Gabriela Carmona tenía todo listo para que el domingo pasado, 27 de agosto, más de 2.000 niños de El Algarrobal (Las Heras) y de las inmediaciones celebraran el esperado Día del Niño en el comedor “Horneritos”, aquel que nació en marzo de 2020, en pleno momento más crítico de la pandemia y que -desde entonces- no deja de recibir niños que llegan todas las semanas en búsqueda de una ración de comida.
Pero la tensión social, la violencia -especialmente en Las Heras- y la preocupación por lo que fue una semana por demás agitada, y marcada por los robos organizados en poblado y en banda en distintos comercios, obligó a las autoridades de “Horneritos” a recalcular en su planificación.
Y los más de 2.000 niños de la zona se quedaron sin su festejo, sin su torta de 7 metros y sin sus sonrisas que les permitieran olvidar, al menos por unas horas, lo difícil que es su día a día.
TIERRA DE NADIE
“En El Algarrobal se vivieron momentos muy difíciles, de mucha tensión, Había hasta incendios intencionales que ocasionaba la gente, para mantener distraída a la Policía y salir a intentar saquear los negocios”, cuenta Gabriela, con dejos de angustia en sus palabras y en su tono de voz. “Por la noche, todos los días se escuchaban disparos, teníamos que estar encerrados como en el momento más duro de la pandemia”, agrega la referente social.
Estas y otras situaciones derivaron en una difícil decisión: suspender los festejos que habían sido previstos y ya estaban organizados para el domingo 27 de agosto, en el que los voluntarios y las voluntarias del comedor tenían previsto entregarles comida, juguetes y golosinas a dos millares de niños.
“Nos duele un montón, porque no somos de suspender eventos, y mucho menos el Día del Niño. Pero por seguridad y por miedo a los malvivientes decidimos suspenderlo”, agrega Gabriela.
De hecho, la carnicería donde se registraron los desmanes más violentos y en donde un grupo de delincuentes organizados ingresó -tras destrozar todo- para robarse mercadería, dinero y hasta maquinaria es propiedad de uno de los empresarios que más suele colaborar con “Horneritos”. Todo esto, por supuesto, fue parte del cóctel que derivó en la suspensión del festejo.
“Por el mismo temor a cómo estaba la calle fue muy poca la gente que pudo venir la semana pasada. La verdad es que una de las cosas a las que más miedo le tenemos desde ‘Horneritos’ es a que gente sin escrúpulos no se dé cuenta de que somos un simple comedor que ayuda a la gente, y que vengan y hagan daño. Nos ha costado mucho conseguir lo que hemos conseguido y nos dolería muchísimo que pasara algo”, sigue Gabriela.
Y es que “Horneritos”, que en los últimos meses estuvo cerca de cerrar en incontables oportunidades por la falta de mercadería para asistir a las familias, hoy se está replanteando su futuro nuevamente. Pero esta vez el replanteo tiene que ver con temas vinculados a la seguridad.
VOLVER A EMPEZAR (UNA VEZ MÁS)
Como ya han dejado bien en claro y en más de una oportunidad, ni Gabriela Carmona ni las voluntarias y los voluntarios que se encargan de asistir con comida a los vecinos de El Algarrobal tienen pensado bajarse del barco de la solidaridad con facilidad.
Por esto es que, de donde pueden y como pueden, logran sacar fuerzas para reinventarse ante la adversidad. Y el festejo suspendido del domingo pasado fue reprogramado para el próximo domingo, 3 de septiembre.
“Cada día cuesta un poco más, pero le ponemos pilas. Nuestro miedo es a los saqueos, a no poder llegar asistir a tanta gente que viene y que es muchísima. Son más de 2.000 niños que iban a venir a festejar su día. Y lo que no pudimos hacer el domingo pasado, lo haremos el próximo”, se envalentona Gabriela.
La torta de 7 metros sigue siendo la “gran promesa, gran” para esta celebración. Y los voluntarios del comedor de El Algarrobal trabajan contrarreloj para terminar de prepararla y tenerla lista, de punta en blanco, para el próximo domingo.
“La temática del festejo va a ser el tema del reciclaje y, además de la torta, va a estar el Circo de Getulio, que nos va a dar una mano con su espectáculo. También nos está dando una mano enorme la gente de Mendoza Chivos Club, que es un grupo de apasionados por los autos clásicos”, agrega la referente social.
QUÉ NECESITAN Y CÓMO AYUDAR
La fecha ya está confirmada, la celebración también y, de la misma manera, la ilusión se renueva en los más de 2.000 niños del lugar. Pero aún resta un último empujoncito para la gran protagonista del festejo: la torta.
Según contó la referente social, necesitan algo más de crema para poder terminar el pastel de 7 metros con el que pretenden romper los récords de los Días del Niño anteriores (en 2022 tenía 5 metros la torta). Además, la gente de “Horneritos” también necesita golosinas para poder repartir entre los infantes que se acerquen a celebrar su día.
“Hace 9 meses venimos luchando por este gran día, y estamos cerca de poder cumplir el sueño”, agrega -con emoción- Gabriela.
Quienes puedan y/o deseen colaborar para que la torta termine por convertirse en una realidad y para que tengan golosinas, pueden comunicarse con Gabriela al celular 2613136783 (tiene Mercado Pago con ese teléfono). O bien acercándose personalmente al comedor (Calle Horneros y Cisterna, Manzana B - Casa 1, El Algarrobal, Las Heras).
“A mí me gusta que la gente que pueda, se acerque. Venga al comedor y vea lo que estamos haciendo, se sienta parte de la comunidad de ‘Horneritos’”, concluye la mujer.
