Aunque nada en la vida de Analía Cisterna (43) resultó fácil, hoy más que nunca esta mamá soltera y exponente de la pobreza creciente en la Argentina, necesita con extrema urgencia una mano solidaria para salir adelante junto a sus cinco hijos.
Las condiciones extremas que padece la familia –integrada también por la madre de Analía, de 72 años– que vive amontonada en una precaria vivienda de Godoy Cruz, llegó a oídos de las maestras de la Escuela Victoriano Montes, donde concurren las dos hijas menores de Analía: Jeniffer (9) y Leila (6).
Y si bien la situación se visibilizó, todavía necesita difundirse muchísimo más para poder sortear este delicado momento: el habitáculo se encuentra invadido por ratas, carecen de inodoro, cocina, calefón, heladera y los techos se llueven. Atravesar el invierno en medio de roedores y filtraciones fue –y sigue siendo– inhumano.
Tras mudarse a Mendoza desde su San Rafael natal, por falta de trabajo, Analía y Amanda –su mamá– peregrinaron de un lugar a otro. Incluso, cuando Amanda consiguió empleo cama adentro como empleada doméstica en el barrio Champagnat, también se llevó a su hija.
Más tarde, en 1999, ya con una hermana menor, recalaron en su morada actual de la calle Carlos Vergara 390 de Godoy Cruz, donde primero alquilaron y hoy, tras la muerte de la propietaria, siguen allí aunque en litigio judicial con los descendientes.
Ingresar al hogar de Analía es desolador y muestra la miseria en carne propia. “Hasta las perras, que son piel y hueso, tuvieron cachorros y no los pueden atender”, dijo un vecino.
Así las cosas, lo que más le urge es encontrar un “horizonte” lo antes posible: necesita de todo, pero más aún trabajar, generar un ingreso, reparar su vivienda, alimentar a sus hijos, acondicionar la casa, extinguir a los roedores... En definitiva, necesita urgente vivir con dignidad.
“Nuestra casa se quemó en 2014 y desde entonces no hemos podido arreglarla. Una parte es de adobe y la otra de ladrillos, pero el techo es de caña y estamos invadidos por roedores que se han comido incluso todo lo nuestro, lo que teníamos a nuestro alcance. Nos higienizamos con un balde. Mi mamá está enferma y no puede hacerse cargo de los niños, por eso me cuesta salir a trabajar”, relata la protagonista en un conmovedor diálogo con Los Andes.
Tras conocerse la historia a través de algunos medios radiales, le llegó una propuesta de trabajo como bachera en un bar. El horario es entre las 18 y las 5 de la mañana.
“Necesito un trabajo, pero es muchísimo tiempo para dejar a mis hijos al cuidado de mi mamá, que se resbaló, cayó y todo su cuadro se complicó”, señala. El horario más adecuado como para salir sería entre el mediodía y las 17, cuando sus hijos regresan de la escuela.
Analía es mamá de Axel, que tiene 18 años (abandonó sus estudios y sueña con ingresar al Ejército Argentino); Ángeles (16); Belinda (13) y las más pequeñas, Jennifer y Leila. La desesperación la llevó a relatar su situación a las maestras de sus hijas menores, en la escuela. “Me daba vergüenza”, confiesa.
Analía vive con la Asignación Universal por Hijo y algunos pesos que percibe como empleada doméstica de una vecina, además de la magra jubilación de su madre, que siempre se ganó la vida como pudo.
“Recibo la tarjeta Alimentar y el almacén a veces me fía. Las nenas entran al colegio un rato antes del horario habitual porque reciben clases de apoyo, les cuesta aprender, y también almuerzan allí. Estoy agradecida con la ayuda recibida, pero siento que, de todos modos, no puedo salir a flote”, reflexiona.
Cuenta que antes de exponer su situación lo pensó dos veces. Sentía vergüenza. “Soy madre y me avergüenza no poder darles a mis hijos lo que necesitan. Me arrepiento de no haber podido terminar la secundaria. También he pensado en el qué dirán, pero llegó un momento que no pude más”, agrega.
Analía nació en San Rafael y es la hija mayor de Amanda, que también es madre soltera. Cuando tenía 4 años ambas se mudaron a Mendoza, donde su mamá hizo de todo: fue cocinera, celadora y empleada doméstica. “Incluso vivimos en dos casas de familia porque ella trabajaba cama adentro. Allí aprendí a limpiar, la ayudaba. Siempre me trataron bien”, aclara.
Luego creció y fueron llegando los hijos, según dice, todos de un mismo padre, aunque desde que está separada, el hombre se hace cargo sólo cuando puede. Analía y su familia forman parte de la Argentina que acrecienta sus índices de pobreza que alcanzan a la mitad del país y necesita una ayuda. Una ayuda de base que le permita vivir como merece.
“A veces me derrumbo, pero vuelvo a levantarme por mis hijos, porque no quiero que me vean caer. Tengo que ser fuerte por ellos y por mi mamá, que siempre me dio una mano y hoy sigue aportando su jubilación para que podamos comer”, finaliza, mientras deja su contacto para los mendocinos que puedan tenderle una mano.
La respuesta del municipio: asistencia y desinfección
La Dirección de Desarrollo Social del municipio de Godoy Cruz confirmó que se realizó una entrevista en el domicilio y se estableció una intervención integral con la entrega de alimentos, kit de limpieza, camas, cuchetas, colchones y frazadas, entre otros elementos.
De ese modo, se acordó que la familia desocupará y sacará todos los objetos en desuso que serán retirados del domicilio por personal municipal y, al mismo tiempo, se avanzará con una desinfección general de la vivienda por parte del área de Salud.
“Se coordinará, además, con la Dirección de Contingencia Social y Políticas Alimentarias una ayuda económica para la compra del inodoro y otros elementos y solicitaremos al PAMI alimentos y otras prestaciones para la abuela”, dijo una fuente del municipio. Asimismo, desde el departamento de Intervención Social y Territorial, en tanto, se entregará membrana y cemento.
“Es importante destacar que la familia ya ha sido intervenida desde el municipio en distintas oportunidades con la entrega de materiales de construcción, alimentos, subsidio para anteojos, ayuda económica, carga de garrafa, frazadas y colchones”, dijo el vocero.
Finalmente, la Dirección de Educación también ha intervenido, en coordinación con la DOAITE (Políticas Socioeducativas Dirección General de Escuelas).
Cómo ayudar
El celular de Analía Cisterna es el 2617 03-0732. Vive en Carlos Vergara 390 de Godoy Cruz.