Desde noviembre hasta la fecha, en Mendoza se han quemado unas 9 mil hectáreas producto de incendios forestales en diferentes puntos de la provincia, donde se requirió la intervención de bomberos y personal especializados en estos eventos que muchas veces son originados por la mano del hombre.
Los datos se desprenden de un informe que ha hecho el Plan Provincial de Manejo del Fuego, coordinado por Diego Martí, y que depende del área de Ambiente de la provincia. En cifras, son 9.080 hectáreas las consumidas por las llamas en 34 incendios registrados en Mendoza entre noviembre de 2023 y lo que va de febrero de este año. La temporada finaliza el 31 de marzo y habrá que esperar si suceden o no, otros siniestros.
Si lo comparamos con los números obtenidos durante la temporada 2022-23, al mismo período, en aquel momento se habían quemado 86 mil hectáreas producto de unos 57 incendios contabilizados. Hay que aclarar que en estas fechas mencionadas, Mendoza afrontaba un fuerte período de sequía y eso funcionó como un caldo de cultivo para los siniestros.
Martí dialogó con Los Andes y reconoció que el promedio de hectáreas quemadas es “bajo” y que “todo puede cambiar si llega a originarse un incendio de gran magnitud en lo que queda de temporada, pero por ahora podemos decir que es una cifra baja que fue ayudada por el fenómeno El Niño que presentó hace algunos meses”.
¿Por qué afectó El Niño a la generación de incendios? Porque, según comentaron los especialistas, se han producido muchas precipitaciones que ayudaron a generar una superficie más húmeda que seca, lo que permite evitar la generación de siniestros y facilitar la llegada de los brigadistas a los lugares donde deben combatir el fuego.
“El trabajo de los brigadistas, que son 75 para toda la provincia, ha sido bueno y como dije, El Niño ha colaborado en poder tener números bajos en Mendoza, los recursos que contamos hay que analizarlos en función de la magnitud de los eventos a intervenir pero en ese sentido, podemos decir que estamos bien”, agregó el funcionario.
Los incendios de la temporada
Dentro de la temporada de incendios en Mendoza, que inicio el 23 de noviembre de 2023, se han producido 34 siniestros en total, los cuales fueron controlados gracias a la tarea de brigadistas, bomberos, Policía y Defensa Civil.
Según Martí, uno de los más grandes que se produjo en este tiempo fue uno que sucedió en el límite entre los departamentos Malargüe y San Rafael, ocurrido en el mes de diciembre del año pasado. En este caso, se quemaron unas 5600 hectáreas y fue generado por causas naturales y no de forma intencional como en otros sucesos.
Además, hay que sumar a este listado el incendio que se registró semanas atrás en el cerro El Carrizalito de San Rafael, cerca de Valle Grande, donde se quemaron varias hectáreas y el trabajo de los brigadistas fue de varios días por la dificultad de la zona para acceder.
En la zona de Alta Montaña, en el oeste provincial, también se registraron focos de incendios motivados puntualmente por los días de calor extremo que azotaron a los mendocinos en diciembre y enero.
Si bien no ingresaron dentro de la temporada actual de incendios, en octubre del año pasado, en Mendoza se produjeron siniestros en el Challao y Luján de Cuyo, que tuvieron la particularidad de haberse originado durante un fin de semana de fuerte viento Zonda.
¿Hay mayor conciencia de la gente?
Un tema controversial a la hora de hablar de incendios en la provincia es la conciencia que pueda tener la gente en función de la generación de fuego por la mano del hombre, lo cual puede derivar en una verdadera catástrofe ambiental.
“Estamos en un proceso, esto no es de un día para otro, creo que se va tomando conciencia de a poco aunque todavía falta pero lo que sí hay que tener en cuenta es que la campaña de concientización tiene que apuntar a que no se puede hacer fuego en cualquier lugar, salvo los que estén habilitados. El mayor problema que tenemos hoy es que por fin de semana podemos llegar a tener 10 mil personas en la montaña y el control se hace realmente difícil”, admitió Diego Martí.
Desde el Gobierno provincial siempre se realiza una campaña de difusión para evitar incendios y se otorgan las recomendaciones necesarias para el uso del fuego, sobre todo en ambientes naturales donde las llamas crecen en cuestión de segundos.
“El problema es que un incendio intencionado en zonas de piedemonte provoca la pérdida de la vegetación del lugar pero también, hay otros efectos en el ambiente como la elevación de la temperatura por ejemplo, por eso es importante tomar conciencia de que no hay que prender fuego en lugar que no está habilitado”, agregó.
Entre las recomendaciones a la hora de ver un incendio, se le pide a la población mantener la calma y dar aviso a las autoridades de inmediato (911), no asumir riesgos inútiles, no exponerse mucho tiempo al humo y evacuar el lugar hacia el lado contrario de las llamas.
Código Contravencional, poco aplicado
Más allá de las prohibiciones y las multas que existen por hacer fuego en lugares indebidos, los mendocinos siguen haciendo caso omiso a estas directivas de las fuerzas especializadas. Según fuentes consultada, es escasa la aplicación de este Código Contravencional, donde se establecen las penas para quienes provoquen incendios en el territorio provincial.
En el artículo 135 del Código Contravencional de Mendoza es donde se prohíbe el uso de fuego en zonas urbanas y rurales a fines de evitar los incendios que luego se transforman en tragedia.
Entre las penas que existen para los ciudadanos que ocasionen un incendio de forma intencional, está la del pago de una multa de 800 a 5 mil unidades fijas (UF) o el arresto efectivo de 8 a 50 días.
La ayuda a Chile
El coordinador del Plan Provincial de Manejo del Fuego explicó que todavía no se ha hecho efectiva la ayuda ofrecida desde el Gobierno al vecino país de Chile para combatir los incendios sufridos en la zona costera de Valparaíso, donde murieron más de 100 personas siendo el más mortífero de su historia.
“El Gobierno de Mendoza ofreció la ayuda de forma directa y se trataba de recurso humano, íbamos a viajar 9 brigadistas, y materiales porque se había dispuesto ir en dos camiones hidrantes para ayudar a combatir las llamas en Chile, pero no es tan fácil que acepten la ayuda por una cuestión de manejo por parte del gobierno chileno”, contó el funcionario.