La discriminación suele tener múltiples formas de ejercerse y muchas de ellas son por demás sutiles. Esto hace que afecte a determinados grupos de personas y eso lleva a que se invisibilicen prácticas condenables.
Esto le ocurrió a una mujer en Salta pero su historia es la de miles de personas a lo largo y ancho del país. A través de Twitter, Marti Braslavsky (@MartiBraslavsky) relató lo que le ocurrió cuando fue a comprar ropa.
“Que caro es ser gorda en Salta. Un buzito que no sea talle único te sale el doble”, comenzó con el llamativo relato de su amarga experiencia.
“Ni hablar de los joggings, los jeans... Si aumentaste un par de kilos más vale hayas aumentado un par de ceros en la cuenta también”, concluyó.
La publicación de la chica provocó una catarata de comentarios de muchos consumidores que se sintieron identificados con el caso de la twittera. Pero las repercusiones fueron más allá e incluso vendedores se sumaron a la polémica.
La propietaria de un local de ropa aportó su visión y fustigó contra la realidad de la discriminación en la fabricación de prendas: “Vendo ropa en talles grandes y me da tanta pero TANTA bronca”.
“Porque el problema no empieza acá, empieza en los fabricantes de ropa de Buenos Aires. Algunos mayoristas te van sumando de a $100 por cada talle”, sentenció.