La historia de un grupo de mujeres que creó un merendero en Alto Salvador, que resultó destruido el año pasado luego de un fuerte ventarrón, trascendió Mendoza y llegó nada menos que a Canadá para darles a sus fundadoras una sorpresa que las hizo estallar de alegría.
La nota publicada en Los Andes el pasado 4 de diciembre describía las vicisitudes de muchísima gente en situación de extrema pobreza, así como la labor solidaria de siete mamás. El artículo fue leído por Graciela López, una inquieta líder tandilense radicada desde hace 27 años en la ciudad de Bradford, al norte de Toronto, Canadá.
Con el artículo vía online, chequeó los datos a través de algunos contactos en Mendoza y comprobó que las dificultades que atravesó el comedor durante todo el invierno, como instalar la cocina a la intemperie para alimentar a más de 150 personas, eran ciertas.
Graciela se interiorizó sobre la labor de este merendero sin banderas políticas llamado “Madres unidas” y se conmovió cuando supo que hasta el techo de nylon se había volado y que, no obstante eso, nadie se había dado por vencido sino, por el contrario, habían seguido adelante.
Junto a su equipo de Canadá, que presta ayuda en distintas comunidades, entre ellas aborígenes e hispanoamericanas, Graciela inició una campaña para recaudar fondos.
Así, este domingo se realizará un multitudinario almuerzo navideño -se calcula la presencia de 160 personas- que incluirá una canasta completa para cada familia, pañales para las futuras mamás y juguetes para todos los chicos.
Habrá, además, algunas sorpresas más que Graciela contó vía WhatsApp a Los Andes pero dijo que prefiere mantener la expectativa.
“Hubiese dado lo que fuera por viajar y poder participar de ese momento en Alto Salvador, pero debemos respetar las restricciones”, dijo la mujer, que se define como “una argentina con un corazón sin banderas, religión ni fronteras que ama el voluntariado y sufre con el dolor ajeno”.
Lo cierto es que apenas la noticia se hizo pública, un colega suyo nacido en Mendoza le sugirió volcar allí una de las tantas colectas que ella encabeza. “¡Cuánto dolor me producen los chicos que pasan hambre, los abuelos en soledad, las mamás que esperan hijos en este contexto tan particular!”, exclamó.
Un día inolvidable
El almuerzo será a las 13.30 de este domingo e incluirá una hermosa vajilla, manteles y una mediasombra nueva y adecuada. La entrada serán empanadas y, como plato principal, se ofrecerán milanesas con ensalada rusa. Duraznos al natural con dulce de leche será el postre. También se compartirá una torta para celebrar el cumpleaños de una de las integrantes y luego se hará la entrega de juguetes para los chicos.
Natalia Arce, una de la impulsoras, no pudo contener la emoción. Ella, junto con sus hermanas y amigas, levantaron el merendero en 2019, cuando aún sin existir la pandemia el lugar se abarrotaba de gente. “Por la falta de recursos, este año no íbamos a organizar nada especial”, confesó. Y agregó: “Estamos felices limpiando el frente y acondicionando el lugar para que sea un día inolvidable”.
Natalia dijo que jamás imaginó que su precario merendero creado a pulmón iba a trascender los límites de la Argentina. “Simplemente, gracias. Gracias a Los Andes, que hizo de intermediario y a Graciela López por su enorme corazón. También a la tecnología que acorta distancias. Me cuesta creer que nuestra obra llegó a Toronto”, señaló.
Los héroes anónimos que dan una mano en Mendoza para que este sueño se convierta en realidad son Virginia Nallin, Facundo Uzarriaga, Martín Gómez, Silvana Di Césare, Daniela Infante y Mónica Mercado.
Claro que sin las mamás, que durante todo el año pusieron el cuerpo, nada de esto sería posible. Además de Natalia Arce son Keyla, Edith y María Luisa Arce, Janet Correa, Johana Cubillo y Estela Cruceño.
“No pertenecemos a grupos políticos. Nuestro lema es ayudar con el alma. Y ahora sabemos que existe gente que piensa igual y que está dispuesta a ayudar”, reflexionó Natalia.
En la nota anterior ella fue quien contó que, cuando el comedor se voló, se ubicaron con las ollas en un rincón donde daba el sol, a la vera de una acequia.
Hoy siguen pidiendo ayuda para que el merendero se convierta en un lugar digno. Necesitan chapas, materiales para la construcción, pisos, aberturas. También alimentos no perecederos, ropa y calzado.
Cómo ayudar
El merendero “Madres unidas” está situado en calle Barrera s/n en Alto Salvador, San Martín. Tel. 263- 4531732.