El comedor y merendero “Huellitas de Fuego”, que trabaja bajo la premisa “Por una niñez llena de amor”, organiza actividades para los niños durante todo este mes de enero.
Situado en el barrio Barrancos II, Manzana Ñ, Casa 8, domicilio de su fundadora, Natalia Atencio, el lugar contiene y brinda entretenimientos y talleres a una gran cantidad de niños en estado de vulnerabilidad.
Los lunes se desarrolla la denominada “Horita feliz y merienda”, desde las 18, cuando empieza a bajar el sol. Los martes y jueves, a la misma hora, se realizan talleres y diversas actividades lúdicas, además de la merienda.
Finalmente, los miércoles, a la misma hora, se brinda un espacio de arte.
El comedor es durante todo el año un punto de encuentro y alegría para alrededor de 140 niños que retiran sus viandas todos los días, mientras que los sábados acuden a compartir la denominada “Horita feliz”. El lugar cumplió 5 años de existencia y lo celebró en diciembre con shows musicales y una merienda para todos los presentes.
Ni el refugio “Mujeres de fuego”, destinado a mujeres que sufren violencia y cuyo lugar se mantiene en reserva, ni el comedor tienen banderas políticas y, por ende, carecen de ayuda gubernamental. “Nos autogestionamos, ya que que brindamos talleres de tejido, costura, manualidades y hasta tenemos un emprendimiento textil donde fabricamos vinchas, calzas y otras prendas de vestir que vendemos en ferias”, comentó Natalia Atencio, madre de cuatro hijos y fundadora del lugar junto con su mamá.
El dinero que obtienen las mujeres involucradas se reinvierte en insumos para seguir confeccionando ropa y en alimentos para el comedor, como carne y verdura.
“Es una verdadera cadena de amor y solidaridad, ya que todas las mujeres trabajamos, nos acompañamos y producimos. Si yo pude salir con muy pocas herramientas en una época en que no existía ningún tipo de información, cómo no van a salir estas mujeres”, dijo.
Muchos años atrás, Natalia Atencio (46) vivió un verdadero infierno en su hogar. Sufría violencia de género y salir de ese ambiente era casi una utopía.
Fue su mamá, María Muñoz, quien tomó cartas en el asunto: con decisión y firmeza, la llevó a una obra de teatro donde se abordaba la temática. Natalia tuvo contacto con otras mujeres en idéntica situación y, de a poco, fue saliendo, participando de charlas y estudiando siempre bajo la supervisión de su madre. Pese a que carecía de instrucción, actuaba por instinto. Y no se equivocó.
Ni por asomo, Natalia y María iban a imaginar la obra inmensa que iban a fundar entre las dos y que sigue creciendo: el refugio Mujeres de Fuego, que reúne a víctimas de violencia y lleva en su haber más de 70 casos recuperados; y el comedor Huellitas de Fuego, que funciona en su propio domicilio de barrio Barrancos II, manzana Ñ casa 8.
Insistió en que el objetivo es seguir funcionando con la fuerza y el empuje de siempre. Eso sí: sin colores políticos que distorsionen la acción genuina. “Todas las donaciones serán bienvenidas porque asistimos a muchos niños de barrios vecinos que se acercan religiosamente a retirar sus raciones. El comedor funciona muy organizadamente, solo quedan algunos detalles, sobre todo vajilla, mesas, sillas, utensilios”, dijo.
El refugio, en tanto, es un objetivo y deben levantarlo de cero, aunque el terreno ya lo tienen. “Nuestra asociación tiene muchos años y tenemos trayectoria. Lo más interesante es que fue fundada por personas que sufrimos violencia, pero nos fuimos capacitando, estudiando y autogestionándonos. Siempre hemos salido adelante”, reflexionó.
Cómo colaborar
Quienes deseen colaborar con este comedor que funciona todo el año pueden hacerlo a través del teléfono 2615 02-1557 (Natalia).