Como si fuese poco la presencia de delincuentes con armas de fuego ante el temor que eso genera en la gente, el fin de semana pasado ocurrió un hecho aberrante en un supermercado cuando unos malvivientes decidieron disparar a centímetros de la cabeza de un nene de 10 años para atemorizar a la gente.
El violento hecho tuvo lugar en el barrio San Carlos, en el comercio llamada “Súper 32”, ubicado en la calle 32 entre 131 y 132 de La Plata, durante el sábado por la tarde cuando pasadas las 18 horas, dos ladrones ingresaron al local y uno de ellos amenazó a los presentes con un arma de fuego.
Tras quedarse con el celular de una joven que tenía a su bebe en sus brazos, siguió amedrentando a los clientes del lugar y para hacerse con el botín decidió disparar a centímetros de la cabeza de un niño que estaba parado frente a la caja.
Una vez que se hicieron con la plata y un poco de mercadería los asaltantes huyeron del lugar. Minutos más tarde uno de ellos fue detenido por personal del Gabinete Técnico Operativo de la Subcomisaría La Unión.
“Si bien se lo agarró en 133 y 526, pese a que se metió en unos pasillos de un asentamiento, ya lo soltaron debido a su edad”, contó al diario Hoy una fuente del caso. En tanto, la Fiscalía de Responsabilidad Penal N° 2 de La Plata fue quien se quedó a cargo del adolescente.
Aunque se inició una causa por “robo calificado por el empleo de arma de fuego y abuso de arma”, desde la Fiscalía determinaron que el delincuente regrese con su familia.
Por su parte el otro ladrón, quien fue identificado por las cámaras del lugar, aún se encuentra prófugo.
Una de la víctimas y empleadas del lugar contó que, aunque hicieron la denuncia les dijeron que los malvivientes eran menores y no podían hacer nada.
“Hicimos la denuncia, pero lamentablemente son menores y no se puede hacer nada. Eso nos dijo la policía”, contó Agustina, en diálogo con TN.
En relación al momento que pasaron durante el asalto la joven relató que fue una situación lamentable y que el tiro del ladrón era “para una compañera” pero “no le dio y por suerte están todos bien”.
“Querían que les de toda la plata, los celulares, todo. Mis compañeras le dieron todo lo de la caja. Ahora estamos con miedo porque no hay seguridad acá y las que corremos riesgo somos nosotras, que somos las que estamos en la atención al público”, finalizó.
