La infección por Ómicron podría tener un efecto positivo en la protección contra otras variantes. Entre ellas, Delta. Así lo informó un estudio científico (aún no revisado por pares y con un número chico de personas estudiadas). Sin embargo, la novedad tiene validez porque alude a un fenómeno común en Virología conocido como inmunidad cruzada. Además, los investigadores a cargo del trabajo tienen buena reputación.
Aunque es sabido que Ómicron tiene identidad propia, no deja de ser parecida al resto de variantes de SARS-CoV-2. Los autores de estos trabajos vieron que esos rasgos compartidos tienen un efecto concreto en los anticuerpos que hace proliferar la infección, detalló Clarín.
Ocurre que la carrera genómica Ómicron-Delta está generando especial inquietud en Argentina, de cara a las reuniones de Fin de Año y en medio de las astronómicas cifras de contagios que registran hace unos días. En dos semanas las determinaciones positivas diarias del país superaron la quintuplicación.
Los científicos intentan confirmar si, como están reportando algunas publicaciones (por ejemplo, una muy reciente de la revista Cell), Ómicron, además de evadir la respuesta inmune por infección y vacunación, es, en efecto, el doble de transmisible que Delta y el cuádruple que la ya vieja “Wuhan”.
En definitiva, si bien hay mucha ansiedad por confirmar los efectos clínicos concretos de esta versión del virus, la novedad que se suma ahora tiene que ver con algunas consecuencias positivas que Ómicron podría generar a nivel inmunológico en quienes se contagien y estén vacunados con al menos dos dosis (idealmente tres).
Qué dice el estudio
Todo está descripto en dos preprints recientes: “La infección por Ómicron mejora la inmunidad neutralizante contra la variante Delta”, encabezado por investigadores del Africa Health Research Institute (Durban, Sudáfrica) y del Max Planck Institute for Infection Biology (de Berlin, Alemania). Y, además, “La infección revolucionaria de la vacuna por la variante Ómicron del SARS-CoV-2 provoca respuestas inmunes de reacción cruzada en general”, de investigadores de la Universidad de Hong Kong.
El primer trabajo reveló que 15 pacientes infectados con Ómicron (la mitad había sido vacunado con Janssen y Pfizer) habían generado no solo una respuesta inmune contra esa variante sino también contra Delta.
El segundo analizó a dos personas infectadas con Ómicron que habían sido vacunadas con Pfizer. Al evaluar la respuesta inmune post infección, se registró que habían desencadenado anticuerpos neutralizantes efectivos frente a Ómicron (como es esperable), pero también frente a todas las variantes de preocupación.
Quien compartió estas novedades y todas las aclaraciones con Clarín fue Jorge Quarleri, virólogo e investigador Principal del Conicet en el Instituto de Investigaciones Biomédicas en Retrovirus y Sida (INBIRS).
Inmunidad cruzada: ¿cómo se produce?
Quarleri explicó que, “más allá de las diferencias, Ómicron y Delta -y las otras variantes- tienen muchos rasgos en común. De los anticuerpos, hay que aclarar, el virus no solo reconoce una secuencia de aminoácidos sino también su conformación en el espacio: cómo es la estructura tridimensional que tiene la proteína que van a reconocer”.
“Lo que estos investigadores están demostrando es que cuando hay alguna coincidencia en esos aspectos, tanto en lo lineal como en lo conformacional, los anticuerpos dirigidos contra una variante pueden cruzar y tener capacidad neutralizante contra otra u otras variantes también”, detalló.
En otras palabras, dijo Quarleri, “la infección con Ómicron generaría una respuesta inmune que cruza y protege frente a la variante Delta”, siguiendo los datos del primer estudio. Y si se suma el segundo, todo indica que “Ómicron podría ser capaz de burlar la respuesta inmune de nuestros anticuerpos, pero una vez que infecta, desencadenar una respuesta muy eficaz contra sí mismo y contra otras variantes”.
Desde ya, subrayó, “no es razón para salir a infectarse. No debe ser entendido como algo beneficioso. La respuesta inmunológica demanda tiempo para montarse”.
Y, como se vio durante la pandemia, nadie puede pronosticar el efecto concreto (leve o severo) que el Covid le generará en el cuerpo.
Preguntas sin respuesta
Los autores del primer estudio reclutaron a los 15 pacientes cuando se recuperaban de la infección por Ómicron. Sin embargo, se preguntan en el trabajo si se habrían infectado antes con Delta.
Como ése es un dato que ignoran, no les es posible desambiguar si, 1) el aumento en el título de anticuerpos contra la variante originada en India debería atribuirse a un rasgo peculiar de Ómicron (de hecho, no todas las variantes de Covid generan inmunidad cruzada) o si, 2) lo que Ómicron generó fue un “estímulo” o “despertar” de una inmunidad ya existente.
Sin embargo, acá cobra envergadura el segundo estudio: si las cosas son como las plantea el preprint de Hong Kong, que Ómicron levanta inmunidad capaz de enfrentar a todas las variantes de preocupación, la que vale es la primera opción.
Un punto importante que se destaca en el primer trabajo es que “la comparación de la neutralización de Ómicron y Delta en el último punto de tiempo disponible mostró que los participantes vacunados pudieron montar una mejor respuesta neutralizante contra el virus Delta”. En cambio, sigue el texto, “la respuesta en los participantes no vacunados fue más variable”.
Por fin, si bien los autores aclaran que la inmunidad cruzada no es bidireccional (las otras variantes no protegen contra Ómicron, pero al revés sí), subrayan el efecto social que podría generar este cruce en el futuro de la pandemia.
En especial si se prueba que los efectos de Ómicron son relativamente leves y termina por desplazar a sus “hermanas”. Pero siempre y cuando se avance en forma masiva con la cobertura de esquemas completos de vacunación.