La provincia de Tucumán dispuso el cierre de sus fronteras por 60 días, con el objetivo de proteger, por un lado, a los residentes y, por otro,flexibilizar ciertas actividades locales y abrir el turismo interno para fortalecer la economía local.
La medida fue adoptada a través de la aprobación unánime de un proyecto en la Legislatura provincial.
“Hay que cuidar mucho la Fase 5, los que están afuera de la provincia tendrán que esperar para volver”, sostuvo el vicegobernador tucumano, Osvaldo Jaldo.
El dictamen establece el cierre de las fronteras terrestres y aéreas por 60 días corridos desde el momento de su promulgación.
Estarán exceptuadas personas dedicadas a traslados de mercaderías y al sistema sanitario, al igual que productores que deban ir a provincias limítrofes solo por 24 horas (previo pedido de una autorización especial con 72 horas de antelación).
Los órganos de aplicación serán el Ministerio de Salud y el de Seguridad, que trabajarán en conjunto.
La norma dispone que los permisos para personas exceptuadas serán otorgados solo "si estuvieren asintomáticas y den cumplimiento con el protocolo que disponga la autoridad de aplicación".
El 16 de junio pasado el Comité de Emergencias de Tucumán había emitido una resolución que prohibió el ingreso a la provincia de colectivos, minibus, combis y todo tipo de vehículos con más de siete asientos, luego de que se confirmaron 26 casos positivos de coronavirus en pasajeros que viajaron en un micro desde Buenos Aires.
“Estamos en una política donde tenemos que cerrar Tucumán y abrirnos dentro de la provincia, en tanto y en cuanto mantengamos los recaudos”, señaló ayer el ministro de Interior provincial, Miguel Acevedo, al analizar los pasos a seguir durante el aislamiento obligatorio.
“Hay que ir dando la posibilidad a todos los sectores porque sino algunos no se podrán recuperar”, una vez superada la pandemia de coronavirus, reflexionó.