Hasta la fecha ninguna pareja de los círculos de las casas reales europeas había levantado más polémica que la formada por el príncipe Carlos Felipe de Suecia, el Duque de Värmland y su novia de pasado stripper, Sofía Hellqvist.
Ahora, en contra de todos los pronósticos, los que todos consideraban un caprichito de verano del codiciado Carlitos, más de una mandíbula ha quedado por el piso al conocerse el viernes un comunicado oficial que ha anunciado el compromiso del hermano de la princesa Victoria, heredera al trono, con la polémica morocha con la que tiene una relación desde 2009.
El mismo príncipe así lo ha dado a conocer: "Sofía ha dicho que sí a la pregunta de si quiere pasar conmigo el resto de su vida. Es un día muy feliz para Sofía y para mí".
Es que tanto para la familia real como para la sociedad sueca le viene resultado muy difícil aceptar que su adorado soltero se case con Sofía, quien trabajó como camarera en un club nocturno cuando conoció al príncipe.
Antes, ella había sido modelo, posó semidesnuda para la revista Slitz, participó en el eroticón reality "Paradise Hotel" y en Estados Unidos trabajó como bailarina erótica en La Vegas junto a la "reina del porno" Jenna Jameson.
