En la región chilena de O’Higgins, sobre la Cordillera de los Andes, se ha proyectado (y ya avanza) un parque eólico que pretende instalar 65 aerogeneradores a lo largo de 17 kilómetros del cordón cordillerano. Más precisamente, el parque La Punta se ha planificado en una franja de altitud que comprende entre los 2.400 y 3.300 m.s.n.m. Para ubicarse del lado mendocino, el parque se encontrará a la altura de San Rafael.
Y aunque el proyecto avanza a nivel administrativo, del otro lado de la cordillera genera una fuerte preocupación. Y es que el área se encuentra en pleno hábitat del cóndor andino, una de las especies más importantes del ecosistema de esa región de montaña y que ha sido declarado monumento natural, tanto en Chile como en Argentina. El problema y la preocupación, según especificaron desde el Programa Binacional de Conservación del Cóndor Andino (Chile - Argentina), es que el parque eólico y los aerogeneradores interceptan un importante corredor de vuelo de cóndores, información que se ha verificado de acuerdo a observaciones satelitales.
Pero, según sostienen, el mencionado corredor es utilizado también por otras especies de aves rapaces migratorias, protegidas por acuerdos internacionales y que también se verían afectadas por el parque.
Desde el Programa Binacional de Conservación del Cóndor Andino destacaron que el propio estudio de impacto ambiental del parque La Punta (que está en análisis de las autoridades chilenas) ha calificado como “significativo” el impacto ambiental por situaciones de colisión de cóndores con los aerogeneradores. “Se proyecta la posibilidad de que mueran cuatro cóndores al año, lo que implicaría 120 cóndores muertos durante la vida útil del proyecto (30 años). Es decir, prácticamente la mitad de la población de cóndores que habitan Venezuela, Colombia y Ecuador. Desde ya, las medidas de mitigación y compensación que plantea la empresa en el estudio de impacto ambiental las consideramos absolutamente insuficientes y mal orientadas, lo cual contraviene la legislación ambiental de Chile y Argentina”, detallaron en un comunicado desde el programa.
Además de impulsar una iniciativa de junta de firmas rechazando el proyecto en la plataforma Change.org, los referentes del programa presentaron dos notas formales. Una de ellas está dirigida a los presidentes, ministros de Ambiente y embajadores de ambos países. Y la otra es el pedido de más de 80 especialistas internacionales que piden que se frene el emplazamiento del parque “que podría causar la muerte a 120 cóndores”.
“Esperamos que intervengan para evitar que se lleve a cabo el emplazamiento del mencionado parque eólico en el lugar propuesto sea trasladado a un espacio que no afecte la supervivencia de esta especie amenazada. La construcción del proyecto La Punta representa una grave amenaza a una especie protegida por las leyes de ambos países, declarada como especie amenazada, monumento natural en Chile y en varias provincias argentinas, emblema de cuatro países sudamericanos incluido Chile, una especie clave por su rol ecológico y de relevancia única en todas las culturas originarias andinas”, detallaron en la primera de las notas.
La presidenta de la Fundación Cullunche, Jennifer Ibarra, es la vocera del programa de preservación del cóndor del lado mendocino. “Nuestra idea y nuestro pedido es que no lo hagan en ese lugar, sino más al Sur y en un punto donde no se afecte el corredor de cóndores”, indicó a Los Andes, y destacó que insistirán por todas las vías y por el lado diplomático.
Un programa fundamental
Chile y Argentina comparten la población más grande y extensa de cóndores a nivel sudamericano, por lo que su estado determina la condición de la especie a nivel global. En 2001, los esfuerzos de conservación que se venían desarrollando en ambos países se aunaron en el Programa Binacional de Conservación del Cóndor Andino Chile-Argentina. Desde entonces, el programa ha desplegado grandes esfuerzos de investigación, rehabilitación de ejemplares heridos, cría en cautiverio y liberación, educación y divulgación, integración con las comunidades locales y pueblos originarios.
“El cóndor no tiene enemigos naturales, posee una larga longevidad, la madurez sexual la alcanza recién a los 8 años y su tasa reproductiva está entre las más bajas entre las aves, criando cada pareja -en el mejor de los casos- un pichón cada dos o tres años. Por ello, cualquier factor de origen humano que aumente su mortalidad implica una rápida caída poblacional y su posible recuperación es muy lenta y compleja”, destacaron desde el programa binacional en un comunicado.
“Los factores de amenaza más importantes para el cóndor están bien identificados, incluyendo las muertes por envenenamiento con cebos tóxicos, la intoxicación por ingesta de balas de plomo y la caza furtiva”, agrega el escrito que apunta contra el futuro parque La Punta como otra amenaza.
Tal como se enfatiza en todas las guías a nivel internacional, el desarrollo de parques eólicos es una buena opción de generación de “energías limpias”, siempre y cuando su emplazamiento no implique impactos ambientales importantes, entre los que destacan aquellos que se pueden producir sobre la fauna voladora por colisión con los aerogeneradores. De hecho, el primer paso que recomiendan es una evaluación previa del sitio de posible emplazamiento, incluso antes del desarrollo del EIA, de modo de descartar presencia de hábitat críticos, con especies amenazadas, topografía que favorezca corredores de vuelo y presencia de humedales.
A lo largo de los 30 años de trabajo, desde el programa se ha logrado establecer un récord mundial de cría de 76 pichones de cóndor en Argentina y 25 en Chile, que han sido un valioso aporte a acciones de repoblamiento y fortalecimiento poblacional en Sudamérica.