Los perros también se pueden contagiar de viruela del mono, incluso los seres humanos infectados pueden transmitírselos. Así lo confirmó la prestigiosa revista médica The Lancet luego de que los investigadores encontraron el primer caso canino, luego de que sus dueños se enfermaron.
Dos hombres de 44 y 27 años se infectaron de viruela de mono y contagiaron a su perro que vivía con ellos. El 10 de junio del corriente año, ambos fueron al Hospital Pitié-Salpêtrière debido a que tenían ulceración anal, 6 días después de tener relaciones sexuales con otras parejas, además presentaron síntomas que incluían lesiones, fiebre y dolores de cabeza, según detalla el artículo científico.
Luego de 12 días, su perro galgo italiano de 4 años tuvo lesiones similares y dio positivo para viruela del mono. Según comentaron los dueños, el perro dormía junto a ellos, lo cual señalan los investigadores que fue el motivo de la transmisión. El virus que infectó a uno de los pacientes mostró una homología de secuencia del 100% en los 19,5 pares de kilobases secuenciados con el virus que infectó al perro.
“Nuestros hallazgos deberían impulsar el debate sobre la necesidad de aislar a las mascotas de las personas positivas al virus de la viruela del mono. Las mascotas que tuvieron contacto cercano con una persona sintomática con viruela del mono deben permanecer en casa y alejadas de otros animales y personas durante 21 días después del contacto más reciente”, dicen los investigadores del estudios.
Hasta el momento, no se había dado esta infección en animales domésticos como perros o gatos. Solo se había encontrado en animales salvajes como roedores o primates, y en Estados Unidos, en animales en cautiverio que fueron infectados por otros animales.
Síntomas en animales
Según los veterinarios, los roedores infectados por la viruela del mono, normalmente son asintomáticos, sin embargo, algunos mamíferos suelen sufrir algunos síntomas. En este último grupo, la presentación clínica es variable al igual que en los humanos, aunque lo más frecuente es la irritación cutánea.
“las lesiones, generalmente, empiezan en la zona de la cabeza y, después, se extienden al resto del cuerpo, especialmente en las patas y en las orejas. Primero se inflaman y, más tarde, aparecen cubiertas por costras”, explican los veterinarios.
