Aprender desde la virtualidad no es nada fácil para los alumnos en pandemia. Pero qué pasa si a los contenidos se les incluyen juegos y animaciones encuadrados en desafíos intelectuales que seducen y sirven como herramientas complementarias a la formación y comprensión lógica de los niños.
En esto pensaron docentes especialistas y creativos mendocinos cuando desarrollaron Vajú. Emanuel Sánchez y Gianina Della Gaspera lograron una propuesta virtual que lanzaron en junio del año pasado durante la pandemia, para que los niños y niñas pueden aprender jugando; porque en realidad y como ellos sostienen, “porque juegan, aprenden”.
Vajú fue creado por este matrimonio, que desde hace más de 10 años viene trabajando en la educación. Son profesionales que pretenden generar un impacto positivo en el aprendizaje de las futuras generaciones, alineado con los objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, integrando la tecnología, el juego y el aprendizaje.
Así, ellos junto a otros profesionales facilitadores como Abril Castanheira, de México, Belén Aguilar, Delina Dusel, Emilia Ortega, crearon Vajú, una plataforma como lugar de encuentro educativo multicultural.
“Se trata de una herramienta complementaria a la educación tradicional, pero con una didáctica distinta” y más seductora para los chicos.
“Pensamos en Vajú como una herramienta que permite a los jóvenes enriquecerse a través del juego. Formamos un equipo multidisciplinario que tiene un objetivo en común: ayudar a que los chicos recuperen la motivación para aprender”, explicó Emanuel Sánchez, uno de los fundadores de sitio que es una extensión del trabajo social educativo que realiza en Godoy Cruz junto a Gianina, aportando en jugotecas de los barrios Urundel, Campo Papa y en La Quebrada.
“Con la pandemia unimos esfuerzos con la agencia creativa YG Brand, nuestros padrinos para llevar a cabo Vajú”, aclaró.
Y agregó: “Nace primero ‘Tiempo de Rondas’, un libro que hicimos con contenido musical que derivó a talleres y a recorrer distintos lugares, no solo dentro del país sino en el exterior. Luego llegó una segunda edición, ‘Segundo Tiempo de Ronda’, con un contenido musical más intenso, y con temas propios. Y posteriormente produjimos juegos didácticos para niños. Después de realizar juegotecas en espacios de formación, talleres y material editado, surgió Vajú”.
Vajú es una propuesta de enriquecimiento semanal, complementaria a la educación. Mediante encuentros de videollamadas, los chicos se conocen, juegan, participan y aprenden. Es una comunidad de menores de 5 a 13 años, de distintas culturas y de diferentes lugares que interactúan mientras se educan de una manera divertida.
“Hay un disfrute mayor. Basado en fundamentos de la neurociencia, el juego despierta el placer de hacer y descubrir. El cerebro se predispone al aprendizaje y éstos son más significativo y duradero. Ese placer produce las ganas de repetir la instancia y eso genera estimulación a aprender. El juego se convierte en una gran y valiosísima oportunidad de aprender”, expresó la profesora de música de 34 años, especializada en el campo de la Tecnología de la Información y Comunicación para la educativa.
“Uno recuerda las cosas que disfruta. Hoy ‘vende’ decir que aprendemos jugando, pero preferimos el concepto de que no aprendemos jugando sino que ‘porque jugamos, aprendemos’. Y en este sentido, venimos trabajando en las tres juegotecas barriales”, expresó, el profesor de Educación Física de 40 años, Licenciado y con maestría en Gamificación.
-¿Qué se enseña?
-Gianina: Juegos que se aplican para motivar la comunicación, concentración, valores, compañerismo. Es bastante personalizado y específico, los acompañamos desde el inicio, según sus intereses, su forma de relacionarse según las edades y del dialogo entre ellos. Eso nos permite diseñar juegos para el espacio. Además, al ser por videollamadas nos abre una ventana muy grande de vínculos que trascienden fronteras. Las salas de escape o de desafíos, y juegos de mesa pasados a la virtualidad, es lo que más caracteriza a Vajú.
-Emanuel: Y trabajamos en las capacidades como el trabajo de equipos, resolución de problemas, la comunicación desde lo digital, valores y con contenidos que ya aprendieron en la escuela, como matemáticas, lengua, música. Intentamos que no aprendan desde la memoria sino darles información y desde el conocimiento que ya tienen, puedan decodificar para obtener la solución. Ese ejercicio mental está muy conectado con el ejercicio de la creatividad y el pensamiento crítico e innovador.
Qué lo distingue de la educación formal
-Lo primero es la virtualidad y el juego como vehículo.
-Es un espacio para poner en práctica los conocimientos que aprendemos en la escuela.
-Es un aprendizaje integral que tiene que ver con “aprender a hacer”, “aprender a ser” que es vincularse con otros para lograr el objetivo común y “aprender a aprender”.
-”El juego no es improductivo, ni contrario a lo serio. Los niños no hacen nada más serio que jugar. Y esa es la vía. Los chicos aprenden desde el error. En la vida, te equivocás o perdés y te condenan. Y desde el juego, errar es parte del aprendizaje”.
-Encuentro intercultural y sin fronteras. Alcanza a niños de distintas provincias de nuestro país, Chile, México y Canadá.
-La gesta: La Fundación Luciérnaga para ayudar a todos esos niños y niñas que tienen problemas desde la conectividad. La intención es lograr que internet llegue a zonas rurales, organizaciones y comedores, para que tengan la posibilidad de integrarse gratis a Vajú. “Para eso se han etiquetado vinos de una bodega, cuyas ventas estarán destinadas a esta ampliación de posibilidades. Está todo en desarrollo, pero es nuestro propósito. Es más, está en proceso un acuerdo para poder conectar los pacientes del Hospital Notti, que se encuentran internados o con internación domiciliaria”, confió la pareja de creativos, la cual sueña con seguir creciendo, con alcanzar a ser un complemento de las escuelas, además de aumentar el alcance de interacción que ya tiene www.vaju.ar.