Luego de analizar las 10 propuestas presentadas, el jurado elegido para seleccionar el Diseño de Sistema de Identidad y Comunicación Visual, que servirá para promocionar la Fiesta de la Vendimia, seleccionó el trabajo presentado por el equipo NENE, compuesto por el matrimonio Ana Carolina Chiconi y Fabricio de la Vega. La pareja mendocina ya se había presentado anteriormente en dos oportunidades
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“Estamos los dos muy emocionados y contentos, todavía no lo creemos, decíamos ¿te imagínate cuando veamos en la vía pública el afiche?, es una sensación muy rara, tantos años trabajando del diseño, para nosotros la Fiesta de la Vendimia es muy importante. Es muy significativo desde el diseño poder ponerle imagen a una fiesta que nos identifica en el mundo, por eso estamos realmente muy contentos y esperamos que lo disfruten, les guste y sea representativo de la síntesis. Es un gran honor ser parte de la historia de la vendimia”, contó Fabricio de la Vega en diálogo con Los Andes.
Y agregó: “Nosotros ya hemos participado en otras oportunidades, el ante año pasado quedamos terceros, y en otra oportunidad segundos. Y dijimos este año probamos una vez más, y bueno decidimos participar, queríamos nuestro producto en la fiesta de los mendocinos. La tercera es la vencida”.
En referencia a la idea que buscaban expresar con su trabajo el diseñador contó: “Lo que buscamos representar es el concepto del “Milagro del vino nuevo” que se remarca en esta poesía. Nosotros leímos la síntesis, para entender la poesía del relato, y tratar de ponerlo en imagen, era un desafío bastante importante porque son todas metáforas. Lo que buscábamos era un signo que aluda al concepto del milagro, y que de alguna manera también hablamos de la esperanza y de ese deseo que uno siente desde el interior para algo”. Y agregó: “Asimismo, el cómo hilar el corazón con las raíces de una tierra que late. Además, sumar el concepto metafórico del agua, la mano del hombre, el vino y el arte. El trabajo tenía que mostrar que todo está conectado y que tiene que ver con este milagro”.
Y aclaró: “La idea trata de representar la síntesis, pero también hay toda una parte que tiene que ver con el diseño, la comunicación, que la pieza sea fácil de entender, llamativa. Entonces hay que manejar recursos desde lo creativo y también desde lo práctico para que realmente funcione”.
Carolina y Fabricio son pareja hace muchos años, pero además llevan el mismo tiempo trabajando juntos, en ambas tareas no es fácil siempre estar de acuerdo, pero gracias a que son un gran equipo pueden lograrlo: “Somos matrimonio hace 20 años, y hace el mismo tiempo que trabajamos juntos, sabemos que nos gusta y hasta donde participa uno y hasta donde participa el otro, en que es bueno uno o el otro. Carolina trabaja mucho con bodegas y clientes privados, y toda la parte tecnológica y de ajuste la tiene muy pulida, yo soy profesor titular de dibujo a mano alzada de la Universidad de Cuyo, entonces nos complementamos. Yo voy más por el lado del arte y la parte más subjetiva, y Carolina, que tiene los pies más sobre la tierra, baja el concepto del diseño más funcional”.
Ambos diseñadores contaron que trabajaron durante dos semanas en su propuesta, la primera semana fue destinada a pulir su idea y trabajar el concepto, y la segunda, la utilizaron para elaborar el sistema gráfico, que según contaron fue “bastante difícil y complejo”.
Este año la vendimia tiene la particularidad de ser el “regreso a la presencialidad”, aspecto que fue también fue determinante en esta pareja de diseñadores: “Fue uno de los motivos que, también, nos llevó a presentarnos. A mí me gusta correr, el año pasado por febrero subí el Cerro de la Gloria y saqué algunas fotos del teatro griego, y fue una tristeza muy grande, porque si bien se estaba planeando una vendimia virtual, el hecho que sea presencial se vive de otra manera para los artistas y el público. Y poder ser parte de este evento presencial, después de todo el encierro que vivimos, es una gran satisfacción y compromiso, y por eso también fue un desafío, y hablábamos entre los dos y decíamos “tenemos que presentar algo que esté a la altura de la circunstancia, porque es la vuelta, el retorno”, contó de la Vega.
Y agregó: “Nos encanta la vendimia, amamos el vino, ambos somos unos grandes degustadores del vino, lo amamos no solo por la bebida en sí, sino porque tenemos toda esa tradición de la tierra y la viña, es parte de nuestra familia. Además, trabajamos mucho para las bodegas. Yo en particular, comencé en mis inicios como diseñador profesional en Cultura, por 2002, y trabajé siete años. Me tocaba recibir el afiche de vendimia y adaptarlo a credenciales y vía pública. Estamos vinculados a la temática de los trabajadores del vino por distintas circunstancias laborales y personales”.
Carolina y Fabricio comparten muchas pasiones, pero, además, son los orgullosos papás de tres chicos: “Tenemos una nena de 17 años Zoe y mellizos de 13 años, dos varones, Joaquín y Manuel. Ellos tienen su ramito del dibujo, pero aún no están definidos, Zoe va a un colegio de la Universidad a la modalidad de arte y está viendo que seguir estudiando. Joaquín baila hip hop hace muchos años, y a Manu le encanta dibujar. También sumó mucho el aguante de nuestros hijos que nos insistían para participar, ellos opinaban sobre lo que íbamos trabajando en el afiche. Es un poco una casa de locos”, contó feliz el diseñador.
Para el cierre, Fabricio quiso hacer una mención muy especial, contó por qué su equipo se llama “Nene” y dejó una sentida dedicatoria. “Nene, tiene que ver con una cuestión personal, este año tuvimos, lamentablemente, la pérdida de una profesora de dibujo y colega muy querida, Graciela Llop, y ella me decía “nene”. Así que va por ella, en su honor y se lo dedicamos, y a sus hijos también, dos niños muy buenos, merecen este reconocimiento”.