Su cara les suena. Aunque nació en Buenos Aires, desde los seis años ella es mendocina. Aquí estudió, aquí empezó a incursionar en el periodismo y aquí, según nos dice, ha echado raíces.
En pocos años, Sofía Gainza (33) ha sumado mucha experiencia y, admite, aún le cuesta creer que la gente la reconozca por las calles y la salude: "Nunca hay que perder el contacto con la gente", asegura.
Desde hace casi tres años, es una de las caras de la Edición Central de Noticias de Canal 9 Televida. Junto a Vanina Vitale, son las voces femeninas del ciclo. Ahí ella se muestra seria y descontracturada, analítica y multifacética. Y aunque la pantalla la conozca muy bien, fuera de ella no es más que "una chica común", confesará en esta entrevista con Estilo.
Pero antes del mano a mano, habrá que recordar cómo llegó hasta aquí: aunque se formó y egresó como comunicadora social en la UNCuyo (donde fue medalla de oro de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, un dato 'ñoño' que agrega con cierto pudor y orgullo), conoció el periodismo en el último año de la secundaria, gracias a una pasantía.
Con apenas 18 años, había tomado la producción del primer programa local de la Rock&Pop, y luego siguió en Radio Universidad. Trabajó en comunicación institucional en un estudio; manejó contenidos digitales para el rubro olivícola; trabajó para "Proyecto Celuloide" -creado por Sergio Sánchez- e incluso hizo un noticiario digital, en el diario Vox Populi.
"El problema no era que no me gustara nada: ¡era que me gustaba todo!", recuerda riendo Sofía. Y lo que acaba de decir se comprueba porque, cuando llegó a la tevé, lo hizo en el magazine de sociales "Estricta" (El Siete), donde estuvo casi tres años. Poco después tuvo la oportunidad de saltar a la pantalla de Señal U conduciendo su noticiero. Así se acercó a su meta: "Mi objetivo siempre fue llegar al periodismo de noticias".
“Fui probando, pero lo que sí tenía en claro es que quería estar en un noticiero. Quería informar a la gente, tocar temas urticantes, meterme en investigaciones. Estaba convencida de ir por ese lado. Todavía no me llegaba la posibilidad, hasta que la universidad abrió su canal y quedé en el casting. Ahí tuve la posibilidad de empezar a incursionar en el espacio de noticias, y también surgió la posibilidad en 2015 de moderar el primer debate con los candidatos a gobernador: Alfredo Cornejo, Adolfo Bermejo y Noelia Barbeito”, recuerda.
–¿Fue una experiencia bisagra?
–Sí, porque son roles que se los dan a personas que tienen muchos años de trayectoria. Me preguntaron si me animaba y dije que sí. Es una característica mía: si me preguntás si me animo a algo, vamos para adelante, te voy a decir. Fue increíble: era estar coordinando en la Nave Universitaria con todos los militantes de cada partido, moderando eso a través de una transmisión en vivo, por lo que tenés que hacerlo también televisivo... Creo que es uno de los desafíos más grandes que he enfrentado hasta ahora.
–¿Y creés que te dio un cierto reconocimiento en el medio?
–No sé si un reconocimiento, pero por lo menos empecé a mostrar que podía hacer otra cosa. Empecé a mostrar otra faceta mía. Después de eso, de hecho, sale lo de Canal 9. En ese entonces estaban buscando una voz femenina para la Edición Central.
"Siempre, mientras personas de distintos orígenes, con distintas experiencias, distintas vivencias se crucen en una misma mesa, más rica va a ser la experiencia y más rico lo que se analiza y lo que se brinda como información", explica.
–¿Qué es el periodismo para vos?
–Me sale decirte que es mi vida. Y es cierto: desde que me levanto hasta que me acuesto, estoy pensando en cuestiones informativas, en casos judiciales, en la coyuntura, en lo que nos atraviesa: política, económica y socialmente hablando. El periodismo no es solo la labor que realizo día a día, es mi vocación y una forma de vivir, no solo de mirar la realidad. Porque uno mira ya desde un punto de vista periodístico.
–Más allá de ese debate, ¿cuál ha sido la cobertura más desafiante que has tenido?
–El debate por la despenalización del aborto en el Senado de la Nación. Viajé para hacer la transmisión desde allá. No sé si el término sería “difícil”.
Lo analizaría desde un punto de vista de su magnitud, no solo por el tema en sí mismo, sino por el impacto que tuvo en la sociedad, por la movilización de gente que significó, por reflejar lo que pasaba dentro y fuera del Congreso y, además, sentirme con la responsabilidad de comunicarlo fehacientemente.
–¿Te ves volviendo a otros formatos, como el entretenimiento?
–“Nunca digas nunca”. Así como si me preguntan si me animo a algo y yo siempre quiero probar e ir para adelante, nunca cierro las puertas a nada.
–¿Cómo es un día en tu vida?
–Me levanto a eso las 9.30. Voy a quedar medio vaga, pero es así (ríe). Es que mi rutina laboral se da desde la tarde hasta la noche. Entonces leo más de un diario (provincial, nacional e internacional), hago zapping, mientras hago tareas domésticas. Salgo a trabajar y llego a mi casa como a las 11, cuando no tengo que estar en la Edición Medianoche.
La mañana es el momento de estar con mi marido, tomar unos mates, charlar con él, intercambiar opiniones sobre los temas que se están moviendo (él es psicólogo). Algunas veces salgo a correr. Siempre he sido bastante deportista: es un cable a tierra para desestresarse.
–Sos una chica común...
–¡Claro! Es más, cuando no estoy trabajando, me vas a ver en zapatillas, calza y remera…
–Cuando no estás en la pantalla, ¿dónde es probable que te encuentre la gente?
–Corriendo en el Parque. Caminando por el Centro. Tomando algo con amigas a la nochecita. O en la verdulería o el almacén del barrio, donde la gente suele comentarme sobre sus preocupaciones.
–¿Te ves en un futuro saltando a la pantalla nacional?
–No es que no me vea, es que no es a lo que aspiro: yo aspiro a hacer carrera acá en Mendoza. Quiero proyectar mi vida acá. Me encanta lo que estoy haciendo laboralmente, quiero seguir creciendo en esto. Eché raíces: tengo mi marido, mis amigos...
–¿... tus hijos?
–¡No! (risas).
–¿Te interesa la maternidad?
–Sí, pero no por ahora. Por ahora estoy muy avocada al periodismo. Después de que empecé a laburar, a los 18 años, y de incursionar en los distintos campos vinculados a la comunicación, ahora tengo 33 y recién ahora siento que estoy empezando a escarbar en lo que más me gusta. Toda mi energía va ahí.
