Unidos por la vida: tres historias de esperanza gracias a la donación de sangre

Jano, Guadalupe y Rebecca son mendocinos y están atravesados por historias duras pero repletas de inspiración. En todos los casos aludieron a la importancia de la donación voluntaria de sangre. Se lleva a cabo una campaña.

Unidos por la vida: tres historias de esperanza gracias a la donación de sangre
El doctor Renzo Castillo y Guadalupe Ponce en plena extracción.

Los mendocinos Jano Manchado Ragazzone, Guadalupe Ponce y Rebecca Avila tienen historias de vida diferentes pero, a la vez, están unidos por una lucha común: la concientización acerca de la donación voluntaria de sangre.

Viven en carne propia la necesidad imperiosa de destinar un rato a ese “pinchazo” que puede parecer incómodo, pero que definitivamente les cambia la vida a miles de pacientes y, por eso, abrieron su corazón para relatar sus propios testimonios con el fin de generar conciencia.

Guadalupe tiene 30 años, es médica general y trabaja en el Centro Regional de Hemoterapia. Pero mucho antes fue una paciente de 13 años con leucemia linfoblástica aguda que realizó el tratamiento en el Hospital Dr. Humberto Notti y necesitó sangre, plaquetas y glóbulos blancos.

Guadalupe es médica y trabaja en el Centro de Hemoterapia. Pero antes fue paciente del Notti y recibió tranfusiones.
Guadalupe es médica y trabaja en el Centro de Hemoterapia. Pero antes fue paciente del Notti y recibió tranfusiones.

“Corría 2008 y recibí varias transfusiones. Tengo dos hermanas, una de ellas melliza, cien por ciento compatible en el caso de haber necesitado un trasplante de médula ósea, algo que no fue necesario”, recuerda Guadalupe.

Egresada de la facultad de Ciencias Médicas de la UNCuyo, siempre, en forma paralela, complementó sus estudios con voluntariados en la ONG Traspasar y también en Fundavita.

“Además, en el área de Bienestar, donde siempre colaboré, hicimos muchísimas campañas. Por eso, hoy estoy en este lugar donde me siento tan identificada y donde, además, puedo seguir aportando desde otro lugar”, destaca.

Guadalupe asegura que, poco a poco, se debería llegar a un total de donantes voluntarios y no al escaso 40 por ciento de la totalidad de quienes se acercan. “La mayoría donan para reponer frente a la necesidad de amigos o familiares”, dice.

Pedimos a la gente que se sume, que se acerque de manera voluntaria y altruista, son apenas 10 ó 20 minutos en total, incluida la entrevista. Se puede ayudar muchísimo y hoy lo digo con conocimiento de causa”, advierte.

Sostiene que buena parte de las campañas que se llevan a cabo implican acercarse a instituciones para facilitar el acceso. “Agradecemos a quienes nos abren las puertas”, señala.

“Guada” ya no puede ser donante por su antecedente de leucemia. Tampoco pueden donar quienes sean epilépticos o hayan sufrido un infarto o hayan sufrido leucemia u otras enfermedades en la sangre.

“Le daría un abrazo”

Jano tiene apenas 11 años y una madurez que asombra. Sufre aplasia medular severa y debió permanecer largos meses en el Hospital Notti recibiendo tranfusiones. Recién ahora, con todos los cuidados por sus bajas defensas, pudo volver a su casa y a la escuela.

Jano graba la campaña donde agradece a sus donantes.
Jano graba la campaña donde agradece a sus donantes.

La aplasia medular o aplasia de la médula ósea es la desaparición de las células encargadas de la producción de la sangre en la médula ósea. Como consecuencia, aparece una disminución de los hematíes (glóbulos rojos), de los leucocitos (glóbulos blancos) y de las plaquetas en la sangre periférica.

La gran ayuda que siempre ha recibido Jano hizo que se convirtiera, junto a Paty, su mamá, en un vocero de las campañas a favor de la donación de sangre.

“Esto es muy importante, si no me donaran sangre no estaría acá, no estaría respondiendo y tal vez hasta estaría internado. Insisto, es algo delicado”, reitera.

Esa persona que donó y que hoy está leyendo esto debe saber que yo estoy bien gracias a ella, que sigo adelante, que estoy logrando cosas. Es un pequeño esfuerzo, un pinchazo, un ratito”, continúa, para agradecer al Centro Regional de Hemoterapia; al Hospital Dr. Humberto Notti y a las personas desconocidas que se acercan voluntariamente a brindar su “granito de arena”.

“Estoy profundamente agradecido. Quisiera saber quién es cada uno que me donó y darle un fuerte abrazo”, reflexiona con emoción.

“Mi conclusión es que se trata de un gran acto de amor que tiene doble valor porque no me conocen. Esa persona desconocida me dio fe, esperanza y un pedacito de vida. Me dio impulso para seguir peleando”, explica.

Jano y Paty, su mamá.
Jano y Paty, su mamá.

Macarena Avila es mamá de Rebecca, quien tiene dos años y sufre un tipo de cáncer muy agresivo: leucemia mieloblástica aguda. “Muchas veces me imaginé al donante y tuve ganas de saber quién era para poder agradecerle”, se limitó a señalar la mujer, que vive en General Alvear y el Notti se convirtió en su segunda casa.

El caso de Rebecca es extremo, ya que la única chance que tiene para seguir viviendo es un trasplante de médula.

Necesitamos un donante compatible en un 100 por ciento porque ni nosotros -sus padres- ni su hermano tenemos compatibilidad total. La donación de médula es la única terapéutica posible para el tratamiento de enfermedades hematológicas u oncológicas”, indica Macarena para concluir: “Es una práctica sencilla y de existir similitud puede salvar una vida”.

Un acto simple que salva vidas

Jano, Guadalupe y Rebecca son apenas tres de los testimonios que el Centro Regional de Hemoterapia de Mendoza incorporó a su nueva campaña provincial “Doná sangre, un acto simple que salva vidas”, dirigida a sensibilizar a la población mendocina sobre la importancia de la donación voluntaria de sangre.

A través de testimonios reales, todos ellos sucedidos en Mendoza, la institución buscó conectar emocionalmente con la comunidad resaltando que a través de un simple acto se puede marcar la diferencia en la vida de muchas personas.

La campaña tiene como objetivo aumentar el número de donantes voluntarios y habituales, asegurando así contar con sangre segura y un stock permanente en la provincia.

¿Quiénes pueden donar?

Cualquier persona sana, entre 16 años y 65 años, que pese más de 50 kg y goce de buen estado de salud. El tiempo que debe transcurrir entre cada donación debe ser mayor a 8 semanas, teniendo en cuenta que las mujeres pueden hacerlo hasta 3 veces por año y los hombres hasta 4.

Una donación de sangre puede salvar cuatro vidas, la sangre extraída es fraccionada en sus componentes principales: glóbulos rojos, plasma, plaquetas y crioprecipitados, que serán transfundidos a cada paciente en función de sus necesidades.

Quienes deseen donar pueden acercarse de lunes a viernes de 8 a 14.30 en el Centro Regional de Hemoterapia de Mendoza, Garibaldi esquina Montecaseros, o consultar en el hospital público más cercano a tu domicilio.

Contacto: WhatsApp 2612777926. Instagram: @crhmendoza. Facebook: Centro Regional de Hemoterapia Mendoza.

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