Mendoza aspiracional y entretenida. La fuerza desatada en nuestra querida provincia a partir del vino ha permitido el crecimiento de la actividad vitivinícola, gastronómica y hotelera. Creciendo en calidad de servicios, conectividad; todo impulsado por el turismo enogastronómico.
Es fundamental pensar en una Mendoza muy activa, con un fuerte compromiso de colaboración entre el sector público y privado, para lograr objetivos claros y sostenidos en el tiempo. La incorporación de nuevas rutas aéreas (Miami, España, etc.) y el aumento de frecuencias para las ya existentes, se vuelve una acción estratégica prioritaria.
La fuerza de la marca Mendoza ligada al vino es muy potente y el turismo que tracciona es el que verdaderamente difunde y propaga. Además, el posicionamiento como una industria y un destino con políticas apuntadas a la sostenibilidad, hacen de Mendoza un foco de crecimiento futuro con mucho campo para recorrer y seguir en expansión.
La madurez comercial, técnica y profesional que ha demostrado la actividad vitivinícola frente a importadores de diferentes países nos posicionan como una de las actividades más confiables de nuestro país, generando así constantemente nuevos mercados y afianzando los existentes.
Nuestra provincia debe legislar para que todas las actividades económicas cuenten con reglas claras para el desarrollo de todas las industrias. Crecer en infraestructura, educación y en la profesionalización de las distintas áreas, se convierte casi en una obligación.
Como solemos decir en la industria del vino, todos los años deseamos y trabajamos para hacer un mejor vino. Y es así como la estirpe mendocina ve el futuro; pensando en mejorar cada año (cada cosecha para nuestra industria) y así seguir siendo bandera en el mundo.
El futuro nos demandará infinitos aprendizajes y enormes esfuerzos, pero el trabajo colaborativo y responsable hará que sigamos brindando por una Mendoza reconocida en nuestro país y en el mundo.
*El autor es presidente de Bodegas de Argentina