Para el sector turístico de Mendoza, lo que va de enero es una de las peores temporadas de la última década. “La temporada está muy mala” aseguró alguien que se dedica a la actividad. Es algo que puede verse plasmado en los números y más allá de esto, en el tipo de consumos.
Es que por un lado, la ocupación está muy por debajo de la media en la misma época. Por otro lado, en un escenario socioeconómico complicado, la conducta de los turistas ha cambiado para optar por estadías más cortas, servicios más económicos y menos consumos. En este contexto, lo que observan quienes trabajan en el sector formal es que hay un aumento notorio de la demanda de servicios informales, que han crecido notoriamente tanto en alojamientos como en transporte. Es que dada justamente su informalidad, ofrecen alternativas más económicas a quienes buscan ahorrar sin dejar de tener sus vacaciones. En tanto, a nivel oficial aseguran que “los turistas extranjeros están salvando el verano”.
Según la evaluación de la Cámara de Turismo de Mendoza, en lo que va de enero se ha registrado un descenso de 25% en la ocupación respecto de la primera quincena de 2023, aunque esta fue muy buena. La actual está entre el 45 y el 50% para la entidad. Para el gobierno, en 58%. Pero la ocupación promedio para enero entre 2009 y 2023 es de 62% para toda la provincia, según datos del Observatorio del Ente Mendoza Turismo. Desde 2015, solo hubo un registro igual (58%) en enero de 2019 y 2020, sin tomar en cuenta 2021 y su excepcionalidad por el parate de la pandemia. El resto, por encima de esa proporción.
El año pasado fue muy bueno respecto a años anteriores para esta época. Siempre teniendo en cuenta que el verano no es la época más fuerte para Mendoza y que el esplendor turístico llegará con la Vendimia. También que ha cambiado la preferencia para optar por hacer más escapadas a lo largo del año, en lo que la provincia se posiciona fuerte entre los destinos más elegidos los fines de semana largos.
Asimismo, no puede soslayarse que la temporada viene floja en todo el país, incluso en los destinos privilegiados en esta época como la costa atlántica, donde se habla de una baja de de 40 puntos que preocupa: en la Secretaría de Turismo, Marketing y Desarrollo Sostenible de La Costa afirman que se pasó de casi 100% de reservas para enero 2023 a 60% este año.
Por eso, desde el Ministerio de Turismo de Mendoza advierten que ante un escenario complejo, impactado por el contexto económico del país, a Mendoza no le está yendo tan mal. De hecho, incluso advierten que el turismo extranjero, pese a la baja de chilenos, está “salvando el verano”.
Variables
“La temporada viene floja en el país y en ese contexto Mendoza no está mal”, resaltó optimista la ministra de Turismo, Gabriela Testa. “Estamos 10 puntos por debajo del año pasado, a nosotros nos da una ocupación de 58%”, afirmó.
“Los argentinos estábamos todos en el momento de la toma de decisión de hacer el viaje que suele ser a principios de diciembre, con el cambio de gobierno y aumento de combustible y eso detuvo las reservas que en ese momento estaban en 40%”, analizó.
Por eso, “tras evaluar con el sector privado vimos que era un verano difícil; no este verano sino que será un año difícil, el turismo es un consumo suntuoso, necesario desde la salud pero finalmente suntuoso, y por lo cual muchas familias han decidido quedarse en su propia provincia”, explicó.
Con Previaje y el impulso de la pospandemia 2022 y 2023 repuntaron antes de esta baja. Testa sostuvo: “Es un verano atípico en todo sentido, el aumento de combustibles, la devaluación que ha sido del 100% al turista nacional eso le ha pegado de lleno”. Dijo que también al turismo chileno pero no al resto de los turistas extranjeros.
Los extranjeros
Lo que reconocen es que la temporada tiene sus propias particularidades. Para Beccaceci, se logró llegar a 30% de turismo extranjero y ahora bajó a 20%. Reconoció la incidencia del turismo receptivo del exterior, al haberse instalado vuelos directos”, apuntó. La devaluación ha jugado también un rol sustancial en atraer extranjeros que hacen otro tipo de consumos.
Testa reconoció: “La presencia de extranjeros nos está salvando el verano, sí”, sentenció.
“Está floja la temporada, en toda la Argentina, pero a Mendoza le va mejor que al resto porque tiene turistas extranjeros”, resaltó. Dijo que un escenario similar tiene la patagonia o en particular Bariloche. Reconoció la conectividad aérea como elemento importante y virtud para la provincia. A esto agregó atractivos como una buena gastronomía y en particular los naturales, especialmente la montaña. Destacó que la primera quincena de enero está a pleno la temporada en el Aconcagua, que viene muy bien para hacer cumbre, trekking corto y largo, mejor incluso que en la prepandemia.
“En un contexto nacional complicado y más vinculado con los atractivos propios que busca el turista en verano, como la combinación playa y sol, Mendoza compite con naturaleza, montaña, buena gastronomía y vida nocturna, en ese sentido la evaluación es positiva”, afirmó la funcionaria.
El caso de los chilenos es particular: tras un vendaval de visitas, particularmente interesados en aprovechar para hacer compras con un cambio beneficioso, el aumento del dólar en Argentina tras el cambio de gobierno nacional le restó atractivo y, como dijo Testa, se pasó de aquella demanda aumentada artificialmente a un intercambio más normal.
Turistas de la crisis
En este marco, se observan cambios de conducta por parte de los turistas: menos días de estadía, menos consumo de servicios recreativos y excursiones o menos afluencia en enoturismo, y más consumo de servicios informales, enumeró Beccaceci.
Lejos quedaron las épocas en que la estadía se extendía a 7 días, tras la irrupción de la nueva modalidad de hace unos años de hacer varias escapadas y no una salida larga en verano.
Los últimos años la estadía era normalmente de 4 o 5 días y hoy está en 3 o 4. El gasto promedio diario se sitúa entre los $60.000 y los $ 80.000, si se habla de un turista promedio, tirando a económico. Esto incluyendo alojamiento, alimentos y recreación.
Para los turistas de mayor poder adquisitivo con consumos de gama más alta puede llegar a u$s 200 diarios.
Beccaceci dijo que en hoteles de alta gama puede haber un 60% de extranjeros pero que asimismo hay una buena porción de argentinos que también pueden tener acceso a esos servicios y que ocupan el resto.
La alternativa de optar por el vehículo propio para abaratar también recibió un duro golpe tras el marcado aumento de los combustibles y Beccaceci observó que eso ha equilibrado el uso del transporte público.
“Es una circunstancia real la cantidad de uso de alojamientos informales que se están utilizando, es más barato, quizás usar un departamento para varias personas que pueden preparar sus alimentos y pueden manejarse con más comodidad, es una situación que se da y eso perjudica bastante al segmento hotelero, perjudica la recaudación del gobierno porque de eso no ve un peso, eso está liberado y no hay fiscalización”, dijo el empresario.
“Hay muchísima más gente que se dedica al transporte informal, quizá registrados en plataformas, que tienen una especie de autorización pero no para hacer turismo, pero hacen turismo; ocurre esto porque la franja de turismo económico, por identificarlo de alguna manera, ha derivado en un nivel importante hacia los departamentos y estos servicios”, agregó.
Ante un escenario previsible, desde el Ministerio se implementó Sale Mendoza, una estrategia que ofrece 30% de descuento en prestadores adheridos que se publican en una página. La ministra lo describió como una especie Booking mendocino, una herramienta que consideró valiosa y destacó que es la única provincia que implementó este tipo de promoción. Originalmente sería por enero y luego se decidió extenderla hasta fines de febrero. Sin embargo, sobre 4.000 prestadores turísticos que hay en Mendoza, hay unos 120 que se han sumado a la iniciativa. En este sentido, Beccaceci señaló que sucede que sobre el 70% restante se aplican impuestos y hay que pagar servicios por lo que el resto, que es la ganancia, se acota mucho.
“Va a ser un año difícil”, consideró el referente del sector turístico. En el mismo tono Testa lo calificó de “complejo”. Por eso, no se descarta extender el Sale Mendoza todo el año, de hecho dijo que lo han propuesto y hay que ver la respuesta de los operadores.
“Es un año complejo para la actividad turística, no sabemos qué va a pasar mañana con nuestra economía, naturalmente tendrá menos demanda”, apuntó.