De todos los escenarios que Noelia Sánchez y Gonzalo Barroso De Vito habían imaginado como kinesiólogos, jamás se les había cruzado una pandemia y, menos aún, que algún día iban a colocarse una máscara de superhéroes para atender a pacientes pediátricos.
Lo cierto es que ese escenario, finalmente, llegó a la realidad en marzo pasado, con el Covid-19.
Y el hospital Dr. Ramón Carrillo, de Las Heras, tuvo una simpática idea, la de adquirir máscaras de Mujer Maravilla, Increíble Hulk, Chicas Súperpoderosas, Iron Man y Spiderman con el fin de que la atención hacia los más chiquitos sea amigable y menos estigmatizante.
“Es que hisopar a un niño no es fácil y menos aún cuando son menores de tres años, porque se requiere otra técnica algo más invasiva”, cuenta Gonzalo, que se incorporó al plantel hace dos meses y encarna a El Increíble Hulk.
El equipo de kinesiólogos --que en el caso del hospital de Las Heras suman siete-- son quienes tienen la misión de hisopar a los pacientes, junto a otros especialistas.
“Y una vez que estamos vestidos, con la protección obligatoria y la máscara de súperheroes, ya nos quedamos así aunque tengamos que atender a personas adultas”, señala Noelia.
“Muchos se ríen, se sorprenden al verme llegar y me dicen que nunca imaginaron que iban a ser atendidos por la Mujer Maravilla”, relata, para agregar que con los chicos hay que ir “de a poco” y que al menos este innovador método impide que lloren o entren en pánico.
“Es cierto, es algo divertido y brinda resultados, pero la sobreexigencia es una realidad para todo el personal de salud, que está presionado”, advierte Gonzalo.
El hospital, que nació como sanatorio materno-infantil, hoy extiende su atención también a personas adultas. Todo este cambio implicó un proceso de adaptación para los empleados.
A partir de la pandemia, incluso, hubo que incrementar el staff, que no sólo ha venido demostrando vocación de servicio sino que también halló una manera de reinventarse para atender a los niños.