El sistema sanitario ya da muestras de estrés ante la mayor demanda de internaciones por el aumento de casos de Covid-19. En el hospital El Carmen lo aprecian: las camas disponibles para pacientes con la enfermedad suelen estar mayormente ocupadas y ayer no les quedaba mucho margen. Sin embargo, aseguran que la situación es dinámica y cambia en el transcurso de pocas horas.
“A esta hora quizás me quedan tres o cuatro camas y mañana a la mañana tengo 10, pero estamos siempre con el hospital así”, dijo por la tarde el doctor Oscar Boiero, director del nosocomio de OSEP, la obra social de los empleados públicos.
Justamente por los cambios continuos de escenario se resistió un poco a dar números; pero para tener una foto del momento dijo que de las 80 camas clínicas destinadas a Covid-19 en el nosocomio, cinco estaban libres. En ellas había alrededor de 50 pacientes con neumonía. De las 18 camas críticas para estos pacientes, tenían ocupadas 15 o 16.
“Pero estamos siempre con el hospital así”, dijo Boiero al destacar que es un efector que suele tener alta ocupación y que el promedio habitual es de 92%, lo que incluye la zona Covid.
El médico explicó que de las 80 camas clínicas para Covid, “el hospital funciona con entre 50 y 70 por día de ocupación y se trasladan entre 15 y 20 pacientes por día; en terapia intensiva tenemos 18 con una ocupación que anda siempre entre el 75 y el 80%”, detalló.
En el Ministerio de Salud reconocen que entre los efectores del sector público es el que tiene mayor ocupación, entre otras cosas, por la cantidad de afiliados, que superan los 400.000.
Pero el resto tampoco está tan holgado. Hasta el 20 de agosto la ocupación de camas críticas en el sistema público en el Gran Mendoza era de 70,59% y los positivos detectados siguieron en aumento. En tanto, sobre un total de 350 que hay en toda la provincia, estaban ocupadas 61,29%.
“Nosotros estamos con ocupación plena”, dijo con preocupación a Los Andes un referente de la Asociación de Clínicas y Sanatorios privados. “La ocupación de camas en los principales efectores está aproximadamente en un 85% de UTI (unidades de terapia intensiva) y 90% en sala común”, detalló.
Dinámico
“Ya hemos estado cercanos al límite y hemos bajado y ahora nos hemos acercado de nuevo”, dijo Boiero para expresar cuánto cambia la situación de un momento a otro. Pero al mismo tiempo se desnuda el estrés sobre el sistema.
“El flujo de camas varía porque la dinámica del hospital cambia con tantas derivaciones”, explicó. Cuando un paciente muestra mejoría, se trata de derivarlo a una atención menos compleja para preservar los recursos del hospital, de mediana y alta complejidad, para quienes los requieran. Así, con la posibilidad de derivar a domicilios, hoteles y gracias a contratos con efectores privados, el movimiento de pacientes es constante.
Hay que recordar que el Ministerio de Salud de la provincia habilitó la posibilidad de que quienes cursan la enfermedad con cuadros leves o asintomáticos, y si las condiciones lo permiten, puedan quedarse en su casa.
Pero también incide que entre los afiliados hay una gran proporción de adultos mayores, grupo de riesgo ante la infección con el virus Sars CoV-2 y quienes tienen más chances de evolucionar a un cuadro grave. Por ello, se internan y es más probable que requieran una estadía más prolongada con asistencia más compleja.
“Después del Pami, Osep es la obra social que más adultos mayores tiene”, aceptó Boiero y dijo que la internación por Covid es más larga que una respiratoria común.
