Casualidad o causalidad, coincidencia o destino. O tal vez estar en el lugar justo y en el momento indicado. Como sea, lo cierto es que un investigador del Conicet Córdoba avistó un nido activo de águila coronada en San Rafael, en una zona en la que -hasta el momento- no había registros de pichones de esta especie que se encuentra en estado de conservación crítico (se estima que existe una población global de menos de 1.000 individuos adultos).
Y es que se trató de un hallazgo prácticamente accidental, porque el hombre -que circulaba en su vehículo- debió hacer una parada operativa y casi de emergencia para orinar. Y tras adentrarse durante un buen trecho en el campo en la zona, dio con el nido construido en la parte alta de un algarrobo seco, por lo que -sorprendido- dio aviso a las autoridades ambientales y a referentes científicos. Además, le tomó algunas fotos con su celular.
“El hombre subió algunas fotos a sus redes sociales y dio aviso al CECARA (Centro para el Estudio y Conservación de las Aves Rapaces en Argentina), por lo que allí comenzamos a trabajar con la gente de Fauna de la Dirección de Registros Naturales Renovables de Mendoza. Cuando llegamos al lugar, constatamos que en el nido había dos ejemplares adultos de águila coronada, y tras más de 5 horas de avistaje, pudimos capturar en fotos y videos los movimientos de un pichón con vida”, destacó el director del CECARA, José Hernán Sarasola.
Las fotografías y videos que confirman que se trata de un nido activo -ya que se observa a los dos ejemplares adultos y al pichón- fueron tomadas por Adrián Gorrindo, del Departamento de Fauna Silvestre de Mendoza, y el avistaje tuvo lugar hace unos 10 días. Desde el punto de vista científico y ambiental, es por demás importante el hallazgo ya que se trata de una zona (San Rafael) en la que, hasta el momento, no se habían registrado ni observado pichones de águila coronada. Sumado a los ocurridos el año pasado en los departamentos de La Paz y de Santa Rosa, el panorama se torna alentador.
“El nacimiento de un pichón no es poco ni algo menor. Porque si bien en los últimos años hemos tenido más nidos identificados en Mendoza, Santa Fe, La Pampa y San Luis, la mitad de los nidos que se registran no llegan a sacar un pichón, lo que quiere decir que la mitad de los nidos falla sin que llegue a volar el pichón. Por estos días estamos reforzando las tareas de monitoreo de este nido y de todos los demás, con la intención de conocer un poco más la biología de las águilas coronadas e intentar identificar por qué es que, justamente, se suele dar esta falla en la mitad de los nidos detectados”, agregó Sarasola.
Además del CECARA y de Fauna de la Dirección de Recursos Naturales, también interviene en todo el operativo de monitoreo la Fundación S.O.S Acción Salvaje, que trabaja con el rescate, la reinserción y la investigación de especies autóctonas de Mendoza y la región. De hecho, del operativo para llegar al lugar y corroborar la presencia también intervino la empresa eléctrica EDESTE SA.
“La relevancia de este hecho -que a primera vista podría verse como minúsculo- radica en que el águila coronada (Buteogallus coronatus) se encuentra en estado de conservación crítico. Se estima que existe una población global de menos de 1.000 individuos adultos, con una tendencia decreciente. Las principales amenazas que sufre son la pérdida de hábitat, la persecución directa, el ahogamiento en tanques de agua -en zonas áridas y semiáridas de la Argentina- y la electrocución en tendidos eléctricos. El año pasado también en departamentos del Este se encontraron otros dos pichones, lo cual es una buena noticia sobre la conservación de esta especie y su ecosistema”, resumió a su turno el director de Recursos Naturales de Mendoza, Sebastián Melchor.
Un hallazgo esperanzador para la especie
Las parejas reproductoras de águila coronada solo ponen un huevo por intento reproductor, y no siempre el pichón nace o logra sobrevivir. Por esto mismo es que el hito registrado en San Rafael, y que fue descubierto casi de manera accidental por el investigador cordobés, es por demás crucial.
“Una vez que comprobamos que había dos adultos y un pichón, comenzamos un monitoreo más detenido. Actualmente los dos adultos están en el nido, ya alimentando al pichón, puesto que se completó la etapa previa que es la de incubación y donde sólo participa la hembra. De acuerdo a lo que hemos podido observar, la hembra se queda más tiempo en el nido e intenta darle sombra, porque el pichón no tiene plumas y le afecta considerablemente la temperatura de ambiente. En ambientes tórridos como este, uno de los adultos se queda con él, mientras el otro sale a cazar. Más adelante ya saldrán los dos a cazar”, detalló Sarasola.
En cuanto al monitoreo del nido y del pichón, desde la Secretaría de Ambiente y Ordenamiento Territorial resaltaron que las tareas continuarán durante la temporada reproductiva. Y la última instancia consistirá en el marcaje del pichón para permitir su seguimiento, lo que permitirá -además- aportar información sobre sus movimientos y la ecología de la especie en la región.
Por la protección de las águilas coronadas
Hace 20 años, en La Pampa, el CECARA comenzó a trabajar en un proyecto provincial y regional por la preservación del águila coronada. A partir de ese momento, el proyecto se fue ampliando hasta llegar a Mendoza, San Luis y Santa Fe, entre otras regiones.
“Desde el CECARA estamos planteando a que la conservación de águila coronada se convierta en un programa nacional. Porque el chaco santafesino nos queda a varios kilómetros de La Pampa. Sin ir más lejos, entre San Rafael (donde se observó este nido activo) y La Pampa solamente ya son 600 kilómetros”, destacó Sarasola, y valoró el hecho de que Santa Fe, San Luis y algunos departamentos de Mendoza hayan declarado a la especie como monumento provincial protegido.
“Se están haciendo muchas cosas para proteger al águila coronada y es positivo, por ejemplo, que la gente ya no la persiga. También se han cambiado trabajos de tendidos eléctricos que incluyen su hábitat para que no mueran. Pero es un subibaja, porque un día tenemos la noticia buena del hallazgo de un nuevo nido activo, pero al siguiente tenemos un proyecto como el que está ahora en La Pampa y que incluye un tendido eléctrico de 45 kilómetros de extensión que se emplaza sobre el hábitat del águila coronada y que es muy peligroso, pero va para adelante. Tuvimos que presentar un amparo judicial para frenarlo, porque no se tuvieron en cuenta nuestras advertencias científicas cuando se hicieron”, resaltó el director del CECARA.
Dentro de los momentos altos de este subibaja del que habla el científico, no solamente se destaca el hallazgo de los nidos activos en Santa Rosa, La Paz y el recientemente avistado en San Rafael sino, por ejemplo, que en el primer año de trabajo se encontraron 10 nidos de águila coronada en Santa Fe.
El área de distribución de la Buteogallus coronatus se extiende por el centro-sur de Brasil, Paraguay y Bolivia, además de las regiones áridas y semiáridas de Argentina. Desde la Dirección de Recursos Naturales resaltaron el compromiso de la comunidad de dar aviso a las autoridades ambientales ante estos hallazgos. Además del más reciente de San Rafael, uno de los casos más emblemáticos de Mendoza fue el de un productor de la zona de Ñacuñán quien, junto a su hijo, encontró una coronada moribunda al costado de la ruta en mayo de 2021.
Tras asistirla y rescatarla, se dio aviso a las autoridades de Fauna de Recursos Naturales y se trabajó en una compleja y minuciosa recuperación, proceso que llegó a su fin en noviembre del año pasado, cuando -luego de múltiples cirugías e intervenciones-, se volvió a liberar al ejemplar (bautizado como “Rainbow Warrior”) en las inmediaciones de la reserva de Ñacuñán.
Cómo dar aviso sobre especies en peligro
Cualquier persona que se encuentre con situaciones similares a la del fotógrafo e investigador del Conicet de Córdoba o a la familia Araya -quienes avistaron un nido activo de águila coronada y rescataron un ejemplar moribundo, respectivamente- pueden dar aviso de la situación al mail fauna-drnr@mendoza.gov.ar, comunicándose al teléfono 261 4252090 (interno 3411) o bien al 911, Policía de Mendoza, a la base de la Policía Rural.