Talento desde la cuna: Nayla tiene 10 años y es revelación de un concurso nacional de danzas árabes

Se consagró bailando en el Winter Dance Festival, en Buenos Aires. Sus padres juntaron pesos por peso para poder enviarla a concursar desde Luján de Cuyo.

Talento desde la cuna: Nayla tiene 10 años y es revelación de un concurso nacional de danzas árabes
Nayla ganó el premio revelación en el certamen nacional. Se la destacó por su “virtuosísimo” desempeño. Foto: José Gutierrez / Los Andes

Por su “virtuosísimo” desempeño en danzas árabes, la mendocina Nayla Milena Cortez, de 10 años y oriunda de Luján de Cuyo, obtuvo en las últimas horas el premio a la bailarina revelación durante el Winter Dance Festival, que tuvo lugar en el teatro San José de Buenos Aires.

Nayla, que compitió en su categoría con niñas de otras provincias, ganó el primer puesto en sus dos actuaciones como solista y la “frutilla del postre” fue cuando el jurado la eligió como artista revelación.

Con una felicidad que se percibe en sus ojos, dijo en diálogo con Los Andes que sólo desea agradecer. “Primero y principal a mi familia, a mis padres y hermanas que hacen un gran sacrificio para que pueda bailar, porque los costos son muy altos”, aclara, con gran madurez.

Claro que también menciona a su mentora y su heroína, la profesora Nadya Rojas, que le enseña danzas árabes en la academia “Arabes Renacer”. “Sueño ser como ella”, señala la talentosa niña.

Nadya, por su parte, comenta que el certamen se lleva a cabo todos los años, aunque en 2020 y 2021 se había interrumpido a raíz de la pandemia. “Después de dos años pudimos por fin volver a disfrutar de este evento cuya organizadora es la conocida exponente Mayra Huzid. Se trata de un festival de danza de tres días de duración que contempla numerosas actividades, más allá de la competencia. Es decir, seminarios y capacitaciones a cargo de maestros nacionales e internacionales de muchísimo renombre”, relata la profesora.

A sus 10 años, Nayla ya tiene decidido su futuro: será bailarina árabe y profesora. Foto: José Gutierrez / Los Andes
A sus 10 años, Nayla ya tiene decidido su futuro: será bailarina árabe y profesora. Foto: José Gutierrez / Los Andes

Y remarca que este logro significa muchísimo en su carrera y también en la de Nayla, quien pese a su corta edad ya tiene varios reconocimientos en su haber.

Nada le llegó de regalo a esta simpática bailarina: desde hace cuatro años consecutivos entrena rigurosamente todos los días de su vida. “Más allá del amor y el cariño que siento por mi alumna Nayla Cortez, a quien siempre le vi excelentes condiciones, mi sueño de toda la vida fue preparar a las futuras bailarinas”, indica la profesora.

Y agrega: “Si bien yo misma bailo, amo profundamente enseñar esta bella danza y me siento afortunada de tener este trabajo que también representa mi pasión”.

Por eso, concluye Nadya, con una sonrisa de oreja a oreja y recién llegada de Buenos Aires: “Mi felicidad es total y absoluta”.

“En la sangre”

Descendiente de árabes, Layla Ranter, mamá de Nayla y de otras cinco niñas, dijo que su hija de 10 años lleva esta danza en las venas y aseguró que jamás se lo inculcó. “Era muy chiquita, tenía 4 o 5 años cuando pasamos caminando por el instituto y me pidió tomar clases. Desde entonces se sube al escenario y se transforma. Es como una adulta, una profesional con todas las letras”, la define su mamá.

Nayla es la cuarta de seis mujeres y la única que baila árabe. Abigail (19) es su hermana mayor; le siguen Magalí (16); Samira (13); Nara (11) y Keyla (8). Su papá, Juan Cortez, trabaja en el sector de empaques de un galpón de leña.

“Nayla es muy perfeccionista en todo, no solamente en su danza. Cursa cuarto grado en la escuela Nicolás Avellaneda y siempre se esfuerza para dar lo mejor. Quiere brillar y lo logra”, sostiene su mamá.

Foto: José Gutierrez / Los Andes
Foto: José Gutierrez / Los Andes

La familia tuvo que hacer un gran sacrificio económico para que la niña pudiera participar del certamen en Buenos Aires. “La profesora la seleccionó por sus condiciones y no podíamos dejar de llevarla. Ella estaba muy entusiasmada y la felicidad de ser revelación no la puedo explicar con palabras”, cuenta Layla, quien se desempeña en el servicio doméstico.

Ella trabajó de sol a sol para poder cumplirle el sueño a su hija. “Limpiaba hasta tres casas por día juntando peso a peso porque todo esto es muy costoso en esta actividad, no sólo el viaje y la estadía sino el vestuario. Sin embargo, valió la pena cada esfuerzo realizado”, reflexiona esta orgullosa madre.

Y añade que pudieron viajar 13 de las 20 alumnas seleccionadas por la profesora. “Una vez allá, había muchísimas bailarinas, tal vez más de 300, por eso este logro de Nayla y, claro, también de su profesora, fue más que merecido”, resume Layla Ranter.

Un camino marcado

Pese a sus escasos 10 años, Nayla ya tiene decidido su futuro: será bailarina árabe y también profesora. “Para todo esto ya se está preparando. Está realizando el profesorado en la misma academia con gran alegría y entusiasmo. Ella ya encontró su futuro”, se enorgullece su mamá.

Layla es nieta y bisnieta de árabes, aunque nunca estuvo muy en contacto con esa cultura y mucho menos con la danza. Tampoco sus hijas, salvo Nayla, que lo lleva en la sangre.

“Seguramente son los genes porque nunca bailé árabe ni me involucré con esas costumbres aunque, claro, a todas mis hijas les puse nombres afines”, aclara.

La comitiva de Mendoza estuvo en Buenos Aires desde el 21 de septiembre al 26 del mismo mes y regresó más entusiasmada que nunca.

“Mi objetivo con Nayla es poder acompañarla es su carrera de bailarina, entrenándola y guiándola todo lo posible ya que su sueño es ser profesional y docente”, resume la profesora Nadya Rojas. Y detalla que la talentosa niña está estudiando el profesorado de danzas árabes bajo el programa de estudio del maestro internacional Yamin Annum.

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