La economía del mundo ya no está regida por los consumidores de Estados Unidos, ni la Unión Europea de Naciones, ni siquiera los dos mercados juntos. El que manda ahora es China. China tiene 1.300 millones de habitantes. No voy a dar los nombres porque temo ocupar varias hojas de este diario.
China es un país milenario que tiene algunas particularidades, yo diría muy particulares. Su población constituye un quinto de la población mundial y 32 veces nuestro país. Un chino se compró un auto y se lo comunicó a otro chino:
–Me complé un auto.
–¿Qué malca?
–Un alfa.
–¿Lomeo?
–Lo llegás a meal y te mato.
En China no se ha descubierto la ictericia, todavía. En China los referís no usan tarjeta amarilla: muestran la mano a los jugadores, nomás. Cuando en China un semáforo se pone amarillo es que pueden cruzar los peatones. La producción hijícola china, si bien está acotada por el gobierno, sigue creciendo. Y claro, para cualquier país hacer negocios con China es algo realmente importante. No es lo mismo vender carne a Samoa Occidental, que tiene 200 mil habitantes, que venderle a China que tiene 1.300 palos de tipos.
Nosotros siempre hemos tenido respeto a los chinos aunque debemos reconocer que cuando un chino se pone a hablar de cosas íntimas es un “co-chino”. En su momento fue muy importante en el panorama político y cultural de la Argentina. Ahí está el Chino Darín y la China Zorrilla que, a pesar de ser uruguaya, estuvo mucho tiempo metida en el territorio de nuestro país y en su corazón también. El gaucho argentino le ha hecho miles de canciones a la China, como aquella que dice: “Me dice que estoy borracho / pucha que china más loca / la culpa la tiene el vino / yo sólo puse la boca”.
Por supuesto el producto más solicitado es la soja. A los chinos les encanta la soja y la usan como alimento del humano, como alimento de los animales, como comida especial, como aceite, como sustancia bebible y como proyectil en los casamientos.
Esto ha cambiado la fisonomía del país. Antes, cuando uno transitaba por la Pampa Húmeda podía ver plantaciones de maíz, avena, centeno, cebada, trigo, girasol.
Ahora sólo ve soja; por todos lados soja; hasta en las banquinas de los caminos plantan soja.
La soja es una especie de la familia de las leguminosas (Fabaceae) cultivada por sus semillas, de medio contenido en aceite y alto de proteína. El grano de soja y sus subproductos (harina de soja, principalmente) se utilizan humanamente y como alimento de los diferentes tipos de ganado. Esta especie es originaria de China y proviene originariamente del Japón. Se comercializa en todo el mundo, debido a sus múltiples usos.
El cultivo de la soja está ampliamente difundido a lo largo del planeta. Los cuatro países con mayor producción de soja son: Estados Unidos, Brasil, Argentina y China. China es el principal consumidor de soja a nivel mundial destinándola a alimentación de pollos y cerdos.
La soja se ha transformado en un símbolo de nuestra producción agraria de forma tal que algunos propugnan que se incluya a la soja en el escudo nacional. Tenemos que estar preparados porque ustedes saben que a los mercados les interesa la guita y la guita para ellos no tiene nacionalidad.
Se está hablando de una posible disminución de la compra de soja por parte de los chinos. Loco, es como para tomar represalias. Yo propongo que no usemos más tinta china, que no comamos más comida china y que no juguemos más a los palitos chinos. ¿Qué hacemos si eso ocurre con la soja, ah? ¿En dónde nos metemos la soja? ¿Cómo dice?... Sí, lo escuché, pero no me animo a escribirlo en este diario.