Potrerillos, Valle de Uco, Cañón del Atuel, Los Altos limpios, Villavicencio. Mendoza es uno de los principales destinos turísticos de Argentina. Tanto es así que, durante el primer trimestre, visitaron la provincia medio millón de pasajeros, lo que dejó un crecimiento interanual por encima de la media nacional.
Además, Mendoza es proyectada como una de las grandes capitales de la industria vitivinícola a nivel mundial y la organización National Geographic la catalogó en su lista anual como uno de los “Mejores Destinos del mundo para visitar en 2020” (Best Trips 2020). “Con bodegas con los Andes nevados de fondo y el mejor Malbec del mundo, la provincia de Mendoza en Argentina es el escenario espectacular para recorrer viñedos y satisfacer el paladar. De un clima seco con abundante sol y gran altura (llegando a los 1.219 metros en algunos viñedos) se nutre el premiado Malbec mendocino. Otras variedades lo acompañan: el Torrontés, Cabernet Sauvignon y Merlot”, señaló la prestigiosa publicación internacional.
Pero no todo se resume en el desarrollo –a partir de 2000- del enoturismo y la gastronomía. En la última década, el sector del turismo aportó uno de cada 10 empleos del sector privado; su crecimiento impactó en el Producto Bruto Geográfico (PBG) pasando de una participación del 1,8%, en 2012, al 2,2% a fines de 2019.
Desde la década de 1970, y en particular después de la experiencia del Mundial de fútbol de 1978, Mendoza construyó argumentos para atraer la atención de los visitantes extranjeros. Cuatro décadas después las mejoras en la plaza son notables: la refuncionalización del aeropuerto, su conectividad aérea y la oferta hotelera.
De hecho, las inversiones en materia de infraestructura lograron potenciar al turismo dentro de la provincia. Con sólo ver los números relacionados al transporte aéreo, se puede comprobar cómo la remodelación del aeropuerto El Plumerillo (fines de 2016) y el aumento de la conectividad aérea, provocaron un “boom” turístico en territorio mendocino.
De acuerdo con la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), Mendoza registraba anualmente cerca de un millón de pasajeros en vuelos de cabotaje hasta 2015 (sumando partidas y aterrizajes). Tras la mejora del aeropuerto, la llegada de nuevas empresas al país y la incorporación de numerosas rutas, los números se dispararon. En 2017 la provincia llegó por primera vez a 1.242.509 viajeros en doce meses (por vía aérea). Un año más tarde la cifra saltó a 1.419.056 personas y en 2019 llegó a 1.811.912 pasajeros.
Lo mismo ocurrió con el transporte aéreo internacional. Hasta 2015, entre 250 mil y 300 mil personas volaban desde o hacia Mendoza en vueltos internacionales cada año. Los cambios llevaron a que en 2017 se llegara por primera vez a las 515.981 personas en vuelos entre países. En 2018 se registró otro récord y se contabilizaron 613.139 pasajeros. El 2019 no fue tan bueno, pero aún así se registró un movimiento de 512.520 personas.
Mendoza fue elegida para diversas producciones cinematográficas, como las hollywoodenses De amor y de sombras (1995) y Siete años en el Tibet (1997) que recalaron en Uspallata. El año pasado se vivió un repunte de las películas de corte comercial gestionándose 20 films en la provincia. Los atractivos naturales, el Aconcagua y la alta montaña, son un telón de fondo de estas propuestas visuales, enriquecidas también por la mano del hombre: bodegas, diques, etc. En sí, el turismo es una actividad que derrama en otros sectores de la economía.
Tras el sello de Aconcagua, el aprovechamiento de la nieve para el deporte y el esparcimiento contribuyó a las inversiones en Los Penitentes (1979) y Las Leñas (1983). Pero, recientemente, una sucesión de años sin nieve, diversificaron la propuesta del turismo invernal. Actividades como las cabalgatas o el trekking de montaña en San Rafael dominan la escena. En Malargüe, a 2.400 metros de altura y 210 kilómetros de la ciudad departamental, se construye El Azufre, con más de 2.000 camas, 10 restaurantes y siete medios de elevación, con una inversión de U$S 200 millones. El turismo impactó de diferente forma en Mendoza porque, además de ofrecer nuevas experiencias al viajero, involucró también un cambio cultural, obligó a una profesionalización de la atención y a un proceso de mejora continuo.
Como una gran capital, con una estrategia de difusión clara, en los últimos cinco años logró numerosos récords de visitas.
Entre los 20 mejores destinos del mundo
No es una novedad que, a nivel mundial, el sector del turismo es uno de los más afectados por la crisis que desató el Covid-19 y el consecuente cierre de fronteras. El turismo (local, nacional e internacional) es un dinamizador de la economía por el nivel de actividad que provoca en el sector de los servicios, comercio y hotelería. En un contexto latinoamericano que desde 2015 prevé un crecimiento anual del 4% de la actividad, el negocio de exportar servicios, de generar divisas es cada vez más importante, prioritario. Mendoza deberá encontrar la manera de sobresalir en los próximos años. Las mejoras estructurales y la enorme diversidad cultural son una ventaja que se puede aprovechar, pero será necesario mucho trabajo para poder retomar la tendencia creciente que se logró en los últimos años.
En 2019, arribaron 690.024 turistas, de los cuales 277.258 fueron extranjeros y 412.766 fueron argentinos (tanto por vía aérea como terrestre). No hay precedentes de esas cifras en años pasados y, si bien está claro que tomará un tiempo largo volver a esos valores, la provincia tiene todo lo que necesita para recuperar su nivel de actividad. Está entre los 20 mejores lugares para visitar en 2020, señala la sección “Estilos de vida” de la revista Forbes. Hoy, el turista busca disfrutar del aire libre y entrar en contacto con la naturaleza, en todas sus regiones Mendoza es dueña de una gran oferta