Tras el anuncio de cierre, el comedor Horneritos recibió donaciones para unos días y una nueva colecta busca sostenerlo

La falta de mercadería y colaboraciones llevó a los organizadores a suspender las raciones para unas 1.500 personas. Una familia busca aportes para dotarlos de recursos y que siga funcionando.

Tras el anuncio de cierre, el comedor Horneritos recibió donaciones para unos días y una nueva colecta busca sostenerlo
Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

Las dificultades para obtener donaciones y mercadería llevaron al comedor Horneritos, ubicado en El Algarrobal, en Las Heras, a anunciar su cierre con mucho pesar. Fue el lunes 22 de mayo y luego de notar incluso que la situación se deteriora y cada vez llegan más personas a buscar asistencia de esas manos generosas para saciar el hambre.

Pero tras el anuncio, llegó casi como un rey mago un desconocido a preguntar qué les hacía falta. Fue el martes del cierre y, según relatan, parecía extranjero. Así pudieron dar una comida más, luego llegaron otros apoyos y pudieron sostener sus puertas abiertas estos días, a duras penas, y con el permanente temor de no poder el día siguiente. Ahora, una familia busca darles una ayuda que les permita asegurar más tiempo de subsistencia y organiza una campaña para reunir fondos y mercadería, incluso abrigos y juguetes preparándose para el día del niño.

La consigna es que poco suma mucho y que cada uno pueda aportar lo que tenga pero se sumen voluntades.

Mario Tello Díaz es uno de los miembros de la familia que impulsa la iniciativa y el orígen es más conmovedor aún: transformar el dolor en amor, la ausencia en presencia para otros. Su hermano Juan Manuel ya no está pero dejó un legado y un deseo. Antes de su suicidio, dejó una nota e indicaciones para que continuaran con algo que el solía hacer: ayudar a comedores. Incluso la familia tiene la costumbre de realizar ayudas sociales y tras estos hechos han tomado la decisión de encauzarla a comedores y con mayor asiduidad.

“¡Amigos, Familia, Vecinos, Proveedores y allegados! Mi nombre es Mario o Pipo, depende como me conozcan, como ya saben soy hermano menor de Juan Manuel Tello Diaz. A 5 meses de su dolorosa ausencia y próximo a la fecha de su cumpleaños, estoy organizando una colecta para un comedor con el lema de continuar con su legado. En este caso comenzaré las donaciones con el último comedor al cual él realizó donaciones”, comienza un mensaje enviado a sus contactos.

Un comedor mendocino que asiste a más de mil personas pide la ayuda de todos para no cerrar
Un comedor mendocino que asiste a más de mil personas pide la ayuda de todos para no cerrar

“En el comedor me comentaban que solicitan la colaboración de alimentos no perecederos, verduras, y abrigo para los fríos venideros. Yo sé que es un momento difícil el que todos estamos atravesando hoy en día, la situación es cada vez más complicada. Pero tristemente… A la gente solo la ayuda la gente… En diversas ocasiones no prestamos atención en todo lo que gastamos, en tantas cosas innecesarias que con lo mínimo como un paquete de alimento, podremos alimentar a varios chicos en situación de carencia”, expresa.

Mario contó a Los Andes que la gente a veces compra cosas que no son tan importantes pero puede conseguirse un paquete de fideos por 134 pesos y alimentar a entre 4 y 6 personas, sobre todo niños.

Él mismo hace unos días fue a comprar alimentos para evitar que el lugar se quedará sin la posibilidad de brindar tan vital ayuda. Puso 30.800 pesos y compró 700 paquetes de fideos y unos 200 paquetes de polenta, además de algunas salsas y latas.

“Eso cubre más o menos un día de alimentación de los chicos, si el plato no tiene acompañamiento hay que servirles más”, señaló.

El milagro

Al día siguiente del anuncio del cierre, llegó una persona desconocida hasta el lugar, cuenta Gabriela Carmona, líder y creadora del comedor. La decisión había llegado un par de meses después de que el lugar cumpliera tres años. Había sido creado durante lo crudo de la pandemia, con la intención de paliar las necesidades de quienes a su alrededor sufrían las carencias que dejó el parate de actividades del aislamiento. Hoy, reconoce con dolor que la situación está mucho peor y lo que más le duele es ver llegar no solo a personas sin empleo sino más aún, quienes sí tienen, incluso más de uno, pero aun así, no les alcanza.

“Ese día recibimos una donación de una persona que no sabemos quién es, parecía que no era argentino por la tonada, nos preguntó que necesitábamos y se fue, luego volvió con pollo y verduras, esa noche le hicimos de comer a la gente, fue el martes”, relata. El hombre no volvió, pero los días siguientes se repitió el milagro y aparecieron nuevas ayudas para salvar la urgencia. Así pudieron sostener los dos días de cena semanales que brindan.

Dos veces por semana recibe a alrededor de 1.500 personas incluso han llegado a ser 1.600.

“El miedo nuestro es tener que hacer siempre la última comida, hoy cocinamos pero no sabemos qué vamos a cocinar la próxima vez, es nuestro terror”, cuenta con angustia.

La cena la sirven a las 21 pero ayer, alrededor de las 18.30, mientras hablaba con este medio comentó: “Ya tengo gente afuera, llegan esta hora por miedo a quedarse sin comida y el problema es tipo 20.30 cuando ya la cola tiene 3 cuadras”.

¿Y qué pasa si no alcanza? Asegura que les sucede. “Cuando empieza a faltar improvisamos, les damos un paquete de fideos, una papa, algo como para que no se vayan sin nada, nuestro miedo es que no haya ni siquiera para decirles: tomá al menos algo”.

Ayer por la tarde la cocina estaba a pleno, quizás la emoción de poder ofrecer una vez un plato de comida hace desaparecer el esfuerzo que les implica. “Estamos haciendo 450 kilos de comida hoy, hemos pelado 400 kilos de verdura y preparado 75 kilos de menudos y 40 kilos de alitas, hemos usado 2 kilos de sal y 5 litros de aceite, es un gran volumen”, enumera.

“Son cifras que duelen, hemos llegado a tener 1.600 personas, hoy ver una situación peor que la de la pandemia es terrible y recién estamos en mayo”, señala Gabriela.

Ayer preparaban 450 kilos de comida en el comedor Horneritos de Las Heras
Ayer preparaban 450 kilos de comida en el comedor Horneritos de Las Heras

Sobre la campaña de la familia de Mario destacó que se aprecia mucho así como cada donación, porque hay que pensar que quizás con tres paquetes de fideos se da de comer a 18 personas. Pero sobre todo, la empatía ante la situación la acerca a apreciar más la actitud. “Valoro lo que están haciendo desde el corazón, con esa ganas, yo también perdí a mi hermano en un accidente, con 26 años (...) sé que estará su hermano y mi hermano viendo lo que hacemos, porque lo hacemos de corazón y por eso la ayuda siempre llega”.

Y luego remarca casi como un leitmotiv: “Compartir te hace bien”.

Creo que Honerito fue un milagro, que no es casualidad que tenga esta cantidad de gente, que lleguen tantos corazones tan pinchados y que acá descarguen su dolor y más que nada su empatía, y si todos tuviéramos un poquito de empatía todo sería diferente”, piensa Gabriela.

Cómo ayudar al comedor Horneritos

“Quiénes quieran de corazón voy a estar recolectando alimentos y abrigo (...) Podemos coordinar por privado cómo podré informarles de diferentes puntos de recolección de gente que se ha ofrecido en este generoso acto. También serán bienvenidos a participar los que quieran ayudarme el día de la entrega y como así también colaborar cocinando o repartiendo las raciones de comida”, pide el mensaje de Mario.

Incluso, contó que hay gente que no reside en la provincia que le propuso aportar dinero, por ello ha creado una cuenta para recibirlo, quizás con ello puedan hacer compras de mercadería más específicas para las necesidades. “También ha surgido gente que por la distancia, me ha ofrecido dinero, será recibido y se realizarán las compras correspondiente con los comprobantes de compra para tranquilidad de quiénes aporten. A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara esa gota”, agrega.

Para contactarse hay teléfonos de WhatsApp: 261-4691231 o 261-5062687, de Mario, 261-7222400 de Gisel.

“Hay gente que ha donado desde 500 pesos hasta 6000 pesos”, contó Mario en referencia a que pueden ayudar con lo que se pueda. Hay quienes quieren aportar pero no tienen cómo trasladarlo y por ello organizaron ellos mismos recorridos por zonas. Reunirán lo que puedan hasta el domingo 11, ya que harán la entrega el 12 de junio, cuando su hermano hubiera cumplido 43 años.

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