Los equipos brasileños de la década del ‘80 tuvieron siempre jugadores de gran nivel, pero fueron los verdaderos campeones sin corona.
Por una u otra circunstancia, el título se les negó. Entre los grandes jugadores que la verdeamarelha llevó a México ‘86 se encontraba Sócrates, un personaje que trascendió los límites de una cancha. Su nombre completo era Sócrates Brasileiro Sampaio de Souza Vieira de Oliviera.
Volante de 191 centímetros que combinaba una elegancia infinita con la realización de lo imposible.
Dicen que su padre era fanático de los filósofos griegos, hasta tal punto que le puso el nombre del famoso pensador que dejaría una frase para la posteridad: “solo sé que no sé nada”.
Ese idilio por la filosofía le llevaría a su padre a nombrar a sus otros dos hijos Sófocles y Sóstenes.Solo los mundiales del ‘82 y del ‘86 ayudaron al enamorado del balón a contemplar la minuciosa delicadeza con la que actuaba Sócrates.
Tenía la particularidad de calzar 37. Conocido como “El Doctor”, dotaba de una pausa al juego en el momento que su equipo lo necesitaba y realizaba el último pase que definía los partidos.
Muchos lo recuerdan como un un rebelde sin causa que luchó contra la pobreza en Brasil, donde se alzaba como referente para el estamento social más pobre.
“Si la gente no tiene el poder de decir las cosas, entonces yo las digo por ellos. Si yo estuviera del otro lado, no del lado de la gente, no habría nadie que escuchara mis opiniones”, aseguró en medio de la lucha del pueblo brasileño por la vuelta de la democracia en 1981. Al año siguiente el Corinthians (su equipo) llegó a la final Paulista, con una situación extrema. Sócrates se estaba haciendo una leyenda.
Arengados por el Doctor, los jugadores salieron a la cancha con una bandera que rezaba: “Ganar o perder, pero siempre con democracia”.
En el Mundial de España 82, su equipo era gran favorito para llegar a la final, pero se cruzó con una Italia impresionante que lo dejó afuera.
Un periodista corrió al encuentro de Sócrates y preguntó: “¿Qué se siente después de haber perdido siendo tan bueno y tan favorito?” El doctor, con frialdad y mostrando como era su filosofía, le contestó: “¿Perdimos? Mala suerte y peor para el fútbol”.
En México, Brasil quedaría eliminado, por penales, contra Francia en un partido recordado por mucho como el mejor de los Mundiales. Sócrates erró su disparo en la definición y así se despidió de la selección brasileña.
Pelé llegó a afirmar que Sócrates es “gambeta y magia”. Su compañero de selección, Zico,dijo que fue “el jugador más inteligente visto jamás”.
“No hay que jugar para ganar, sino para que no te olviden”. decía quien murió en el 2011. Vaya tranquilo Maestro que nadie se olvidará de usted.
Clasificatorio
Independiente Rivadavia se preparaba para enfrentar a Huracán Las Heras y Deportivo Maipú a Gimnasia por las semifinales del torneo Clasificatorio al Nacional B. Finalmente los ganadores de esos choques fueron Independiente y Maipú que definirían la única plaza que la Liga Mendocina tenía en ese naciente torneo.
Una vieja lucha
Escuchando un pedido vecinal, la Municipalidad de Las Heras anuncia que terminó la construcción de un puente ubicado en las calles Bahía Blanca y Pascual Segura, el que permitirá un fluido paso vehicular y además colaborará con para paliar los excesos de caudal de cauces de riego. Este es el principio del mejoramiento de la infraestructura vial de la calle Pascual Segura, que antiguamente era casi un desagüe.