Los vecinos de varios barrios privados de Pilar, en Buenos Aires, han notado que cada vez son más habituales las visitas de enormes lagartos. Pese a su aspecto intimidante, los expertos aseguran que son inofensivos.
Según informó Pilar a diario, los animales han sido avistados en los jardines de los barrios Parque Irízar, Pellegrini IV y Mirasoles.
Al parecer, su aparición está vinculada con la sequía y también con el avance de desarrollos inmobiliarios sobre tierras donde estos animales son nativos.
En el caso de Parque Irízar, barrio lindero al Río Luján, la aparición de estos animales es muy habitual y suelen verlos en los jardines o merodeando las piletas hasta dos veces por semana.
Graciela Capodoglio, miembro de la Asociación Patrimonio Natural y encargada de la Reserva Natural de Pilar, explicó que los lagartos “no son peligrosos, por el contrario, son beneficiosos”.
“Son animales que no comen nada que sea más grande que un huevo, no ponen en riesgo a la gente y como son de sangre fría no pueden transmitir enfermedades”, agregó.
Además, destacó que “controlan plagas de ratones y caracoles”, motivo por el cual “la gente debería tratar de conservarlos en sus casas”, dijo. “Forman parte de la fauna nativa que estaba acá desde antes de que llegáramos nosotros”, recordó.
Por último, Capodoglio dijo que la situación de los lagartos es comparable a lo sucedido con los carpinchos de Nordelta algunos meses atrás. “Aparecen por la falta de agua y porque se les está invadiendo su hábitat”, cerró.