Dos jóvenes estaban practicando Stand Up Paddle Surf en Monte Hermoso cuando aparecieron diez ballenas nadando alrededor de ellos. Valentín Villalba (45) y Diego Schulz (47) filmaron el mágico momento en un conocido balneario ubicado a 630 kilómetros al sur de Buenos Aires.
Ambos jóvenes viven en la localidad de Monte Hermoso con sus respectivas familias desde hace varios años. Los dos son muy amigos y desde hace 8 años practican Stand Up Paddle Surf (SUP), una forma de surf donde la persona permanece de pie en la tabla y se desplaza por el agua con un remo.
Las ballenas Francas suelen pasar en esta época del año por esa zona, incluso hasta noviembre se pueden ver cerca de la costa. Si bien ellos lo sabían, no tenían idea lo que estaban por vivir.
“Sabíamos que iban a pasar porque desde localidades más al norte habían visto algunas. Estábamos a la espera para ir a meternos al agua cuando nos avisaron de algún avistaje por zona Sauce Grande y fuimos para allá, donde casi siempre vamos a meternos”, contó Valentín a La Nación.
El mágico encuentro
Diego y Valentín estuvieron casi una hora con las ballenas muy cercas, nadando alrededor de ellas. “Lo primero que sentí fue alegría de creer posible el encuentro. Adrenalina, felicidad, el pecho explotado, paz, nada de miedo. Una energía diferente, inmensa. Listos para ser bien recibidos y expectantes”, explicó Diego sobre su primer contacto a La Nación.
Valentín por su parte contó al mencionado diario que las ballenas parecían muy curiosas y se turnaban para acercarse hasta un metro de ellos: “Eso lo hacían de a una por vez. Nos rodearon y siempre venían ordenadas. Delicadas, precisas, impecables. Nos rociaban con el chorro de agua de su respiración. La delicadeza con la que se movían entre nosotros nos llamó la atención y nos dio seguridad”.
Los chicos estuvieron 55 minutos interactuando con alguna de las ballenas “Siempre con muchísimo respeto. Hablábamos con ellas. Uno solo no disfrutaría de la misma manera. Lo compartimos. Siempre buscamos experiencias nuevas para compartirlas. Entendemos la vida de esta manera. Hablábamos entre nosotros y decíamos: `mirá donde estamos. Dios mío que linda vida”, dijo Diego.
En las imágenes se puede observar cuando una de ellas tiró a Valentín de la tabla con un aletazo, según contó él a La Nación: “Esto fue calculado porque son milimétricas. A nuestro entender lo hizo como parte del juego que estábamos disfrutando entre todos. Si no quieren compartir esto, en medio segundo no las ves más. Ellas están en su inmenso hábitat y somos nosotros los visitantes”.
Diego y Valentín califican ese día como “un día ganado de felicidad completa”.