Fideos, sorrentinos, canelones, panqueques y pancitos para pernil son las preparaciones artesanales que en el comedor Horneritos (Las Heras) están elaborando con una única meta: recaudar fondos que le permitan a Efraín Dalcecco (6) -o Efra, como lo conocen todos- viajar a Paraguay para comenzar un delicado y costoso tratamiento.
Y es que Efra nació con una parálisis cerebral que le ha afectado prácticamente por completo el habla, la motricidad y -en consecuencia- la autonomía. Existe un tratamiento con células madre para mejorar su calidad de vida, pero es por demás costoso e implica que toda la familia viaje justamente al país vecino. Por ello mismo es que está en marcha una campaña solidaria para ayudarlos.
Mientras la familia y su entorno está recolectando dinero que le permita acercarse a la meta propuesta (más de 2 millones de pesos para los pasajes aéreos y 3.000 dólares por cada sesión que necesita el niño -calculan que serán, por lo menos, 2 o 3-), desde Horneritos (El Algarrobal) han iniciado una venta de pastas caseras. Porque Efra, su mamá Verónica y la abuela del niño, son firmes voluntarios del comedor y siempre han estado para ayudar. Pero ahora son ellos quienes necesitan ayuda.
“Estamos preparando y vendiendo de a poquito, pero la verdad es que esta vez nos está costando un poco más que en otras campañas solidarias. Porque a veces tenemos harina y no tenemos huevos, a veces es al revés. Y la gente cada vez la pasa peor, por lo que muchas personas que solían ayudar en el comedor, ahora no pueden hacerlo. Nosotros vamos a hacer lo que podamos y hasta donde podamos, pero no vamos a parar hasta que Efra pueda viajar y completar, por lo menos, una de sus sesiones”, destaca la responsable de Horneritos, Gabriela Carmona. Y en sus palabras se nota como existe esa disputa entre la resignación -a la que nunca dejará sobreponerse- y la esperanza -esa misma que saca desde vaya uno a saber dónde-. Incluso, agrega que, mientras es cada vez menos la gente que puede ayudar, el número de familias que llegan al lugar por asistencia se ha incrementado (hoy entregan más de 1.500 raciones de comida diarias a la misma cantidad de personas).
Hasta el momento ya han recolectado más de 100.000 pesos con la venta de pastas, y todo el dinero será destinado a la causa de Efra. El mismo Efra que no se pierde una sola clase de folclore que toma su abuela Elsa en el espacio comunitario ubicado en El Algarrobal. Porque, mientras ella ensaya y aprende, Efra está atento a cada uno de sus movimientos, y lo mismo ocurre cuando en el lugar se lleva adelante alguna de las tantas acciones solidarias que acompañan distintas causas que precisan de la ayuda de la comunidad.
La historia de Efra
Sin importar lo que ocurra a su alrededor, Efraín siempre tiene una sonrisa en su rostro, y es de esas sonrisas que contagian a los demás, sin que tampoco importe lo que ocurra alrededor de esa otra gente. Y aunque quizás no pueda expresarlo -ni agradecerlo-, a su manera entiende toda la movida solidaria que se ha gestado en torno a su objetivo de viajar para iniciar el tratamiento con células madres,
“Estuvimos averiguando y hay una clínica de Ecuador que trabaja con estos tratamientos, se llama Mercorplab. Sabemos que es lo que necesita Efra y, dentro de lo positivo, también sabemos que una semana al mes los profesionales de la clínica viajan a Asunción (Paraguay) para sus tratamientos. Y si bien es más cerca de Mendoza que Ecuador, es un viaje ir a Paraguay. Y sale mucho dinero, sumado a las sesiones”, cuenta Verónica (33), la madre de Efra y quien trabaja en un carrito manicero (vende maní y confituras) en la esquina de Garibaldi y San Martín.
El monto que Efra, su mamá Verónica y su papá Fabián necesitan para poder viajar a Paraguay es por demás considerable: 2 millones de pesos para aéreos y entre 3.000 y 6.000 dólares para las sesiones. Cada pasaje -aéreo, ya que por su situación no es recomendable que vaya en colectivo por la duración del viaje- cuesta 600.000 pesos.
En caso de poder viajar, Vero sabe que necesitaría la compañía de su esposo mientras el niño esté en pleno tratamiento. Porque Efraín requiere de una silla ortopédica y adaptada para movilizarse -no por sus propios medios-, por lo que su autonomía está muy restringida además.
“Cada vez que hay que trasladar a Efra, es llevarlo con su silla. Y está creciendo, por lo que yo no me lo puedo sola. Por eso la idea es viajar a Paraguay con mi esposo, para que entre los dos podamos hacernos cargo de todo”, sintetiza Verónica.
A punto de cumplir 7 años, el niño cada vez está más grande, lo que hace que poder trasladarlo implique un gran esfuerzo (aunque sus padres jamás se quejarán por ello). Por esto es que, consideran, es el momento indicado para comenzar con el tratamiento. “Por la mañana completa sesiones de terapia, mientras que en la tarde va a la escuela Fidela Maldonado de Cano (Godoy Cruz).
Cómo ayudar a Efraín
Hay dos maneras de ayudar a Efraín y su familia. La primera de ellas es colaborando económicamente en la colecta solidaria que apunta a reunir la mayor cantidad de dinero posible. Vía Mercado Pago se pueden hacer donaciones al CVU 0000003100042252239200, o al alias AHORA-POR.EFRA (CUIT/CUIL 27348723486). También hay una cuenta de Instagram @ahora_por.efra.
Además, está la venta de pastas caseras que se ha encarado desde Horneritos. “Efra y su familia siempre han estado para ayudar en el comedor, por eso ahora nosotros vamos a estar con ellos”, se sincera Gabriela, coordinadora del comedor.
Gabriela Carmona y los voluntarios y voluntarias de Horneritos necesitan harina, huevos y verduras para elaborar las pastas, además de bandejas y material descartable para su distribución y venta. Quienes quieran y puedan colaborar, pueden comunicarse al 2613136783 o transferir a ese teléfono vía Mercado Pago. También pueden hacerlo al alias comedor.horneritos.
También pueden acercar mercadería al espacio comunitario (calle Horneros y Cisterna. Manzana B - Casa 1, El Algarrobal, Las Heras. En cuanto a cómo adquirir las pastas caseras, también están disponibles en el comedor y en el salón “El Relincho” -ubicado frente a Horneritos-. Además, se puede coordinar con la mamá de Efra -Verónica- buscándola en el carrito de venta de maní y garrapiñada ubicado en la esquina de Garibaldi y San Martín, en pleno Kilómetro 0.
“Hemos ayudado a tanta gente y hecho campañas tan bonitas como la de Beni y la de Juanita, y queremos que Efra pueda viajar, es una familia muy humilde que necesita mucho de nosotros, no vamos a bajar los brazos al menos hasta ayudarlo a él. Después Dios dirá que ocurrirá con el comedor, porque nos está costando mucho”, agrega Gabi.