Un experto de la pandemia especificó cuáles son los 10 errores más graves y cómo está Argentina frente a ellos

El gurú del tema, Tomás Pueyo, cuando escribió “el martillo y la danza” para frenar al coronavirus, en un artículo repasa en qué fallaron la mayoría de los países incluyendo a nuestro país.

Un experto de la pandemia especificó cuáles son los 10 errores más graves y cómo está Argentina frente a ellos
Para Tomás Pueyo hubo muchos errores en el manejo de la pandemia. Orlando Pelichotti/ Los Andes

Tomás Pueyo no es epidemiólogo ni virólogo, trabaja en Silicon Valley, sin embargo, se ha convertido en una de las voces más influyentes a la hora de pensar cómo podría controlarse la pandemia por coronavirus que azota al mundo.

Es que este ingeniero francés recibido en la Universidad de Stanford (EE.UU.) es el autor de la estrategia “el martillo y la danza”, donde habla sobre qué se debe hacer frente a una cuarentena estricta para frenar la circulación del virus al inicio de la pandemia.

Respecto a “la danza”, el experto se refiere a la implementación de medidas quirúrgicas que permitan salir de la cuarentena para no afectar la economía, mientras se controla la circulación del virus.

Pero un nuevo artículo publicado en el sitio Uncharted Territories habla sobre los 25 errores que han cometido los países frente a la pandemia. Sin embargo se hizo hincapié en los diez primeros.

1-No aprendimos lo suficientemente rápido

Para Pueyo este es el error principal, del cual se desprenden todos los demás.

“En un mundo normal, incorporar nueva información lentamente está bien. El gobierno se toma su tiempo para analizar situaciones, debatir soluciones y encontrar un camino a seguir que sea adecuado para la mayoría de las personas. Pero no estábamos en tiempos normales. Estábamos en guerra. Y la mayoría de los gobiernos la perdieron porque no pudieron adaptarse”, asegura el experto.

En Argentina hubo muchas indecisiones que se demoraron por esperar las recomendaciones de la OMS, como por ejemplo, se tardó en asumir la importancia de usar barbijos y de que la principal vía de contagio es el aire. Otro ejemplo fue la demora en el cierre de las fronteras para frenar el ingreso de nuevas variantes.

2-Fallas en el testeo, rastreo y aislamiento

Según Pueyo, los países exitosos en controlar la pandemia fueron aquellos que lograron rastrear, testear y aislar a tiempo a todos los casos y sus contactos estrechos. En esa lista están: Corea del Sur, Taiwán, Nueva Zelanda, Japón, China Islandia y Australia, entre otros.

Pero Argentina se ubica en el otro grupo. “Algunos países simplemente no pudieron reducir los casos lo suficiente, sin importar lo que hicieran. Argentina y Perú son buenos ejemplos de esto. Así que ni siquiera tenían la opción de testear, rastrear y aislar. Pero los países más ricos no tienen excusa”, detalla Pueyo.

3-Gestión de las vacunas

Para este gurú, la gestión de las vacunas es una falla que afectó de manera global: “Tuvimos meses para prepararnos. Y, sin embargo, casi un año y medio después del descubrimiento de la primera vacuna, los suministros siguen siendo enormemente escasos en todo el mundo”.

Entre las razones menciona las demoras en aprobar las vacunas y acordar las compras con las farmacéuticas, sumado a la negativa de compartir la propiedad intelectual por parte de estas empresas. Y en ese sentido el ritmo de vacunación en Argentina es lento.

4-Los testeos rápidos

Realizar testeos a toda la población, sin importar si presentan síntomas o no, y de manera frecuente hubiese sido una estrategia exitosa desde lo sanitario y económico, asegura Pueyo.

Además ciritca que Estados Unidos se demoró en implementar los test de antígenos. Mientras que realza la gestión de Eslovaquia que realizó una campaña de dos días durante la que testeó a todos. Detectó decenas de miles de casos y redujo la prevalencia del virus en un 80 %.

Argentina no tuvo testeos masivos. Según el sitio statista.com, en el país se realizaron a la fecha 250 mil test cada millón de habitantes, cuando en Reino Unido son 2,3 millones; 1,3 millones en EE.UU., 675 mil en Chile, 204 mil en Brasil.

5- Aplicar la lógica de los países desarrollados a las economías emergentes

Imitar el modelo para frenar la pandemia en África, India y América latina como se logró en Corea del Sur o Taiwán fue un fracaso, asegura Pueyo. La cuarentena estricta trajo consecuencias económicas en estas naciones y no lograron frenar la pandemia.

6-Regionalismo

Pueyo sostiene que por prejuicios o política los países occidentales no siguieron el ejemplo de las buenas prácticas ejecutadas por las naciones orientales. Las excepciones son Australia, Nueva Zelanda e Islandia.

Para Argentina, hace falta preguntarse cómo actuaron los países de la región para controlar la pandemia. El distanciamiento político entre sus gobernantes parece haber sido un lastre para trabajar cooperativamente durante esta emergencia sanitaria en América latina.

7-Aerosoles, barbijos y supercontagios

Muchos países demoraron en reconocer la importancia del uso del barbijo y que la transmisión más grande es por aerosoles. Es decir que la vía de contagio principal está en el aire.

Desde marzo de 2020 ya se sabía que el mayor riesgo provenía de los eventos de supercontagio en espacio cerrados.

“Hemos tenido suficiente información para actuar en todo esto durante más de un año. Japón, por ejemplo, aceptó la transmisión en aerosol en febrero de 2020. Y, sin embargo, de alguna manera esto no se filtró en la toma de decisiones”, afirma Pueyo.

Si se hubieran aceptado estas premisas, la gente podría haber circulado y trabajado en espacios abiertos y haber realizado las inversiones correspondientes en ventilación.

8-La cuarentena y después qué

Cuando inició la pandemia no se sabía nada sobre coronavirus, dice Pueyo. La única medida que aplicaron los gobiernos fue una cuarentena estricta, a lo que el ingeniero llama “el martillo”. Sirvió para frenar la circulación del virus y ganar tiempo, pero no fue la solución.

Pocos gobiernos aprendieron sobre qué hacer durante la pandemia, por lo que aplicaron medidas como los controles fronterizos estrictos, el testeo, rastreo y aislamiento, el uso del barbijo y la ventilación.

“El martillo funcionó, se volvieron adictos y vieron clavos por todas partes”, asegura Pueyo.

Es inevitable pensar en el latiguillo que se aplicó a lo ocurrido en Argentina: “la cuarentena más larga del mundo”.

Los cierto es que la cuarentena estricta duró poco en el país. Las medidas se fueron relajando, pero las autoridades sanitarias argentinas tampoco supieron cómo bailar con la pandemia. Como en varios países del mundo, Argentina sumo una crisis económica a la crisis sanitaria.

Nada de eso ocurrió en China, Australia o Nueva Zelanda, donde supieron aplicar el martillo a la pandemia y luego danzar para mantenerla controlada.

9-Pruebas de desafío

Para Pueyo, el desarrollo de las vacunas se hubiera acelerado si los científicos hubieran utilizado los challenge test (pruebas de desafío), ensayos en los que los voluntarios son vacunados y luego infectados para probar la eficacia de la fórmula.

Este tipo de estudios es polémico y tiene algunos dilemas éticos. Pero Pueyo cree que es necesario hacerlos.

“Probablemente haya escuchado que Moderna diseñó su vacuna en dos días. ¡Para el 13 de enero de 2020! La mayor parte del tiempo hasta la aprobación, 11 meses después, se dedicó a probar la vacuna. Recortar esa línea de tiempo habría salvado billones de dólares en la economía y millones de vidas”, asegura.

10-Sacralizar los privados

“Durante más de un año, los países han tenido que equilibrar la destrucción de vidas, la economía, la libertad y la privacidad. De alguna manera, prevaleció la privacidad”, sostiene Pueyo.

El experto cree que eso pasó solo porque los gobiernos no quisieron entrar en ese debate.

De lo contrario se podría haber mejorado mucho el control de la pandemia, como ocurrió en Corea del Sur: excelente rastreo de contactos, aislamientos y cuarentenas, con una reducción muy limitada de la privacidad.

Otros errores

Pueyo menciona 15 errores más, aunque no tan importantes como los diez anteriores. Estos son:

11. Malentendido sobre la libertad individual.

12. Ser incapaz de tomar decisiones en condiciones de incertidumbre.

13. No darse cuenta de que el valor del tiempo ha cambiado.

14. No entender el crecimiento exponencial.

15. No adaptarse a las zonas de menores ingresos.

16. Usar la narración de historias contra la realidad.

17. Olvidar que las buenas fronteras crea buenos vecinos.

18. Olvidar que el virus muta.

19. Dejar que los estados subnacionales se defiendan por sí mismos.

20. Mala gestión de pruebas de PCR.

21. Mentir al público.

22. Subestimar la disposición de las personas a hacer lo correcto.

“Odio cuando subestimamos a la gente. Cuando se le pide a la gente que haga un sacrificio por el bien común y les explica claramente por qué necesitan hacerlo, la gente responde. A los humanos les gusta hacer lo correcto, incluso si es difícil”, asegura Pueyo.

23. Crear la sensación de no saber en quién confiar

24. Fiestas de contagio. “Si las personas hubieran querido, deberían haber podido infectarse de manera proactiva con Covid-19 y luego permanecer aisladas en un hotel u otra instalación hasta que dieran negativo”, sostiene Pueyo.

25. Pasaportes de inmunidad. Tras contagiarse y generar inmunidad, estas personas podrían haber tenido un pasaporte inmunitario y saltarse la cuarentena para trabajar y circular.

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