Martes 10 de agosto, 18:30 hora argentina. El mundo observa expectante lo que acontece desde hace ya varias horas en París. Los canales de televisión, los portales de noticias y las redes sociales siguen el segundo a segundo de Lionel Messi en la capital francesa. Cerca de las 18 en Argentina (23 en Francia), el 10 de la selección argentina –quien usará la 30 en el equipo parisino- fue presentado oficialmente como jugador del Paris Saint-Germain.
En las afueras del estadio Parque de los Príncipes y en las calles de la Ciudad de la Luz la multitud se agolpa desesperada –como si no hubiera pandemia y el coronavirus fuese apenas una pesadilla- y reciben a su nuevo huésped: el 10 de Argentina llegó el 10 agosto a París.
“Me gusta mucho Messi”, dice con timidez Michael González en el mismo momento en que París y el mundo están revolucionados por el 30 del PSG (o Pesegé, leído en criollo), y sonríe cuando se le pregunta si vio toda la locura que se generó con la llegada de Leo al “Pesegé”. En el barrio Foecyt (Godoy Cruz) faltan algunos minutos para las 19 (uno más nueve, diez) del martes 10 de agosto, y el 10 es un número importante para Michael ya que es su edad. El 10 de agosto, este niño de 10 años confiesa (una vez más) su fanatismo por el 10 de la selección. Michael juega al fútbol y, desde hace casi tres años, lo hace en la Escuela de Fútbol Infantil (EFI) Academia Enzo, que tiene su sede en la zona conocida como “la Gran Manzana” de ese barrio del oeste godoicruceño.
“Una hora más en el club es una hora menos en la calle”, se lee en una de las banderas ubicadas en este espacio municipal que Enzo Lizardo, profe de la EFI Academia Enzo, alquila diariamente para poder entrenar a chicos de todas las edades (“tenemos desde jugadores de 3 años hasta equipo de veteranos”, agrega el profe y explica que martes, miércoles y jueves entrenan fútbol, mientras que lunes y viernes hay clases de vóley). Y en otra bandera, un poco más chica y colgada en uno de los arquitos de la cancha, también se puede leer: “Fuerza Michael. Estamos con vos”.
Y es que Michael no la está pasando nada bien. Hasta hace unos días, el niño estuvo internado en el Hospital Notti y –aunque está a la espera del diagnóstico definitivo- ya se sabe que padece una delicada enfermedad que afecta sus huesos. En el mejor de los desenlaces posibles, con un tratamiento a tiempo y los cuidados necesarios, Michael podrá volver en un tiempo a jugar “de 3 o de 8” –como él explica sus principales puestos en la cancha- en la categoría 2010 – 2011 de la Academia Enzo. Pero también hay una probabilidad de que no pueda volver a jugar al “fulbito”.
A esta delicada situación referida a su salud se suma una problemática social que también marca el día a día del niño godoicruceño: sus padres fallecieron hace 8 años, por lo que vive junto a sus abuelos, dos de sus tías y su hermana en una misma casa del barrio Las Dalias (prácticamente pegado al Foecyt). La actualidad de la familia ampliada no es la mejor, ya que los abuelos de Michael no tienen trabajo y las necesidades básicas del hogar no logran estar satisfechas. Y a ello se suma ahora el dinero que necesita la familia para poder avanzar con el tratamiento médico que precisa Michael.
“Estamos haciendo partidos amistosos con distintos equipos y escuelas que participan del torneo Futuros Cracks. Lo recaudado de las entradas y lo que se recauda también de los partidos por la liga se está destinando a Michael y su familia, para poder ayudarlos”, agrega Enzo, quien prácticamente cumple un rol de hermano mayor del niño. “Lo que más estamos necesitando es mercadería y ahora dinero, ya que es urgente para todos los estudios que necesita hacerse”, resalta el profe.
“Estoy tranquilo ahora”, acota Michael –siempre con timidez- mientras sostiene una de las pelotas de fútbol de la escuelita. “Él es muy inquieto y, si bien ahora tuvo que parar un poco porque estuvo internado y tiene que seguir con los estudios, está muy ilusionado con volver a jugar cuanto antes”, agrega Enzo. Y lo mira con una sonrisa a Michael.
Momento difícil
Cuando Michael tenía 2 años, sus padres fallecieron. Desde entonces quedó al cuidado de sus abuelos, Alejandra y Antonio. “Además, vivo con mis tías Natacha y Antonella, y con mi hermana Nicole, que tiene 12 años”, enumera Michael González. Y lo hace como si estuviera repasando la formación de un equipo de fútbol, tal vez la de la categoría 2010 – 2011 de la Academia Enzo.
Michael empezó en la Academia Enzo en el mismo momento en que abrió la EFI. “Hace como 3 años fue. Empecé viniendo los martes y después seguí con los otros días”, rememora el hincha de River y de Gimnasia y Esgrima de Mendoza. Además de jugar al fútbol, entre las actividades que más disfruta hacer se destacan ver televisión (”partidos de fútbol o dibujitos animados de Cartoon Network) y estudiar. “La materia que más me gusta es Matemáticas, y la que menos me gusta es Lengua”, resume con simpleza el alumno de cuarto grado de la escuela Avelino Maure.
El viernes 30 de julio, Michael empezó a sentir dolores muy fuertes e insoportables, por lo que le sacaron sangre. “Primero me empezó a doler el muslo, de ahí bajó al talón, subió al brazo y volvió al muslo”, recapitula Michael. El sábado 1 de agosto el niño quedó internado en el Hospital Notti y allí debieron suministrarle morfina, ya que el dolor era muy fuerte.
Tras recibir el alta, el miércoles 4 de agosto Enzo y Michael vieron juntos el Boca – River por Copa Argentina. Pero, hasta tanto se sepa con exactitud cuál es la realidad y el panorama de Michael, el niño no está jugando al fútbol (ya que se estima que el diagnóstico tendrá que ver con un cuadro delicado). “El 18 le dan los estudios a Michael, por lo que –hasta tanto- ha parado un poco. Ni siquiera está viniendo a los entrenamientos, por el frío; y a los partidos que puede, va como público. Aunque tratamos de que no esté con mucha gente, por las dudas”, explica Enzo, mientras Michael camina el césped sintético del espacio llevando consigo una pelota de fútbol. “Espero poder volver cuanto antes”, dice Michael con sus palabras, y lo refuerza con su mirada llena de esperanza.
Cómo ayudar a Michael y su familia
Hasta tanto se confirme el diagnóstico preciso referido a la situación de Michael González, además de cuidarlo de cualquier riesgo al que pueda quedar expuesto, los compañeritos del niño y su profesor están en campaña para ayudarlo. La Academia Enzo tiene a casi 130 niños que practican fútbol en las distintas categorías.
Por un lado, están juntando mercadería para Michael y su familia. Y, además, colectan dinero que permita costear los tratamientos médicos que le esperan al niño de cara a las próximas semanas. “Este fin de semana, en cada una de las sedes de las escuelitas que participan del torneo Futuros Cracks, se puso una caja para juntar mercadería que se entrega a la familia. Siempre, en las difíciles, la solidaridad ha estado”, destaca el profe.
Además, Enzo Lizardo deja a disposición su teléfono para quienes quieran y puedan ayudar a Michael y su familia. El contacto es 2615181671.