Vecinos de los barrios Villa Francisca y Segundo Municipal, ubicados en Mayor Drummond (Luján de Cuyo) denuncian que, en la zona, sufren -al menos- un episodio de inseguridad por día.
Según relatan, en el lugar -que históricamente se ha caracterizado por ser más que tranquilo- hace más de un mes que los delincuentes los tienen a maltraer. “Hace un mes que los sentimos caminar por los techos, que nos roban y que no podemos dormir tranquilos”, coinciden.
El más reciente de los hechos tuvo lugar la semana pasada en horas de la madrugada, cuando, con una llave cruz, un grupo de ladrones rompió el vidrio de un portón e intentó ingresar para robar en una casa de la zona.
“No pudieron entrar solo porque el dueño de casa deja, por una cuestión de seguridad, el auto bien pegado al portón para que no se pueda abrir. Si no, entraban y se robaban todo”, detalla Franco, uno de los vecinos del barrio Villa Francisca, a Los Andes.
Los propios vecinos tienen identificada a la casa donde, dicen, han visto muchas de aquellas cosas que en algún momento les fueron robadas. Por esto mismo es que, sostienen, han pedido vía nota a la Comisaría 11 y al jefe de la policía departamental de Luján de Cuyo que intensifique los controles y patrullajes en la zona.
“Tenemos tres escuelas en la zona, y los chicos no saben cómo ir con cuidado cuando entran y salen. Los estudiantes del CENS, que van de noche, son los más expuestos. Igual que las docentes, a quienes suelen robarles las ruedas de auxilio en los autos”, agregó Franco.
Además, cuentan que la cercanía del viñedo de una bodega de la zona y su salida hacia la lateral del Acceso Sur lo que contribuye para que los malvivientes se escabullan.
CANSADOS
En la misma semana en que a uno de los vecinos del lugar le rompieron el portón para intentar meterse en su casa a las 3 am, a otro habitante de esos barrios se le metieron por el patio a la casa y le robaron dos bicicletas.
“Hace 8 años vivimos acá, siempre ha sido un barrio tranquilo. Pero hace más de un año empezaron los hechos inseguridad y delincuencia. Hace un mes, te diría, todos los días tenemos alguno. Por la noche, los ladrones andan por los techos, golpean puertas, tratan de abrirlas y sustraen todo lo que puedan”, destaca Felipe, preocupado.
Y agrega que los vecinos no pueden caminar tranquilos por la noche, y ni siquiera dormir. “Dormimos a medias, atentos a lo que pueda pasar. Y nos despiertan los pasos en los techos”, describe.
Precisamente a Felipe le robaron una bicicleta, y también intentaron metérsele a la casa por el portón en dos oportunidades.
Según reclaman los vecinos, en el lugar no cuentan -por el momento- con cámaras de seguridad de la Provincia ni con alarma comunitaria del municipio. Por esto mismo es que han presentado notas a la Policía. Sin embargo, desde el Ministerio de Seguridad de Mendoza indicaron que, al menos hasta el momento, no tienen ningún pedido puntual sobre la zona. Una vez que se oficialice, lo más probable es que, por medio de la Secretaría de Relaciones con la Comunidad, articulen una reunión entre el comisario y los vecinos (ya confirmaron a Los Andes que la articularían para los próximos días).
Otra de las vecinas de la zona es la dueña de una verdulería. Y a plena luz del día, cerca de las 15, ha sufrido el robo de cajones enteros de mercadería.
“Me han robado, al menos, dos veces. Se meten por lo del vecino y me roban a través de la reja. Esto es tierra de nadie”, denuncia la mujer. “Entran y salen, se llevan todo por la finca grande de la bodega que hay acá. Y si uno sale a tomarse el micro muy temprano, va mirando para todos lados, sin saber cómo va a llegar”, destaca.
Los colegios San Pablo, Marianetti y Nicolás Avellaneda son los tres los establecimientos educativos ubicados en la zona. Y los adultos están preocupados por la integridad y seguridad de sus hijos cuando van y regresan de clases.
“Tengo un hijo de 17 y otro de 10 años. El más chico no sale a jugar, y si tiene que hacer compras, solamente lo dejo ir al almacén de al lado de mi casa”, detalla Felipe.
AUTOCONVOCADOS
Todos los vecinos consultados coinciden en que el problema en la zona se encuentra en algunas casas de vecinos que llegaron hace relativamente poco tiempo al lugar. “Son los de la casa de dos pisos”, describen, y se sinceran al decir que ya no tienen miedo de denunciarlos.
A la espera de una solución -desde Seguridad confirmaron que en los próximos días se contactarían con los vecinos para una reunión-, quienes viven en el Villa Francisca y del Segundo barrio Municipal intentan cuidarse entre sí.
Por esto mismo es que han creado un grupo de WhatsApp para dar aviso de situaciones extrañas, de aparente peligro o para mantenerse en alerta.
“Cada vez son hasta más sofisticados para robar. Ya ni alcanza la concertina o el cerco eléctrico, porque la pasan por arriba o los rompen para meterse”, concluye Felipe.
