A fines de noviembre alumnos secundarios que festejaban el fin de ciclo en la plaza Independencia de la Ciudad de Mendoza generaron daños en la estructura de la fuente. Este ha sido uno de los arreglos más costosos que tuvo que afrontar la comuna durante 2022, ya que implicó un extra de 20% del dinero que se tuvo que destinar el año pasado a reparar los daños provocados por actos vandálicos y robos en el espacio público.
Recomponer el funcionamiento adecuado de la fuente de aguas danzantes implicó un costo de más de 1 millón de pesos. El asunto es que ese tipo de situaciones son una constante, aseguran en la municipalidad, e implica revisar las condiciones de lo ya hecho y volver a reparar. Esto es inversión en tiempo, recursos y dinero.
“Nos roban todo, todo lo que se pueda imaginar”, apuntó Juan Manuel Filice, secretario de Desarrollo Urbano de la Ciudad. “Cuando arrancamos la gestión robaron el tobogán de una plaza de la Cuarta Sección”, recordó el hecho casi al borde del absurdo y en ese plano destacó a Los Andes que las cosas adheridas al suelo no serían impedimento de hurto.
Durante 2022 debieron destinarse unos 5 millones de pesos a este tipo de situaciones habituales, esto es un 5% del presupuesto del área Obras por Administración. Es el sector en el que trabaja el personal que hace obras de la municipalidad. Están permanentemente en la calle y así detectan y resuelven este tipo de problemáticas.
“Hay eventos puntuales que hemos tenido que no están en este número que refleja robos y vandalizaciones que tenemos de manera periódica en el espacio público, como robo de rejillas, alcantarillas, cables, vandalización de tableros de las plazas o de artefactos de iluminación, pintadas de bancos y paradas de colectivos”, explicó el funcionario.
Agregó que también roban luminarias del alumbrado público o rompen las paradas del transporte. Pero resaltó que hay eventos puntuales que exigen una mayor erogación y en ese punto dio como ejemplo lo sucedido con la fuente. “Se rompió un filtro que costaba unos 80.000 pesos”, refirió. Es decir que el arreglo de un millón de pesos fue un extra sobre lo habitual.
Hechos recientes
Hace una semana, la víctima fue una escultura en homenaje a Dante Alighieri, ubicada en la plaza Italia. Sufrió la rotura de uno de sus brazos y pintadas en color azul. Había sido inaugurada el 11 de noviembre.
No es el único caso que duró poco. En octubre de 2021, las esculturas de Mafalda y sus amigos ubicadas en la calle Arístides Villanueva fueron vandalizadas, tan sólo cinco días después de haber sido reinauguradas.
Dos jóvenes fueron detenidos por el hecho y procesados por infringir el Código de Convivencia de la Ciudad. Esto gracias a que pudieron ser identificados a través de las cámaras ubicadas en la vía pública.
En noviembre, la Ciudad puso en valor el busto en homenaje a Juan Bautista Alberdi ubicado en el barrio Cívico, junto al Paseo de los Tilos. Había sido víctima del vandalismo, además del paso de los años, por lo que además de la suciedad propia del ambiente tenía grafitis sobre su superficie.
Otro hecho significativo en el marco de lo delictivo que se dio el año pasado fue el robo de luminarias en la plaza Doctor Matons, en la Sexta Sección, y en la Mathus Hoyos ubicada en la Cuarta Sección.
Lo más frecuente
Los daños en las plazas y el robo de rejillas son los hechos más frecuentes. “Permanentemente sufrimos daños en las plazas, pintadas en los bancos o esculturas. Quizás aparece una plaza a oscuras y, cuando vamos a ver, vandalizaron el tablero. Son costos de menor envergadura pero como se producen constantemente a fin de año suma un número importante”, explicó Filice.
El funcionario dijo que se aprecia un cambio en los daños que se producen y afirmó que influye mucho la colocación de cámaras que permiten prevenir e identificar a quienes intervienen en el hecho. Incluso la municipalidad hace la denuncia en la Justicia.
En este contexto, el robo de luminarias que era de lo más habitual, ha cedido espacio al hurto de rejillas de alcantarillas, que actualmente es de lo más frecuente. Es que, según relató el funcionario, llegó un punto en que todos los municipios del Gran Mendoza sufrían tal cantidad de robos de luminarias que implementaron más estrategias de control.
“Las rejillas de las alcantarillas tienen una cadena para que el personal de Higiene Urbana pueda levantarlas para limpiar. En algunos barrios, como el San Martín, se han robado el 70% de las rejillas. Las hemos repuesto y las hemos rediseñado, pero en muchos casos hemos tenido que soldar al marco para que no se las lleven y luego hay que ir con una amoladora para abrirlas y volver a soldar”, comentó para dar una noción de la magnitud del problema.
Lo que sucede es que quienes las roban venden el hierro por kilo. Pero ocurre que, además del gasto, esto puede ocasionar otros inconvenientes e incluso poner en riesgo la salud de las personas.
“Si bien es un gasto importante y es dinero de los vecinos - señaló Filice- también genera muchos problemas en el espacio público. Por ejemplo, ante el robo de las alcantarillas quizás no es tanto el gasto pero hay riesgo de que se caiga un vecino o que pase un auto y se produzca un siniestro”.
Otro daño complicado es el de roturas de mármoles difíciles de reponer, como ha sucedido en la plaza San Martín y la plaza Independencia. Esta tiene la particularidad, además, de tener una gran afluencia de visitantes y transeúntes.
“Algunas personas roban luminarias a plena luz del día y los vecinos creen que son de mantenimiento de la municipalidad porque quizás van con casco”, comentó el secretario de Desarrollo Urbano capitalino.
El funcionario pidió colaboración a los vecinos para que denuncien cuando vean situaciones sospechosas y destacó que el personal y los vehículos de la municipalidad están siempre identificados.
