Fabián “Rudy” Recabarren y Hugo Mansilla son solo dos de los integrantes del grupo de 15 amigos (cuando no falta nadie) de Godoy Cruz que se conocen desde hace más de 55 años. “Somos segunda generación de amigos, nuestros padres también eran amigos entre sí”, resume “Rudy”, quien trabaja en la comuna godoicruceña e intenta hacer un break en su trabajo durante una difícil mañana a raíz de lo que el Zonda nos dejó.
“Quique” Ruiz también era uno de ellos. El mismo Quique con el que se juntaban todos, de chicos, en la esquina de Revolución de Mayo y Lautaro (en el barrio Villa del Parque, de Godoy Cruz), y que luego se sumó a ese incondicional grupo que cada jueves –al principio- y viernes –en la actualidad- se junta a cenar una vez por semana. Pero “El Quique” falleció el 19 de agosto del año pasado, aunque nunca dejó de estar en cada reunión del grupo de amigos.
“Nos juntamos todas las semanas. Y cuando estamos todos, el primer brindis es en honor a Quique. ‘¡Salud, Quique!’, decimos, brindamos entre nosotros y al aire y así empieza cada juntada”, recuerda –emocionado- Rudy Recabarren.
Quique falleció un día después del cumpleaños de Recabarren, el 19 de agosto del año pasado. Tenía 68 años, era jubilado de la Policía y lo aquejaba una enfermedad que –al día de hoy- su amigo prefiere no recordar ni ahondar sobre en qué se trataba.
“El sábado previo nos juntamos en la unión vecinal, compartimos una carne a la masa con empanadas. Ese día ya estaba distinto, raro. El lunes siguiente también nos juntamos y se fue antes porque no se sentía bien. Y a los pocos días falleció”, rememora –emocionado- Rudy.
Además de brindar en su honor cuando se juntan semanalmente a comer entre ellos, los amigos de Villa del Parque han instalado una placa en la parada de colectivos ubicada en esa esquina de Revolución de Mayo y Lautaro. Y, cuando sus rutinas se lo permiten, hasta comen unas empanadas al paso en esa esquina, la misma donde está la plaquita y en la que se juntaban desde niños y adolescentes.
“‘Quique’ Ruíz. Nos entristece tu partida… Pero estamos felices por haberte conocido y por cada uno de los momentos que compartimos contigo. Vamos Nomás Amargo”, se lee en la emotiva placa, firmada por “Tus Amigos de la Villa del Parque” y con la fecha del 19 de agosto de 2022, día en que Quique se fue de este mundo para mudarse definitivamente en el corazón, los recuerdos y las anécdotas de sus amigos”.
Porque un amigo es una luz...
El grupo de amigos de “Budy”, Hugo y “Quique” es por demás heterogéneo. Uno de ellos trabaja como penitenciario, otro se desempeña en la Dirección de Parques y otro es herrero, además de “Budy” –quien trabaja en la comuna de Godoy Cruz- y Hugo, que además de sus actividades diarias, es también entrenador en una escuelita de fútbol.
“Nos conocemos desde hace más de 55 años y a todos nos une el barrio y la amistad que hicimos allá cuando éramos chicos. Eso es también lo que respetamos y nos mantiene unidos, ya que –como en cualquier grupo- hay diferencias”, sintetiza “Rudy” Recabarren.
Cuando el hombre de 61 años habla de diferencias, enumera todos los ítems que suelen despertar estos encontronazos: ideología política, fútbol y hasta religión. Pero el sentido de pertenencia hacia Villa del Parque, uno de los barrios más antiguos del Oeste de Godoy Cruz –sino el más antiguo- y la destacable amistad que entablaron desde que tenían 10 años (y antes también) es lo que los une y rompe cualquier barrera y diferencia.
De hecho, muchos de ellos –por los rumbos que siguieron sus vidas- se fueron de Villa del Parque, pero los asados, las reuniones sociales, la unión vecinal y hasta los partidos de fútbol (que aún juegan quienes todavía pueden hacerlo en el grupo) los mantienen unidos y sin haberse ido del todo. “Ahora estoy viviendo en el barrio Cooperativa Eva Perón, también de Godoy Cruz, pero siempre estoy en la Villa del Parque. No sé si la palabra es que volví, porque en el fondo nunca me fui”, reafirma Fabián Recabarren, citando –a su manera- aquel viejo proverbio tanguero.
En la parada del micro, en cada brindis y en los corazones
En su adolescencia, el punto de encuentro del grupo de amigos era la ya mencionada esquina de Revolución de Mayo y Lautaro. Allí está la parada de colectivos donde, desde hace poco menos de un año, sobresale también la placa que recuerda y homenajea a Quique.
“Estábamos todos en la primaria y en la esquina se juntaba el grupo. Algunos compartimos la secundaria después, y también nos seguimos juntando con los que tuvieron que irse. Estamos los hinchas de Gimnasia, de Independiente, de River y de Boca. Y, cuando le toca perder a tu equipo, ¡imaginate lo que son las cargadas! Pero siempre está el respeto y la amistad ante todo”, agrega, sonriente, “Rudy”.
Si bien el vínculo no se cortó nunca, hace más de 5 años que el grupo de amigos de toda la vida agregó un ritual a sus reuniones: un asado semanal. Primero era los jueves, actualmente se trasladó a los viernes. Y, por lo general, es la casa de Hugo Mansilla la guarida para esta reunión. Y es en ese contexto en que, hace poco menos de un año, alzan la copa al aire para brindar con y por “Quique”.
“El asado es la excusa, porque en realidad la juntada es para reírnos de las anécdotas, de las vivencias. Repetimos 20 veces lo mismo, ¡y siempre sale algo nuevo!”, cuenta Recabarren, quien aclara que –cuando pueden- mantienen además reuniones cuasi espontáneas en la parada donde está la placa de “Quique”.
“Nos hemos seguido juntando religiosamente y de forma ininterrumpida. Y en cada juntada -y desde su muerte-, el brindis previo a comenzar con todo es por Quique”, repite.
Quique era uno de los amigos más grandes del grupo, y tanto “Rudy” como Hugo coinciden en que esa unidad y amistad es de las cosas más lindas que les dejó –y les deja- el barrio.
“Me pone muy contento que se respete el cariño, que se mantenga la amistad y su esencia”, concluye Fabián “Rudy” Recabarren.