La vacuna contra la Covid-19 ya es una realidad para muchas personas alrededor del mundo. Entre ellas, para Mariano Polidori (47), un médico mendocino que trabaja en Miami (Estados Unidos), desde hace 12 años, y que ya recibió la primera dosis.
Tras colocarse la elaborada por el laboratorio Pfizer, que tiene su sede central en Nueva York, Polidori contó su experiencia a Los Andes y lo primero que dijo es que prácticamente no hubo efectos secundarios. “Sólo algo de dolor en el hombro, donde me la coloqué”, dijo.
En el país del norte hace una semana que comenzó la campaña de vacunación masiva. El miércoles pasado, el gobierno de Trump ya había inoculado a más de un millón de personas, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Por otra parte, ya se entregaron en todo Estados Unidos 9.465.725 dosis de los inmunizantes aprobados.
“Empezaron a distribuir la vacuna para los trabajadores de primera línea. Para los que atendemos a los pacientes de Covid o de cuidados intensivos. Las primeras vacunas de Pfizer que llegaron al hospital nos las ofrecieron a los que estamos en contacto directo”, detalló Polidori, quien es médico de familia y hospitalario.
En cuanto al volumen de vacunación, el sanmartiniano contó que se está vacunando a una persona –citado previamente por el hospital- cada 15 minutos, lo que equivale aproximadamente a 300 dosis por día.
“El tema es que las vacunas de este laboratorio deben estar almacenadas con mucho frío, y empezaron a distribuirla primero donde ya había refrigeradores para conservarlas. Una vez que llega la partida a estos lugares, se debe reconstituir, es decir mezclarla para inyectar, y luego hay seis horas para administrarla, a temperatura ambiente”, describió el médico.
Esta vacuna requiere para su conservación temperaturas de -70 °C, lo que complica su almacenamiento y traslado. Sin embargo, es la que está dentro del rango de mayor efectividad: un 95%.
También dijo que, una vez inyectado el paciente, se debe esperar 15 minutos para observar alguna reacción alérgica, sobre todo quienes tienen una predisposición de este tipo. Luego, la segunda dosis se aplica tres semanas más tarde.
“Yo me coloqué la vacuna el viernes 18. No tuve nada de dolor. Por ahí pensaba que, ya que se la debe conservar a tanto frío, quizás lo iba a sentir en el cuerpo, pero estaba a temperatura ambiente. Al otro día de vacunado tuve algo de dolor en el hombro en el sitio de la inyección”, describió, agregando que una colega le contó que a las tres de la mañana tenía dolor en el brazo.
“El segundo día es como una picadura. Y al tercer y cuarto día, ya nada. No tuve ni decaimiento, ni fiebre. Nos habían dicho que podían aparecer hasta una expresión leve de la enfermedad. O sufrir falta de energía o dolor de extremidades. Pero a la gente con la que estuve en contacto no le pasó nada”, subrayó.
El médico mendocino señaló que no le dieron ninguna limitación tras colocarse la vacuna, aunque le sugirieron que tuviera dos o tres dias libres posteriores, por si tenía alguna reacción. De todas formas, como Mariano tenía que ir a trabajar igual, esos días no se los tomó. “Cuando estás de turno... estás de turno. Los hospitales están copados de gente y hay muchas personas enfermas con Covid”.
Polidori contó que cree no haber tenido Covid, pero que, de todas formas, en marzo estuvo 10 días de cama desde donde no se podía mover. Según recordó, en esa época en el hospital estaba muy expuesto, no había test para nadie y, aunque se hizo estudios de anticuerpos, el resultado le dio negativo. “Pero la verdad es que no sé si tuve”, remarcó.
Inocular esperanza
El médico mendocino relató que la llegada de la vacuna generó esperanza en los estadounidenses, porque es preocupante el estado de la economía del país. De todas formas, en el día a día el ánimo social no ha cambiado mucho. En donde sí hay más ánimo es entre sus colegas, porque muchos son mayores y estuvieron graves, por lo que ahora se respira alivio.
Otro punto importante, cree, respecto al humor social, ha sido la elección de Joe Biden como presidente de Estados Unidos. Polidori contó que Donald Trump promovió una visión que tendía a ignorar el problema y, como mucha gente lo seguía, iba con esas ideas a tiendas o restaurantes sin máscaras. “Entonces se generaban muchas peleas. Pero eso desapareció cuando ganó Biden. Ahora entendemos que hay que seguir las directivas y enfrentar el problema. Tomando las medidas adecuadas y con distanciamiento social”, comentó.
De todas maneras, son muchos los que creen que los demócratas –el partido de Biden- traerá aparejadas más medidas punitivistas respecto a las restricciones y un gran sector de la población estadounidense se opone a esto. “La gente ya no quiere más restricciones. Quiere viajar, está cansada”, cerró el mendocino.
Miedo a la mutación
El médico mendocino Mariano Polidori, residente en Estados Unidos desde hace 12 años, contó que, tras el pico de contagios sucedido en Inglaterra, se generó miedo en la población estadounidense. Sobre todo, por una posible segunda ola y por las consecuencias de una mutación del virus SARS-CoV-2.
“Hubo mucho miedo el fin de semana, cuando salió la noticia en Inglaterra de que había una cepa nueva y la gente pensaba que iba a pasar lo mismo aquí. Pero analizaron la situación y dijeron que el virus ha mutado, pero que de todas formas las vacunas actuales igual serían efectivas y todo se calmó”, recordó.
También hubo una reacción de la bolsa de valores. Porque persiste el miedo económico a otra cuarentena estricta. “Todas las industrias que dependen del turismo o el petróleo, la hotelería y los restaurantes, están temerosos. Lugares a los que tiene que ir la gente a comprar presencialmente han cerrado y los que han sobrevivido vienen remando. Temen que se genere un nuevo efecto en cadena”, opinó Polidori.