La instantánea es tan simple como emotiva: una mujer asomándose por la puerta entreabierta de su casa mientras levanta su mano derecha y saluda a alguien que justo fue a visitarla. Su blanco pelo despeinado, la alegría e inocencia de su mirada –clavada en el destinatario de su saludo-, varias capas de abrigo y las arrugas en su rostro –que evidencian experiencia de vida- completan la postal tan cotidiana e inocente.
La protagonista de la foto, tomada en julio de 2021, es Marta Lucía Almada (78), y la imagen se convirtió en una de las 5 gigantografías que la Municipalidad de Godoy Cruz imprimió en paneles de papel de 2 metros x 1,90 metros y pegó en uno de los sectores de los murales de la ciclovía.
Entre las miles de personas que caminan a diario por el lugar, ayer pasó una de las nietas de Marta. Y aunque la foto está pegada en el lugar desde febrero de este año, recién ayer -jueves 7 de julio- la familia de Marta Almada cayó en la cuenta de que, con su simpatía e inocencia características, la mujer se toma su tiempo para “saludar” a todos los peatones y ciclistas que transitan por el lugar.
“Cuando mi prima le mandó la foto a su hermana ayer, le dijo: ‘Mirá, esta señora es igual a la abuela’, y fue ahí que mi prima le dijo que no era igual, sino que era la abuela”, rememora Micaela Pardo (28) a Los Andes sobre cómo impactó y emocionó el hallazgo de la foto a los hijos y nietos de Marta.
Cuando Mica recibió la foto que su prima tomó de la gigantografía en el espacio público godoicruceño, tuvo una brillante idea: la compartió en Facebook para que la comunidad la ayude a dar con el autor de la foto original. “Decidí subirla a las redes y pedí a la gente que me ayude a compartirla. Quería llegar al autor de la foto y saber si podía conseguir la original. Y fue increíble como la gente me empezó a contactar. Con mi mamá nos emocionamos muchísimo y hemos llorado un montón”, repasa Mica, quien vive en el barrio Tres Estrellas (Godoy Cruz).
El autor de la foto original es Juan Ignacio Blanco, fotoperiodista mendocino que trabaja en la Municipalidad de Godoy Cruz, y quien ya se contactó con Mica y le hizo llegar la foto original. “A la foto la saqué en julio del año pasado, había ido a hacer una cobertura en la zona y justo me topé de frente con la mujer que había salido a abrir la puerta de su casa y estaba saludando a alguien que había ido a visitarla. Siempre me gustaron mucho los retratos callejeros y por eso elegí esa foto para que sea gigantografía”, rememora Blanco, quien –entre risas- confiesa que antes de contactarse con la familia de Marta y conocer qué querían, tuvo miedo de que le reprocharan algo.
“En un momento creí que me iban a criticar por haberle sacado una foto a la mujer sin su consentimiento, pero cuando me contacté con la nieta por Facebook, me agradeció mucho y me preguntó si podía hacerle llegar la original. Obviamente lo hice”, cuenta el fotógrafo y periodista mendocino.
Una foto, toda la ternura y la nostalgia
Aunque solamente pasó un año desde que Juan Ignacio Blanco le tomó a Marta la foto que hoy es parte de los murales de la ciclovía, su nieta confiesa –con la voz quebrada- que su abuela cambió mucho en este tiempo y que su salud desmejoró.
“Mi abuela tiene demencia y está súper perdida, hoy casi que no reconoce ni a sus hijos ni a sus nietos o bisnietos. Además, a principios de año tuvo una infección que la llevó a que perdiera un ojo. Por esto mismo nos dimos cuenta, cuando vimos la imagen del mural, de que era una foto vieja. Nos pareció muy tierna cómo se la ve, por lo que quisimos saber quién la había sacado y conseguir la original”, cuenta Micaela sobre todo lo vivido ayer, desde el momento en que su prima vio la foto de la abuela en la ciclovía, compartieron la imagen en las redes y lograron dar con el autor de la foto y la imagen original.
“Lamentablemente mi abuela no es la que tengo ahora, está muy perdida. Y verla así, como está en la foto, me permitió recordarla como ella es. Mi abuela es todo para mí, los domingos nos juntábamos todos los nietos a comer y ella nos cocinaba a todos. Pero ahora no nos reconoce, me duele un poco todo esto”, sigue Mica con su voz quebrada de la emoción.
Marta Lucía Almada vive también en Godoy Cruz, a dos cuadras de la zona del Puente Olive, y sus hijos, nietos y bisnietos la van a visitar periódicamente, aunque ella no los reconozca. “Ella nos decía siempre que con la humildad se llega lejos, ¡y mirá a donde llegó ella con su humildad! A que su foto esté pegada en la ciclovía y a que todos los que pasan por el lugar la vean. Es un hermoso homenaje; verla con esa carita distraída, con mucha bondad e inocencia. Mi mamá, Silvana –hija de Marta- se reía cuando vio la foto y me dijo: ‘¡vaya a saber a quién estaba saludando!’. Esa de la foto es ella, con todas sus características”, continúa emocionada.
Ahora la familia de Marta quiere llevarla al lugar para que ella misma vea su foto y conozca a quien la tomó. “Estamos viendo si la llevamos esta tarde, o ya el fin de semana. Por ahí tiene muy poquitos instantes de lucidez y en que está consciente, pero la verdad es que no sabemos cuál va a ser su reacción cuando se vea a sí misma y en un mural tan grande”, cuenta Micaela.
La historia de la foto
Juan Ignacio Blanco –Juani, para quienes lo conocen de hace tiempo ya- es fotógrafo y periodista. Trabaja en la Municipalidad de Godoy Cruz y fue precisamente por la cobertura de una actividad oficial que en julio de 2021 llegó al barrio donde vive Marta Almada, en Las Tortugas.
“Estaba pasando por el lugar, con la cámara en mano, y le saqué la foto a la mujer cuando la tuve de frente, mientras ella abría la puerta y saludaba a alguien que había ido a verla. Fue una cuestión de segundos. Pero después, cuando vi la foto, me gusté mucho. Y cuando el diciembre del año pasado (el director de Cultura de Godoy Cruz) Diego Gareca me propuso hacer una muestra de fotomuralismo en la ciclovía de Godoy Cruz, no lo pensé dos veces y elegí la foto de Marta entre las 5 que se mandaron a imprimir en tamaño de gigantografía”, rememora a su turno Blanco. “Fue el gesto de estar saludando, la cara y la inocencia de la mujer lo que me llevó a elegir esa foto”, acota Juani, quien en ese momento ni siquiera sabía que la protagonista de su foto se llama Marta y que se convertiría en un viral en las redes con su tierna historia y todo lo que generó esa misma foto entre mendocinos y mendocinas.
En febrero la foto de Marta –y otras 4 tomadas por Juan Ignacio Blanco- pasaron a ser parte del circuito artístico y cultural del espacio público. Y ayer Juani se sorprendió con todo lo que generó su trabajo.
“Que te busquen para agradecerte por un laburo que hiciste y porque generó tanto impacto es algo que moviliza un montón. La nieta de la mujer me agradeció y me preguntó si podía darle la original. Es una satisfacción enorme el poder generar algo en la gente, sobre todo sin saber que iba a llegar hasta la propia familia. Me gustaría encontrarme con ella en la ciclovía y ver su reacción al verse a ella misma en la foto”, concluye.