El precandidato de la izquierda a gobernador Víctor da Vila, elegido por asambleas de trabajadores, define la situación provincial como la consecuencia de administraciones provinciales que gobiernan a espaldas de las necesidades de la mayoría.
Actualmente, da Vila disputa la hegemonía de la izquierda buscando posicionarla como una alternativa real de gobierno, priorizando los reclamos populares. El antecedente inmediato fueron las elecciones municipales donde su candidato, el joven médico Nicolás Cortez ganó holgadamente la PASO en Maipú, convirtiéndose en el único candidato de la izquierda en superar las PASO municipales. Los ejes principales de su campaña son: salario, trabajo, salud, educación, seguridad, producción del campo y un plan industrial alimentario.
-¿Cómo se está preparando la izquierda para gobernar la provincia de Mendoza?
-Movilizando todos nuestras fuerzas, con la firme convicción de que de esta crisis salimos con el programa de la izquierda. Nos han gobernado todos y nos han llevado a la situación en la que nos encontramos. La izquierda se planta en defensa del trabajo, el salario, la salud, la seguridad y la educación.
-¿Cuál es el plan de gobierno que proponen?
-Nuestro plan de gobierno fue resuelto en una conferencia electoral con más de 600 delegados de diferentes rubros de trabajadores y trabajadoras, y tiene como objetivo incluir a las mayorías populares en la agenda de gobierno.
Nuestros ejes centrales se enfocan en el trabajo, con la propuesta de establecer un salario mínimo equivalente a la canasta familiar y llevar a cabo un blanqueo de los trabajos en negro. También planteamos un plan de obra pública para urbanizar barrios y construir viviendas, que sea ejecutado directamente por la provincia y los municipios. Buscamos refundar el Mercado Central de Mendoza, que cuente con sedes en cada departamento para que los consumidores puedan acceder directamente a los productores.
En materia de salud, aumentaremos el presupuesto para cubrir los recursos necesarios y así atender la alta demanda de atención médica, terminando con los hospitales abarrotados y los largos tiempos de espera de turnos.
En educación, nos plantamos defendiendo una educación pública, estatal y gratuita, con la elección directa del Director General de Escuelas. Con salarios acordes para los docentes y personal educativo, y la refacción de las instituciones, estableciendo un máximo de 25 alumnos por aula.
En cuanto a género, proponemos la implementación de un Consejo Autónomo de las Mujeres y Diversidades, elegido por voto directo y con mandato revocable. Acompañaremos a las mujeres que enfrentan situaciones de violencia y promoveremos la implementación de la Educación Sexual Integral (ESI) y el cumplimiento del cupo laboral trans.
Finalmente, abordaremos la problemática de la seguridad, donde vemos que el delito organizado es imposible que se viabilice sin el acompañamiento de las cúpulas policiales, judiciales y políticas.
-Teniendo en cuenta la difícil situación en tema de seguridad, ¿cómo planean resolver el delito organizado que presenta la provincia?
-La crisis de inseguridad, que es una expresión más de la descomposición del régimen capitalista, se presenta de dos formas. Por un lado, el entrelazamiento de parte del Estado con la organización del delito en gran escala, sobre todo narcotráfico, negociado de autopartes, trata, juego clandestino, etc. Por el otro, un empobrecimiento general que crea una mano de obra disponible para ser cooptada por estos negocios. Es necesario plantear la necesidad de desmantelar al aparato policial y constituir una nueva fuerza de seguridad controlada por los trabajadores, con la función de cuidar la vida y los bienes de la población trabajadora. Hay que desarmar el narcotráfico empezando por la cabeza; por eso es necesaria la nacionalización bajo control obrero del sistema bancario y los casinos, que es donde se lava el dinero del crimen organizado.
Junto a esto hay que tomar medidas inmediatas como la urbanización, iluminación, mejoramiento del transporte y obras de infraestructura para que las barriadas tengan mayor seguridad. Y obviamente hay que aumentar salarios y jubilaciones, crear puestos de trabajo y terminar con la pobreza. La organización de los trabajadores es el mejor escudo contra el progreso de la criminalidad y la descomposición social, es lo que hace por ejemplo el Polo Obrero en las barriadas donde estamos
-Desde sus inicios se ha supuesto que el FIT propone utopías ¿Qué opina al respecto?
-Se ha revelado que la “utopía” es de quienes nos vendieron que el país podía progresar si acordábamos con el Fondo o con los buitres; de los que decían que este país iba a ser mejor si se atacaban derechos y conquistas de los trabajadores para que hubiera más trabajo. Le vendieron a los trabajadores y al pueblo que con los sacrificios que se nos imponía íbamos a estar mejor. El resultado está a la vista. Cuando se cumplen 40 años de la vuelta a la democracia se ha corroborado que lo único que se hizo es profundizar el camino abierto por la dictadura militar y el país retrocedió a niveles históricos.
Todo esto sólo la izquierda lo denunció, le opuso otra salida y sobre todo lo enfrentó en las calles, en los sindicatos, en cada lugar de estudio y trabajo organizando la resistencia a esa política. Lo nuestro, lejos de ser una utopía, fue realismo extremo.
-¿Cree que todos los gobiernos fueron lo mismo?
-Claramente no es lo mismo Macri que Cristina, representan a sectores diferentes de las patronales, sus alineamientos internacionales tienen distintas simpatías. Ahora, lo que sí está claro es que las condiciones de vida del pueblo trabajador vienen retrocediendo con todos los gobiernos desde hace décadas.
En el último tiempo se han borrado las fronteras entre oposición y oficialismo. Alberto Fernández, Cristina Fernández y Sergio Massa gobiernan de acuerdo a las exigencias del FMI y el gran capital, descargando un ajuste brutal contra los que menos tienen, una inflación imparable y pobreza a granel. Este fue el plan del macrismo desde su comienzo. Hoy es ejecutado por los “nacionales y populares”, con la garantía de paz social que le ofrece la CGT.
Es muy importante que la izquierda se mantenga autónoma de todas las fuerzas que gobernaron y gobiernan. Sobre todo del kirchnerismo, que amaga con izquierda pero pega con la derecha y se ha encargado de bastardear el nombre de la Izquierda. A nosotros nos separa una línea de sangre con ellos y esa línea tiene nombre: Mariano Ferreyra.
-¿Por qué en la provincia tenemos dos listas divididas de izquierda? ¿Esto puede direccionar el voto bronca hacia el sector liberal?.
-Primero, nosotros partimos de una fuerte autocrítica. El FIT tuvo importantes bloques en la legislatura y los concejos deliberantes. Hoy no tenemos representación parlamentaria. Es evidente que sólo jugar un rol de denuncia y control se agota, el pueblo necesita respuestas a sus problemas y ese es el desafío que asumimos desde nuestro espacio dentro del FIT.
Dentro del Frente de Izquierda hay dos orientaciones que importan a la hora de definir qué izquierda se necesita. Nosotros somos partidarios de una izquierda que se plante, que intervenga, mostrando que tiene una decisión de llegar al gobierno y no se limite a pelear por un par de diputados más. Cuando una parte importante, incluso de los trabajadores y los sectores más golpeados por la crisis, busca acabar con un régimen que lo agobia a través de un candidato fascista como Milei, la izquierda debe sentirse interpelada.
El PTS, a través de sus voceros, ha venido haciendo causa común con las campañas centrales del kirchnerismo en lo que compromete la independencia política del FIT-U, por un lado, y le da más aire a la derecha que agita el derrumbe del gobierno del Frente de Todos. La izquierda debe delimitarse del kirchnerismo y de Juntos por el Cambio, es decir, de los que han venido gobernando, si pretende jugar el papel que le corresponde.