en Cosquín, cuando apenas tenía 16 años.
"La Sole" no se queda quieta un segundo y está preparando amplificar sus horizontes este año con los ojos puestos en España, país al que volverá por segunda vez, con el extra de actuar también en Londres y Dublin.
Pero antes, en el imponente Frank Romero Day, ella protagonizará el cruce de su voz con la Filarmónica de Mendoza, presentando esta noche un repertorio de lo más cautivante, con clásicos como el chamamé Merceditas, las chacareras Cuando me abandone el alma, Dejame que me vaya y la Zamba para olvidar.
También habrá homenaje regional con versiones sinfónicas de Cochero e' plaza (el clásico de Hilario Cuadros) y Amémonos, de Antonio Tormo: una colección con arreglos compuestos por su director musical, Bruno Orgaz. En el teatro griego, además de la orquesta, la acompañará un puñado de músicos mendocinos y el mismo Orgaz en el piano.
–Ya habías ofrecido un espectáculo con un ensamble sinfónico. ¿Cómo fue la experiencia con la orquesta de Salta?
–Con la de Salta fue con menos canciones y los arreglos ya estaban hechos por el director. No hubo mucho ensayo, cosa que ahora quería que fuera distinto con el repertorio en Mendoza.
También tuve una experiencia en el Colón y en un homenaje a Violeta Parra. Me sentí muy orgullosa cuando terminó el primer ensayo en el Independencia, porque se me acercaron unos músicos y me dijeron que les habían gustado los arreglos que hizo Bruno, un joven y talentoso músico.
–En el show que has venido presentando este verano se ha notado una renovación sustanciosa. ¿Hay cambios en tu formación?
–Sí, se han ido, en diferencia de meses, dos miembros históricos de la banda: Pedrito Pacheco y Jorge Laucha Calcaterra. Y se renovó todo. Además, nuestro actual director musical, Bruno Orgaz, arrancó por accidente. Y nunca mejor dicho, porque cuando tuvimos el accidente con el micro (N. de la R.: en mayo de 2015, el colectivo que la trasladaba chocó contra un camión), mi director anterior decidió no seguir viajando. Él cambió todo. Se ensaya más. Es más musical.
–¿Volvés a España?
–Hace dos años tocamos en Estados Unidos y España. Hace un tiempo que le vengo diciendo a mi mánager que en Argentina yo toqué el cielo con las manos, pero sé que con los años hay una llama que se va ir apagando, o a lo mejor se enciende otra. No lo sé. Porque es un terreno desconocido.
La primera vez que fuimos a España viajamos dos músicos y yo. Hicimos allá salas con 600 butacas. En una de ellas llenamos rápido y se propuso hacer una función doble, pero no se pudo. Y con esa experiencia decidimos que vamos a seguir sembrando, ahora serán diez conciertos en España, más uno en Londres y otro en Dublín.
En esta gira vamos a ir diez músicos. Hay un dato curioso. Unos fans de Israel que van a hacer el viaje especialmente a España para verme cantar. Yo conocí Israel cuando rodé una tira con Cris Morena, Rincón de Luz, y allí se vino al país a vivir una seguidora de la tira, que se mudó a alquilar muy cerca de mi casa. Ellos son unos fanáticos fieles.
–¿Cómo te convocaron para grabar el disco de Sandro?
–Cuando comencé a grabar el dueto de Sandro, Sony estaba haciendo este tipo de proyectos en el mundo. Primero grabé para el disco de Rocío Durcal, allí canté Sombras nada más, lanzado diez años después de su fallecimiento. Ahora con Sandro me ha tocado cantar, Cómo te diré. Este álbum me encanta, para mí Sandro merece este tipo de homenajes.
Tengamos en cuenta que él fue el primer artista latinoamericano que cantó en el Madison Square Garden y en el Carnegie Hall. Este proyecto me halaga mucho. Tuve la oportunidad de intercambiar palabras con él, cuando hice los primeros Gran Rex. Estaba programado tener diez funciones y terminé con treinta.
Recuerdo que algunos medios generaron una polémica de pasillos sobre la convocatoria de cada uno. Y él fue un caballero: me mandó un ramo de flores. Fue muy lindo.
–Imposible imaginarse en esos momentos que ibas a grabar una canción a dúo en el futuro, ¿no?
–Imposible. Ni en mis sueños. Cuando iba al quinto año del Secundario yo tenía una maestra muy “fana” de Sandro. Para entretenerla, para tener una hora libre, yo imitaba a Sandro y le cantaba Rosa, Rosa. ¡Qué loco que con los años, terminaría grabando un disco a dúo con Sandro!
Tiempos digitales
Soledad, unas horas después del segundo ensayo en el Independencia, ella compartió en su cuenta de Twitter la canción, Cómo te diré, del disco disponible desde el 23 de febrero en Spotify.
–¿Cómo te llevás en esta transición de disponer ahora de la música digital y la física?
–Siento que todo ahora se impone hacia el formato digital. Cuando apareció esta opción fue muy difícil para la industria de la música porque no estaba regularizado nada legalmente, cualquiera se bajaba música gratis.
Entiendo que para la gente esto puede ser un privilegio, pero por otro lado, hay que saber que hay una industria, que hay compositores, intérpretes, sonidistas, instrumentistas, que dependen a veces de esa sola opción laboral.
–¿Qué te parecen las plataformas como Apple Music y Spotify?
–Creo que Spotify es el mejor invento de los últimos años. Antes, cuando me movía para las giras, me llevaba una pila de discos, un discman pesado colgado al cuello y pensaba que alguien ojalá pudiera inventar otra forma de acompañarse con música que no sea tan incómoda. Con Spotify uno elige la canción que quiere y la escucha cuando quiere.
En esa época tenías que esperar que la canción que te gustaba en ese momento la pasaran solamente en la radio o en todo caso comprarte el cd. No creo que este sistema le quite valor a la música, pero a su vez, quienes lo manejan, sean más justos con las selecciones.
Lo que veo por ahí que hacen por ahí un playlist de los éxitos argentinos, pero cuando ves la lista, no hay argentinos y cuando te das cuenta que Abel Pintos o Luciano Pereyra, que llenan festivales, están ausentes, me parece injusto. Lo que tiene de bueno Spotify es que es música que se paga, hay una remuneración a la gente que trabaja en la música, eso me parece genial. Eso va a hacer la revolución de la música, se va ir pareciendo a lo que pasa ahora con YouTube.
Gustos personales
Tranquila tras su ensayo con la Filarmónica, la Sole se permitió develar algunas cosas que tienen que ver con sus gustos personales.
–¿Qué nunca te tiene que faltar cuando armás el equipaje de giras?
–Con mi hermana tenemos una diferencia; ella prácticamente se muda cada vez que sale de viaje. En mi caso, yo siempre fui lo opuesto. Si me falta algo, lo voy a conseguir durante la travesía. No me hago drama.
Lo que no falla, obviamente, es la ropa. Tengo hasta un neceser siempre a mano. Odio hacer la valija. Eso sí, nunca se me tiene que olvidar el celular. En él tengo mi música, mis listas de los shows, uso mucho el GPS, tengo mis clases de canto. Igual, lo perdí muchas veces. En Miami perdí uno y estuve un mes esperando, pero me lo mandaron.
–¿Te gustan las redes sociales?
–Me encantan. Para mí es una vinculación directa con el público. Me divierte poder publicar algo sin intermediarios. Hay que saber interpretar las lecturas de la gente. La gente puede ser cruel y también quererte. Por eso, a veces me preocupa ni ser ni muy muy, ni tan tan. Si una foto se te llena de “likes” no significa que sos más exitoso.
La ficha
Primera repetición de la Fiesta Nacional de la Vendimia
Actúan: Juan Carlos Baglietto y Jairo. Soledad y la Orquesta Filarmónica de Mendoza y Dúo Palma-Sandoval.
Día y hora: domingo 4 de marzo, después del show escénico.
Lugar: Teatro Griego Frank Romero Day (Parque General San Martín).
Entradas: $ 100. Hoy, en boleterías del Hipódromo (Montes de Oca 1055, de Godoy Cruz), de 9 a 16. Desde el sábado 3 al lunes 5 de marzo, en el
Teatro Independencia (Chile y Espejo), de 9 a 19.