El sueño de todo conductor se pudo hacer realidad de la mano de un ingeniero cordobés. Lejos de ponerle un tubo de gas, Edmundo Ramos añadió un “tambor metálico” a su vehículo para que ande a base de agua y basura. El cordobés busca contribuir a mitigar el cambio climático, por lo que cede los planos de su invento, de manera gratuita en su página web, a quien quiera replicar su idea.
“Auto a Basura. Drive on waste. Una alternativa al combustible de petróleo”. Estas son las palabras con las que el ingeniero argentino Edmundo Ramos definió su proyecto. En 2018, nuestro protagonista terminó de fabricar un gasificador de residuos que funciona como combustible -el “gasura”-, y ahora está en la recta final para patentar esta modalidad de transporte sustentable a nivel mundial.
La segunda protagonista de esta gran invención es su Ford Falcon Ranchera modelo 1983, ya que el cordobés de 67 años demostró que cualquier vehículo puede funcionar a basura sin modificar el motor y circulando hasta los 115 kilómetros por hora. Una alternativa sustentable en medio de la escalada de contaminación que acecha al planeta a cada minuto.
DE CÓRDOBA AL “ED-MUNDO”
“En 2008 dejé de trabajar como ingeniero, pero no dejé de ser un inventor. Siempre reflexioné sobre la movilidad anclada a los combustibles derivados del petróleo, como si este recurso fuera infinito. Entonces surgió la necesidad de anticiparse a esa falta inminente y -al mismo tiempo-, contribuir a mitigar el cambio climático”, relató el inventor.
En una entrevista que Edmundo ofreció a TN, el cordobés contó que su meta era inventar algo sencillo, accesible para cualquiera en el patio de su casa: “Utilizo basura seca, la prendo fuego y a los 10 minutos salgo a la calle con el vehículo lleno de combustible. Yo quería que cualquiera pudiera copiar mi gasificador y logré armarlo con un tambor metálico, con una tapa y dos agujeros. Es simple y distinto a todo lo existente, con lo cual decidí patentar el invento”.
Y agregó: “Hay gente que copió mi sistema y lo utiliza para distintas cosas: en Suecia lo usaron para vehículos, en Estados Unidos para hacer generadores eléctricos, en África, en Paraguay, en Bolivia y hasta en Birmania. Un birmano montó una fábrica de estos gasificadores y le da trabajo y energía a todo su pueblo. Poco a poco, esto toma impulso”.
COMBUSTIBLE INFINITO
“El petróleo se acaba mientras que la basura no, incluso podemos terminar tapados de basura si seguimos así. Busqué en internet ‘auto a basura’ y no encontré nada. Así fue que tuve que empezar de cero: inventar fórmulas, tablas y coeficientes. Fueron años de mucha investigación, desarrollo y cálculos para comprobar si el “gasura” (gas de basura) podría mover un auto y hasta qué velocidad”, detalló Edmundo.
Y sumó: “La basura tiene un valor energético y yo comprobé que puede reemplazar al petróleo. Se puede andar solo con residuos y agua sin gastar un centavo. Este sistema no usa combustible fósil, limpia de basura el planeta, los gases de combustión son cero contaminantes y además aporta un 20% de oxígeno al ambiente mientras va funcionando”.
El auto que remite al de Volver al Futuro necesita 15 kilos de residuos para hacer 100 kilómetros. Sin embargo, en el caso de los vehículos nuevos, con motores más pequeños, cinco kilos de basura son suficientes para completar el mismo tramo.
AUMENTA LA NAFTA Y AUMENTA LA BASURA
“El Gasura es monóxido de carbono con hidrogeno y oxígeno que se disocia por termólisis a 1700ºC con el agregado de unas gotas de agua. Cada vez hay más basura o residuos industriales y por lo general son gratis. Incluso en otoño, la naturaleza se deshace de una gran cantidad de cosas que produjo en el verano, como frutos, semillas, cascaras y carozos”, explicó el inventor.
Y continuó: “Este sistema funciona con la aspiración del motor, no hay ningún recipiente sometido a presión como ocurre con los tanques de GNC, ni tampoco tiene un tanque con algo explosivo, como la gasolina”.
UN VIAJE “LOW COST”
Cabe destacar que en 12 años de trabajo no todo fue color de rosa para Edmundo, sobre todo a la hora de comprobar el funcionamiento de un sistema tan sencillo como innovador. Tuvo momentos en los que quiso tirar todo, pero aún así se convenció de que su auto iba a andar.
En 2019 finalmente su auto llegó a una velocidad de 120 kilómetros por hora, algo que no estaba en los planes, ni siquiera en los sueños. Acto seguido, para poner a prueba la distancia que podría recorrer el vehículo, el ingeniero decidió ir de la Quiaca a Cabo Vírgenes. Así fue como, junto con su pareja Fabiola, hicieron 4.800 kilómetros utilizando solo residuos orgánicos para que su Ford Ranchera intervenida pueda funcionar.
“Estuve desarrollando esto por años, no con la meta de lucrar sino de brindar un servicio gratuito a la humanidad. Por eso, siempre que doy una nota invito a los lectores a mi página web. Ahí pueden encontrar el manual gratuito para fabricar un auto a basura. Lo hago porque el que no vive para servir, no sirve para vivir”, concluyó Edmundo Ramos con entusiasmo.