Cada día se cuestiona más la forma en la que volverán las clases, desde Gobierno se quiere de la presencialidad y del otro lado, docentes y gremialistas rechazan las medidas, finalmente se confirmó el inicio del ciclo lectivo en la ciudad de Buenos Aires para el 17 de febrero lo que aún está en discusión es si será de forma presencial o virtual, sobre todo pensando en el rebrote de coronavirus.
Este viernes, autoridades de educación de la ciudad porteña se reunieron con los representantes de los principales gremios docentes, en dos encuentros, en donde se ratificó que la idea es que los chicos estén en las aulas para volver a clases.
A las 10.30 fueron convocados los referentes de UDA, UTE, Camyp, Adef, Sedeba, Amet, Seduca, Adia y Suetra. Y a las 14, dirigentes de Compromiso, Sadop, Edupec, AEP, CPD, Ademys, Sutecba, ASED y Suetra.
La posición de los gremios mayoritarios es totalmente contraria a la idea de gobierno: sostienen que, en la situación sanitaria actual, es impensado retomar la presencialidad, salvo que haya una inversión en infraestructura para que las escuelas estén en condiciones de sostener el distanciamiento social dentro de los edificios educativos.
Tras la reunión matutina, Alejandra Bonato, secretaria gremial de Ctera, sostuvo que no hubo ninguna propuesta de las autoridades porteñas y dejó una polémica frase.
“Tenemos escuelas con 1000 docentes, por ejemplo, la escuela Raggio. El nivel de circulación dentro de una escuela es tan alto que podría compararse a una fiesta clandestina. En este caso, serían fiestas clandestinas habilitadas por el Gobierno”, aseguró cuando fue consultada por el medio televisivo TN.
Ante la sorpresa y la repregunta, la dirigente sindical aclaró que no estaba comparando las clases con las fiestas clandestinas, y que sólo hablaba del “nivel de circulación del virus”.
Bonato recordó que el actual nivel de contagios es igual al de julio de 2020, “cuando todo estaba cerrado, no solo las escuelas”. Y dijo que “sería bárbaro” que se pudieran dictar clases con 10 alumnos por aula, pero advirtió que, para eso, se necesita inversión en infraestructura.
“No escuchamos nada, en este momento nadie sabe qué va a pasar con este virus. Lo dijo ayer el ministro de Salud de la Ciudad, Quirós, que dijo que ellos iban a seguir evaluando la situación para respetar el semáforo epidemiológico de acá al 17 de febrero”, dijo Boneto.
Y agregó: “Si nos guiamos por el semáforo utilizado en Estados Unidos, donde no existe la UTE, para aclarar que no es una cuestión sindical, la Ciudad de Buenos Aires estaría en rojo. Es lo que dicen los sanitaristas, que si el semáforo está en rojo es imposible la presencialidad en una escuela, con pibes dentro de un aula con tamaño reducido para la condición epidemiológica. Con estas condiciones de contagio, eso es impensable”.
El subsecretario de Carrera Docente del Ministerio de Educación porteño, Manuel Vidal, fue quien encabezó la reunión y durante el encuentro precisó que “la presencialidad es prioridad absoluta y no hay más tiempo para perder”.
Y remarcó: “Si todos nos cuidamos y respetamos los protocolos, la escuela es un lugar seguro”.
En el Gobierno de Horacio Rodríguez Larreta precisaron que se está realizando un trabajo conjunto con el ministerio de Salud para avanzar en la vuelta a clases con protocolos seguros y las medidas de higiene y seguridad necesarias.