Triplican camas en la terapia del Central para dar pelea al virus

El hospital más importante de Mendoza se adaptó y pasó de 20 a 48 plazas en la UTI. Ahora está trabajando para sumar otras ocho.

Triplican camas en la terapia del Central para dar pelea al virus
Adiós. Trabajadores del Hospital Central salieron a la calle para despedir a su compañero Walter Cortez. Foto: Ignacio Blanco.

El mundo cambió en marzo. La pandemia de coronavirus, cual baldazo de agua helada, obligó a reprogramar planes, rutinas y todo tipo de actividades. Y donde más se evidenció esta urgencia para redefinirse fue -y es todavíaen el sistema sanitario. En seis meses, el Hospital Central (el más grande e importante de Mendoza) pasó de tener 20 camas de Unidad de Terapia Intensiva (UTI) a 48. Las 28 que se agregaron se destinaron exclusivamente a Covid-19 y se encuentran en el sector que se inauguró el año pasado.

Más allá de haber sumado estas camas, la realidad sigue siendo crítica en todos los hospitales. De hecho, la terapia del Central tienen ocupación plena permanente. Por ello mismo es que ya están apurando los trabajos logísticos y operativos para sumar ocho plazas críticas más. Será la quinta sala Covid-19 inaugurada desde el brote de la pandemia, que llevará las camas UTI exclusivas de coronavirus a 36 y las generales, a 56.

“No nos interesa tener camas libres. Prefiero que estén todas ocupadas y poder ayudar a los que lo necesitan. Lugar y respiradores tenemos, por eso estamos abocados al refuerzo de personal. Porque podemos tener 10.000 respiradores, pero si tenés un enfermero vas a poder atender a un paciente. Por eso ha sido muy importante el refuerzo”, destacó una de las coordinadoras de la UTI Covid-19, Sabrina Álvarez.

No hay una fecha exacta en la que se planee incorporar las ocho nuevas camas de la quinta sala, pero hay urgencia. “Se está trabajando para abrirla cuanto antes. Las cuatro salas Covid-19 están llenas. Una cosa es que estén llenas porque se van ocupando y desocupando constantemente. Lo distinto aquí es que son pacientes que permanecen, en promedio, 15 o 20 días”, detalló la especialista.

Además, detalló que -sumado a esa ocupación plena- todas las mañanas hay, al menos, un paciente en los boxes de la guardia esperando para ser internado. “Por ahora no hay gente que pase más de un día esperando. Pero que haya gente ahí demuestra que necesitamos expandirnos”, resaltó.

Evolución

Hasta antes del inicio de la pandemia, el Hospital Central contaba con 20 camas UTI. Se trata de la terapia general, ubicada en el histórico edificio del establecimiento, y que está operativa tanto para pacientes con coronavirus como para aquellos que precisan otras internaciones por otras enfermedades o situaciones.

“En marzo, cuando aún no había muchos casos y casi no había internaciones, se comenzó a trabajar en la habilitación de la primera sala Covid19. Teníamos el edificio nuevo listo del año anterior, donde se iba a instalar la nueva guardia y los consultorios externos. Desde el principio contaba con muchas bocas de oxígeno, espacio físico y aire comprimido. Era una necesidad habilitarla ya que, a pesar de que el Central es muy grande, estaba quedando chico en lo que tenía que ver con camas críticas; todo esto independientemente de la pandemia”, detalló Álvarez.

La evolución del virus en Europa y la realidad en aquellos países donde había azotado con anterioridad, aceleraron los preparativos en el edificio nuevo, donde se instaló la nueva guardia respiratoria con camas críticas.

La primera sala Covid-19 aportó seis camas nuevas y, más allá de que no estaban ocupadas aún, fue lo que motivó que continuaran los preparativos para el momento más crítico

“Cuando se llegó a 90% de ocupación en esta primera sala Covid-19 (a principios de agosto), se habilitó la sala dos que aportó ocho camas más. Todas estaban preparadas para pacientes que necesitaran respiradores. Esas camas ayudaron mucho a contener cuando comenzó la circulación y los pacientes comenzaron a duplicarse y triplicarse; incluso en las consultas en la guardia”, rememoró la coordinadora de la terapia intensiva.

Para fines de agosto, cuando comenzó a registrarse el boom de contagios y también de internación en las terapias, el Central sumó otras siete camas en lo que se llamó área tres de UTI Covid-19. “En ese momento necesitamos el apoyo de otros profesionales del hospital, porque especialistas en terapia intensiva somos pocos. Entonces se reforzaron con gente de otras especialidades que empezaron a apoyar; no sólo en la parte médica, sino en enfermería y kinesiología (que son fundamentales). Y siempre con alguien de UTI monitoreando”, agregó Álvarez.

La inauguración de esta área coincidió con el marcado crecimiento de casos en Mendoza (los confirmados diarios ya superaban los 500), por lo que a principios de setiembre se sumaron siete camas más, así como también mayor participación de médicos externos y de enfermeros. Ésa fue la inauguración del área cuatro de la terapia Covid-19. La quinta será en otro sector de la nueva guardia.

“Hace casi cinco meses que no veo a mi familia por miedo a contagiarlos. Me da pánico que la gente ande sin tapabocas. Pero el temor no es sólo por mi familia, es por todos los pacientes. Ésta es una enfermedad muy poco piadosa, y la gente que fallece de esto fallece sola”, resaltó Álvarez, para graficar la importancia de que la gente tome conciencia.

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