La adolescencia, a veces, es una etapa complicada tanto para los chicos como para los padres. Tal como lo indica la palabra adolescencia, etimológicamente proviene del latín “adolescens”, joven y “adolescere”, crecer y es precisamente en esta etapa de la vida donde la persona toma una nueva dirección en el desarrollo, se elabora la identidad y se plantea el sentido de la vida, la pertenencia y la responsabilidad social. Esto sumado al contexto social, económico y político que atraviesa el país, deja en muchos casos, a los chicos en situación de vulnerabilidad, en especial a los que menos recursos tienen.
Es acá donde el rol de ciertos agentes de la sociedad toma vital importancia, ya que son fundamentales para contener e impulsar a los jóvenes que no encuentran su camino. La Fundación Mayo, que se creó en el 2010, ingresa a la escena en esta instancia, un Equipo Comunitario de Ayuda Familiar (ECAF) que trabaja en la autonomía progresiva y proyecto de vida de chicos y chicas hasta los 18 años, empleando el método “SER”, que consiste en lograr el cambio a través del recorrido por sus habilidades, emociones y valores.
En el Gran Mendoza existen distintos ECAF que sirven de soporte a los Equipos Técnicos Interdisciplinarios (ETI) conocidos anteriormente como OAL, pertenecientes a la Dirección General de Protección de Derechos de niños, niñas y adolescentes (DGP). Abordan familias de distintos departamentos: Guaymallén, Godoy Cruz, Capital, Las Heras, Luján, Lavalle y Maipú.
Fundación Mayo
La Licenciada Rosana Nieddu es quien dirige Fundación Mayo y junto a ella un equipo multidisciplinario de 6 mujeres profesionales de la rama del trabajo social, de las relaciones humanas y del coaching ontológico: Vanesa Egarrat, Mónica Uribe, Carolina Pujol, Ivonne Tito, Nancy Avaroa y María José Ferrer.
En diálogo con Los Andes, Rosana Nieddu explicó que “la experiencia con los niños, niñas, adolescentes y sus familiares es muy enriquecedora, intentamos mostrarles que se puede mejorar la realidad en la que viven, que no están destinados a repetir historias familiares. Los ayudamos y acompañamos no sólo en pensar en un proyecto de vida, sino que, también trabajamos las competencias parentales y madrentales, muchas veces les conseguimos trabajo o los animamos en la terminalidad educativa”.
El ETI deriva el caso al ECAF Fundación Mayo presentando la situación del chico o chica y de sus padres y plantea ciertos objetivos a trabajar. Luego se procede al encuentro con la familia y se genera el espacio de diálogo para que cada integrante pueda exponer el problema que tiene, y desde ese momento se comienzan el abordaje a través de la implementación de una serie de herramientas relacionadas al descubrimiento de la propia persona, de sus habilidades innatas o las potenciales, sus emociones y cómo gestionarlas, lo que les gusta y lo que no, conocer cómo están gestionando su tiempo y lo más importante reconocer el valor que cada uno tiene.
“Durante el último tiempo asistimos a 120 familias, y de acuerdo a las estadísticas que hemos hecho el 58% tuvo un proceso satisfactorio. Esto quiere decir que se cumplieron los objetivos que nos propusimos con el niño, niña o adolescente”, le dijo Nieddu a Diario Los Andes.
“Es en la adolescencia cuando se ponen en interacción, con mayor intensidad, los recursos psicológicos y sociales del individuo y las metas disponibles del entorno; lo que es expresado externamente en las múltiples, y no pocas veces, desconcertantes conductas observables en los adolescentes”, comentó Rosana.
Los adolescentes crecen y tienen que empezar a tomar decisiones sobre sus vidas que en muchos casos no están preparados: “Y es este el punto de inflexión en el que chicos y chicas deciden qué rumbo seguir, en el mejor de los casos ese rumbo es sano para ellos, pero en otros no tanto y en el camino atraviesan algunos obstáculos que en ocasiones atentan contra sus derechos y posibilidades”, reflexionó la licenciada.
“Cuando esto sucede, es cuando intervenimos nosotras, a través del ECAF en este caso con el programa Proyectar para darles a los niños, niñas y adolescentes las herramientas para que puedan valerse por ellos mismo”, explicó Nieddu y contó a Los Andes que “además del programa Proyectar, existen otros dos programas ‘Despertar’, que está destinado a niños, niñas y adolescentes de 11 a 14 años, y ‘Accionar’ destinado a adolescentes de más de 18 años”.
Para comunicarse con la Fundación Mayo pueden hacerlo haciendo clic aquí.