Alma Tineo tiene 5 años, es de Buen Orden y está viva de milagro. El pasado jueves 7 de septiembre protagonizó un accidente que dejó como saldo un muerto y cuatro heridos tras un choque en cadena en la ruta 7.
La chiquita fue despedido de su Estanciera a unos 300 metros del lugar del hecho y fue César, su papá, quien la encontró en plena madrugada envuelta en sangre, consciente pero confundida.
Tras ser atendida en el hospital Perrupato, Alma fue derivada de urgencia al Notti, donde estuvo cinco días en terapia intensiva en estado muy crítico y otros dos en sala común.
“Vivimos días muy duros y siento que hoy estamos vivos de milagro. No hay demasiada explicación para la rápida recuperación de mi hija, que si bien ahora debe seguir en muchos tratamientos, está con nosotros y está bien”, dijo César a Los Andes.
Y agregó: “Quisiera dar un agradecimiento muy especial al equipo médico del hospital Notti, terapia intensiva, sala común, enfermería, seguridad, limpieza, en realidad a todo el personal que es excelente desde lo profesional y desde lo humano. Nos atendieron de manera maravillosa”.
Alma concurre al jardín situado en la escuela 2 de abril, que está a escasos metros de su casa en el Este provincial. El martes, el patio se vistió de fiesta con globos, carteles y aplausos que le daban la bienvenida a la niña.
Sus padres Noelia y César la definen como una chiquita única, fuerte, dulce y buena. “No existe persona que no la quiera, ella siempre despierta alegría”, aseguran.
Un duro golpe
Aquella fatídica noche, la familia regresaba a Buen Orden desde Rivadavia, donde habían visitado al médico y habían cenado en casa de los abuelos de Alma.
Pasada la medianoche, alrededor de las 00.45, un vehículo impactó de atrás a gran velocidad a la Estanciera donde viajaban. “Pasó todo rapidísimo, nosotros resultamos ilesos pero la nena salió despedida en plena oscuridad. Desesperado, empecé a caminar para encontrarla y recién la vi a unos 300 o 500 metros. No me acuerdo bien”, recapitula el padre de Almita.
Tampoco puede precisar cuánto demoró la ambulancia en llegar a auxiliarla. En el medio, como si fuera poco, César contempló una escena que lo dejó en shock: el conductor que lo había impactado, quien había logrado salir del automóvil algo perdido, murió al ser atropellado por otros tres autos en plena ruta. “No caemos todavía después de tanto horror”, reflexiona el hombre.
Los días de Alma en terapia fueron eternos, según dice su papá, aunque la recuperación en ese sector, y luego en sala común, fueron “sorprendentes”. La menor presentaba todo tipo de contusiones. Lo más grave fue la fractura de cráneo y los múltiples golpes que la llevaron a ser sometida a análisis, placas y tomografías.
Las primeras horas fueron de mucha incertidumbre. Los médicos fueron cautos: solamente habían advertido que había que esperar y que su estado era crítico.
“Creo que las oraciones tuvieron su efecto. Fue impresionante la cantidad de gente que nos apoyó: amigos, vecinos y familiares. Sin embargo, insisto en la calidad del personal del Notti porque actuaron con gran responsabilidad y celeridad. Me hicieron sentir orgulloso de ser mendocino”, amplió César Tineo.
Recuperación milagrosa
El alta médica de Alma, relativamente temprana, tuvo como objetivo evitar infecciones o virus intrahospitalarios. “El tratamiento viene para largo y será ambulatorio”, dijo su papá, para agregar que la vida de la familia dio un vuelco en una noche y que las prioridades cambiaron de inmediato.
“Creemos que lo peor ya pasó, pero quedarán las secuelas emocionales, que no serán fáciles de digerir. Nuestro deseo es recuperar a la nena lo antes posible y reanudar nuestra vida. La camioneta no sirve más, son solo fierros, pero lamentablemente tenemos que pasar situaciones así para entender el valor de la vida y en especial la importancia de la familia. Nada importa más que eso en el mundo”, subrayó el agradecido hombre en diálogo con este diario.
Según dijo, los seres humanos nos olvidamos de lo efímera que puede resultar la vida cuando la atraviesa la fatalidad. “Uno vive en un mundo de locos y no se da cuenta de cuánto puede cambiar todo en segundos. Me di cuenta de que lo material no vale la pena”, reflexionó.
César recordó, además, la carita de felicidad de su niña cuando regresó a Buen Orden. “Todo esto me hace acordar a la pandemia, cuando no podíamos acercarnos a nadie. Así está Alma hoy: aislada, porque no puede resfriarse ni contagiarse. Sigue delicada pero el amor que nos brindaron de alguna manera compensó estos días de tanto dolor”, sostuvo.
Alma deseaba volver a su casa, a su entorno, con sus juegos y su familia. “Eso de alguna manera terminó de decidir a los médicos, que fueron probando desconectando de a poco todos los cables que tenía. La nena fue respondiendo y, finalmente, tras esperar su reacción y su evolución, determinaron que lo mejor era volver a casa. Acá estamos y doy gracias a Dios y a la vida”, concluyó Tineo.
Una tragedia en plena ruta
Cinco vehículos protagonizaron durante las primeras horas del pasado jueves 7 un choque en cadena en la ruta 7, en la zona de San Martín, lo que dejó como resultado a un conductor fallecido y otras cuatro personas heridas, entre ellas, Alma, de apenas 5 años.
Según informaron fuentes policiales en aquella ocasión y reflejó Los Andes, el siniestro vial ocurrió a las 0.45 en la ruta nacional, a la altura del carril Buen Orden.
Una Jeep Estanciera con tres personas a bordo -los padres de Alma y ella- circulaba hacia el Oeste, cuando fue impactada de atrás por el conductor de una Chevrolet Spin.
Mientras este hombre bajaba desorientado del auto, un Volkswagen Suran lo embistió y lo dejó en la carpeta asfáltica. Por si fuera poco, un Peugeot 408 y un Nissan Sentra también lo atropellaron. Fue en medio de esos impactos cuando el conductor perdió la vida.
Sebastián Zambrano, de 34 años, murió en el lugar, de acuerdo con la información oficial. Era el conductor del Chevrolet Sprint. En tanto, su acompañante, un hombre identificado como Daniel Almazán, fue trasladado al hospital Perrupato con un traumatismo craneoencefálico con herida cortante y pérdida de conocimiento.
César Tineo, de 53 años, papá de Alma, sufrió politraumatismos, al igual que Noelia, su mujer, que iba como acompañante y fue atendida en el Perrupato.
Pese a la confusión del momento y a los golpes del matrimonio, comenzaron a caminar en medio de la noche para encontrar a la pequeña, que estaba muy lejos de donde se produjo el impacto inicial.
El resto de las personas que viajaban en los demás autos salieron ilesos. Les realizaron el dosaje de alcohol, que dio negativo en todos los casos.
Durante largas horas personal policial de la jurisdicción, así como de la Policía Vial y Policía Científica trabajaron en el lugar y cortaron el tránsito en el Acceso Este hasta despejar al escenar del siniestro fatal.