“La imaginación es el lápiz con el que el niño pinta sus mejores aventuras”, así de contundente es el nombre del proyecto que ha unido a estudiantes de 11 y 12 años que pertenecen a tres escuelas públicas de Mendoza para producir una serie de cortometrajes animados.
Es el cuarto año que se realiza este proyecto interinstitucional, pero será la primera vez que tendrá una visibilidad pública, puertas afuera: los 11 cortos que se elaboraron entre los estudiantes será proyectado este viernes 23 en el cine teatro Colón, de Palmira, en San Martín.
Las historias fueron planificadas, diseñadas, producidas y posproducidas íntegramente por más de 100 estudiantes del nivel primario y contó con la coordinación de una decena de docentes de las escuelas Marcelo T de Alvear, de Junín; Antonio Tomba, de Godoy Cruz, y Vitivinícola, de Maipú.
El creador y director del proyecto es Pablo Perri, profesor de artes visuales y nada menos que el director de la Fiesta Nacional de la Vendimia 2024. “Para los chicos es muy grande todo esto. Son experiencias que nunca más se olvidan. Imagináte que van a poder ver en un cine su guion, sus maquetas, su trabajo en equipo… es muy satisfactorio”, asegura a Los Andes el hacedor cultural.
En principio se proyectará una función para los estudiantes y docentes de las tres escuelas que participaron y directivos de la Dirección General de Escuelas (DGE). Pero la idea es que la proyección de cortos se repita en otras fechas y en diferentes salas de la provincia.
Incluso, el proyecto, que obtuvo recientemente una distinción del Senado provincial, habilita que se expanda en otras instituciones educativas para el año próximo. “Esta distinción nos abre las puertas para expandir la propuesta y replicar el proyecto a otros colegios, incluso mejorándolo y aplicando nuevos conocimientos como la Inteligencia Artificial”, se entusiasma el director.
Juanito Laguna y un proyecto transversal
La propuesta cultural que logró unir a estas tres instituciones no es solo artística. Pues la materia que da Perri (Artes Plásticas) ha sido el disparador para que los alumnos y alumnas que transitan sexto y séptimo grado puedan desarrollar durante tres meses este proyecto aplicando conocimientos de Lengua, Inglés, Computación, Ciencias Naturales y Ciencias Sociales.
Junto a Perri y la colaboración de docentes diversas áreas, los chicos pudieron escribir el guion, armaron las maquetas, los muñecos de plastilina, de corcho y otros materiales reciclados; sacaron numerosas fotos a los muñecos, grabaron el texto, luego editaron las fotos para que fueran una secuencia en movimiento en la sala de Computación de cada colegio, hicieron subtítulos en inglés o en español –según el corto- y hasta filmaron un video con el “detrás de escena” para mostrar cómo habían desarrollado el trabajo y cómo vivieron esa experiencia colectiva.
Cada cortometraje dura menos de dos minutos y está inspirado en el personaje creado por el rosarino Antonio Berni: Juanito Laguna, un niño que vive en una villa miseria y que “está inmerso en la basura que fue despojada por el mundo”, recuerda Perri, quien aportó esa temática a todos sus alumnos por igual a modo de disparador.
Luego, cada grado y escuela le dieron su impronta, incluso con otros personajes y conflictos.
”El mensaje es hermoso porque Berni dice: ‘Juanito es un chico pobre, pero no un pobre niño’. Es decir, hay dignidad, hay sueños y ganas de salir de donde está y de cambiar su realidad. Ese fue el disparador y lo demás fue pura creación de los chicos. Los docentes fuimos facilitadores y ellos hicieron todo”, agregó el ex director vendimial.
Una historia, un sueño: la futbolista resiliente
Sofía Lamberti tiene 12 años y va a séptimo grado del colegio Vitivinícola, de Maipú. Es la primera vez que participa del proyecto insterinstitucional. Dice que disfrutó “un montón” el proceso creativo y el trabajo en equipo para armar el guion, escribir los diálogos en dos idiomas, desarrollar las maquetas y sacar las fotos.
El cortometraje que armó con sus compañeros se llama “Un gran sueño”, y cuenta la historia de una joven fanática del fútbol que sueña con ser una deportista consagrada. El día que tiene la oportunidad de jugar “el partido de su vida”, llega agotada y estresada a la cancha, se cae bruscamente y se quiebra el tobillo. O sea, sus sueños se hicieron añicos en segundos.
La joven es derivada a un hospital, en donde la visita una reconocida futbolista internacional. Ésta le da ánimo y le dice que no se rinda. Una vez que la joven se recupera del tobillo, no solo vuelve a jugar al fútbol, sino que lo hace mejor que antes por su esmero y dedicación.
“No era una historia fácil de contar. La parte más difícil fue que los muñecos hechos de plastilina y afirmados con alambres mantuvieran el equilibrio mientras sacábamos las fotos para poder hacer secuencias con movimientos”, confiesa Sofía.
La historia de Juanito Laguna y su mensaje de no rendirse nunca fue clave para inventar la historia de la futbolista resiliente.
Sofía, por ahora, sueña con ser psicóloga o maestra jardinera. Pero asegura a este diario que este año descubrió cuánto le gustaba escribir historias y está ansiosa a que llegue el viernes para ver el cortometraje de su escuela proyectado en pantalla grande. “Todavía no caigo, es mucha la emoción”, jura la estudiante.
Según Perri, el director, este tipo de actividades son las que ayudan a chicas y chicos a conectarse con un mundo creativo y el trabajo en equipo. “Como docente busco ser quien facilita para que los chicos creen las cosas y no que repitan como loros. Ellos trabajan en su orden y también en su desorden. Pero con un objetivo claro y con mucho entusiasmo”, concluye.