Sacar un pie de la cama parece una acción inofensiva y casi una “maña”. Sin embargo, una experta explicó que dormir con un pie destapado ayuda a tener un mejor descanso.
“La explicación de cómo influye la temperatura a la hora de conciliar el sueño es que para poder dormir tenemos que expulsar el calor interno hacia fuera a través de la vasodilatación”, explicó a TN María José Martínez, coordinadora del grupo de Cronobiología de la Sociedad Española del Sueño (SES).
En otras palabras, dormir con un pie afuera ayuda a regular la temperatura corporal. El cuerpo humano funciona como una máquina: de día se calienta para moverse y a la noche necesita bajar la temperatura para descansar. Por eso, a veces, cuando nos acostamos nos da un poco de frío.
“Lo que hacemos es disminuir la temperatura interna de nuestros órganos disipando el calor hacia afuera a través de la vasodilatación, es decir, se abren los capilares sanguíneos de forma que aumentamos nuestra temperatura periférica en la piel, las manos y los pies”, indicó Martínez.
Esa vasodilatación sirve para regular la temperatura corporal y poder descansar. “Por eso es que, en invierno, aunque haga mucho frío, también saquemos el pie fuera para expulsar ese calor”, indicó Martínez.
Claves para cuidar el sueño
Dormir bien es muy importante. De hecho, es uno de los ocho hábitos “esenciales de la vida” que recomienda la Asociación Americana del Corazón.
Ramiro Heredia (M.N. 117.882), médico clínico de la Séptima Cátedra de Medicina Interna del Hospital de Clínicas, recomendó doce consejos para tener un mejor descanso: establecer un horario regular para ir a dormir y levantarnos; si se tiene la costumbre de dormir la siesta no debería exceder los 45 minutos; evitar el consumo en exceso de alcohol al menos 4 horas antes de acostarse y de cafeína unas 6 horas antes de ir a la cama, y no fumar.
También hay que evitar los alimentos con alto contenido graso, picantes, o ricos en azúcar, y calorías hasta 4 horas antes de acostarse, esto incluye al chocolate, que tiene un efecto estimulante.
Hacer actividad física en forma regular puede ayudar a un mejor descanso, pero no justo antes de acostarse; usar ropa de cama cómoda; mantener la habitación bien ventilada, con una temperatura agradable; eliminar o bloquear el ruido que distrae, y la mayor cantidad de luz posible.
Además, recomienda usar la cama solo para dormir y tener relaciones sexuales, evitando que esta sea un lugar de trabajo, lectura, comidas, etcétera, y advierte que no es recomendable ir a dormir con hambre (en estos casos se puede comer algo liviano antes de acostarnos).
Por último, si una persona se acuesta y no se puede dormir, algunos expertos recomiendan no permanecer en la cama y postergar el horario en que se va a la cama.