Presos de seis cárceles de la provincia de Buenos Aires se amotinaron para reclamar que se reanude el régimen de visitas, el cual se había suspendido en marzo. Además, pidieron que las autoridades mejoren las condiciones de alojamiento.
Las protestas habían comenzado el lunes pasado en la Unidad Penitenciaria Nº 42 de Florencio Varela, donde los presidiarios anunciaron que harían una huelga de hambre hasta que atendieran su pedido. Pero las manifestaciones se replicaron en otros complejos carcelarios y entonces durante la mañana de este sábado, los detenidos tomaron los techos.
En el penal 10 de Melchor Romero, en La Plata, los reclusos subieron a las terrazas, con los brazos envueltos en frazadas. Según informó Infobae, con el correr de las horas comenzaron a registrarse incidentes, a pesar de las palabras de uno de los internos: “Esto es pacífico, acá no hay quilombo. Estamos reclamando los beneficios que nos corresponden”.
Aunque por el momento, no se notificaron heridos, se espera que, en las próximas horas, autoridades judiciales y del gobierno de la provincia se acerquen a dialogar con ellos.
Sin embargo, a medida que transcurrió la mañana de hoy se produjeron disturbios en otras cárceles: en las Unidades 46, 47 y 48 de San Martín, las Unidades 13 y 21 de Junín, la Unidad 41 de Campana y las Unidades 24 y 31 de Florencio Varela. En algunos casos, los internos hacen alarde de tener el control total de las instalaciones.
Aunque por otro lado, el patio de los complejos son escenarios de enfrentamientos con agentes penitenciarios. Las filmaciones viralizadas muestran a los reclusos arrojando piedras y otros proyectiles, mientras de fondo se escuchan bombas de estruendo.
Por lo que trascendió, el enojo de los presos se acrecentó en las últimas semanas cuando se fueron flexibilizando las restricciones impuestas en el marco de la pandemia. Uno de ellos se quejó en un audio que se viralizó en las redes sociales: “No puede ser que la gente no respete el aislamiento. Abrieron hasta los shoppings y nosotros no podemos tener contacto con nuestras familias”.
Pero cabe destacar que poco después del inicio de la cuarentena, los detenidos fueron habilitados a utilizar teléfonos celulares para comunicarse y mantener videollamadas con el fin de no cortar el vínculo con sus allegados.
“Estamos reclamando los derechos que nos corresponden. El Servicio Penitenciario quiso jugar con nuestras familias: dijo que íbamos a tener visitas y cinco horas antes las suspendió. Muchas familias haciendo fila esperaron para entrar a la cárcel y no les importó”, expresó otro de los detenidos, en uno de los videos que grabaron para exponer su disconformidad.
“Está todo ‘empalomado’ acá. Queremos visitas de nuestras familias, estamos todos los pibes acá afuera y vamos a ir por todo”, expresó uno de los internos de Florencio Varela.
Hasta el momento, la situación logró calmarse en la Unidad 42 de Florencio Varela -donde los presos estaban atrincherados en los pabellones, armados con facas y cuchillos- con la llegada del fiscal Christian Granados y representantes del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos bonaerense, quienes les prometieron soluciones en lo inmediato.
Según detallo un vocero del organismo provincial, “desde el Servicio Penitenciario bonaerense se evaluaba restablecer la presencialidad de las visitas a los penales” y ante esta posibilidad los internos visibilizaron su reclamo.
Al respecto, el vocero de SPB aclaró a Télam que “el restablecimiento de las visitas familiares presenciales implica una articulación coordinada de varios ministerios y municipios para la puesta en marcha de los protocolos, algo que no se puede implementar de un día para otro”.