Tiziana, Alba y un gesto que vale más que mil palabras

Alba Márquez de Pincolini, de 96 jóvenes años, formó parte durante décadas de la comisión de ayuda de la Escuela Hellen Keller, para niños ciegos. Conoció la historia de Tiziana a través de Los Andes, la invitó a tomar el té y le obsequió un moderno teléfono celular que la niña necesita.

Tiziana, Alba y un gesto que vale más que mil palabras
Tiziana, Alba, Amalia y Luciana.

Alba Márquez de Pincolini tiene 96 años, una salud envidiable y un corazón gigante. Tras haber formado parte durante 30 años de la comisión de ayuda de la Escuela Hellen Keller, destinada a niños ciegos o con alguna deficiencia visual, llegó a sus manos la historia de Tiziana, publicada por Los Andes, una niña ciega que vive en Las Heras. Y puso manos a la obra.

Compró un moderno teléfono celular para la niña, herramienta necesaria para seguir ayudándola a insertarse en la sociedad, y la invitó a su casa a tomar el té. La niña llegó junto a su mamá Amalia y su tía Luciana quien, precisamente, movilizó días atrás a toda la sociedad mendocina contando el caso de su sobrina, una nena brillante en la escuela que necesita una máquina Braille marca Perkins. Actualmente utiliza una cedida en calidad de préstamo.

Lo cierto es que Alba le entregó el flamante teléfono con una satisfacción enorme. Mientras tanto, Tamara Torres, allegada a Alba, le regaló el estuche y un protector de pantalla. Toda esta gestión fue promovida por la Fundación Vivencias Argentinas.

“Esto es un obsequio para esta hermosa niña, ejemplo de esfuerzo y tezón. Merecía un lindo teléfono para que pueda seguir estudiando. Tiziana es educada y agradecida”, comentó Alba, coqueta y hermosa, en diálogo con Los Andes.

Efectivamente, el pasado 23 de julio la tía de “Tizi”, Luciana Martínez, contó la necesidad de su sobrina de tener la “Perkins” para poder seguir estudiando porque hoy, más allá de que la niña concurre a dos escuelas, necesita quedar incluida en sus actividades. Además del celular, Tiziana recibió una PC por parte de una empresa.

La niña concurre, además de la escuela normal, a la N° 2-006 Hellen Keller, donde Alba formó parte de la comisión de ayuda durante décadas.

A ese lugar asiste una vez por semana junto con su tía, hermana de su mamá, le cedieron una máquina Braille en calidad de préstamo. “Pero no es de ella y tiene que entregarla durante las vacaciones, hecho que no le permite practicar ni tener continuidad”, explicó Luciana, en diálogo con Los Andes, para remarcar la necesidad de contar con una propia. Amalia Martínez, mamá de Tiziana, que tiene cinco hijos y está sola, no puede acceder de ninguna manera.

Tiziana es melliza junto con su hermano Fernando y nacieron a los seis meses de gestación, el 11 de abril de 2013. Sólo ella sufre esa condición, que hubiese podido solucionarse apenas llegó al mundo, con una cirugía, aunque al no ser detectada a tiempo se convirtió en irreversible y hoy presenta su grado máximo. La ceguera es total.

La familia se completa con sus otros hermanos mellizos, Kevin y Braian, de 12 años y su hermana mayor Priscila, de 14. Luciana es una tía muy presente que estimula a Tiziana e intenta prepararla para el mundo competitivo en el que deberá desempeñarse.

“Siempre le hemos enseñado que no debe victimizarse y nunca la hemos tratado como discapacitada, aunque la verdadera inclusión no existe. Ella deberá estudiar, capacitarse y seguir aprendiendo a convivir con esa condición. Es muy inteligente y aprende todo a una gran velocidad, pero insisto, cada vez que debemos devolver la máquina implica un verdadero retroceso”, concluyó.

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