Llegó el día; y aquella historia que comenzó a escribirse el 25 de noviembre de 2016 -cuando salieron a la luz las primeras denuncias por los abusos en el instituto religioso Antonio Próvolo- cuenta desde hoy con un nuevo episodio. A primera hora de este lunes 3 de mayo, en la Sala 4 del Fuero Penal Colegiado de los Tribunales Provinciales comenzó el segundo de los juicios por los abusos sexuales y episodios de corrupción que tuvieron como víctimas a niños sordos y niñas sordas que estudiaban y dormían en el tenebroso instituto religioso que funcionó hasta fines de 2016 en la calle Boedo (Carrodilla).
Y en la primera jornada de juicio, no es mucho lo que se pudo avanzar desde lo procesal. Porque el abogado Carlos Varela Álvarez, uno de los defensores de la monja japonesa Kumiko Kosaka (tiene 7 imputaciones en este debate) insistió en que se declare la nulidad absoluta de este procedimiento. Entre sus fundamentos, el abogado -quien ya había oficializado este pedido y fue rechazado en reiteradas oportunidades- destacó que en 2016, cuando Kosaka fue señalada y denunciada por las víctimas, no contaba con el abogado defensor que le correspondía.
La exposición del abogado comenzó ni bien las imputadas -conectadas las 7 de forma remota y sin estar presentes en la sala- terminaron de identificarse a sí mismas. En ese sentido, no pudo siquiera procederse a dar lectura de las imputaciones de las acusadas. A ello se suma que Varela Álvarez no concluyó en esta jornada la presentación del pedido, por lo que se reanudará mañana.
Además, el letrado volvió a recusar al presidente del tribunal, Horacio Cadile; algo que también ya había hecho durante las audiencias preliminares al inicio del juicio; y que también había sido rechazado. Una vez más, el tribunal -sin la participación de Cadile- deberá expedirse sobre este pedido de cara a la reanudación del debate.
Los Andes intentó comunicarse en reiteradas oportunidades con Varela Álvarez para ahondar en la presentación, aunque sin éxito. No obstante, desde la querella (abogados de las víctimas) insistieron en que se trata de una maniobra reiterada y dilatoria; centrada en pedidos que ya han sido rechazados oportunamente. “La defensa insiste con lo mismo de siempre, por lo que encontramos otra vez los palos en la rueda por parte de la defensa. Y esto ya se convierte en una conducta abusiva”, destacó el abogado Sergio Salinas.
Sin las acusadas presentes
Luego de que entre septiembre de 2018 y noviembre de 2019 fueran condenados cuatro hombres por estos hechos (entre ellos dos curas, todos sentenciados como culpables de los abusos); desde este lunes se encuentran en el banquillo de acusados -o acusadas- 9 mujeres. Ellas son las monjas Kosaka y Asunción Martínez -la primera de ellas está imputada como autora de algunos hechos, mientras que las dos cuentan con acusaciones como partícipes de otros abusos concretados por los ya condenados-; la ex representante legal del instituto, Graciela Pascual; las ex directoras Gladis Pinacca, Cristina Leguiza, Valeska Quintana y Laura Gaetan; la psicóloga Cecilia Raffo y la ex cocinera Noemí Paz. Todas ellas están imputadas como partícipes por omisión (la Fiscalía cuenta con pruebas que evidencian que tenían conocimiento de los abusos y no los denunciaron).
Dado el contexto de pandemia de coronavirus y el delicado momento epidemiológico que atraviesa el país (y, por ende, Mendoza); el segundo juicio que comenzó esta mañana transcurre en modalidad semipresencial. Esto significa que la mayoría de los actores involucrados (además de las 9 imputadas, hay 25 abogados -de ambas partes-, los representantes del Ministerio Público Fiscal, el tribunal de jueces -con dos suplentes-) participarán a diario de las audiencias de forma remota; conectados a una aplicación virtual.
En ese sentido, de la primera audiencia -que comenzó esta mañana- solo participaron de forma presencial Cadile; el fiscal Alejandro Iturbide; el ya mencionado Varela Álvarez, además de otros tres abogados. Mientras que el resto de los protagonistas se conectaron de manera virtual.
Así las cosas, Kosaka, Martínez, Pascual, Pinacca, Leguiza, Quintana, Gaetan, Raffo y Paz estuvieron participando de manera remota del juicio que las tiene como imputadas. En el caso de la monja japonesa Kosaka, al ser la única que se encuentra con prisión (domiciliaria) de las acusadas, siguió la primera audiencia desde el estudio de su abogado.
Presentación y pedido de nulidad
Esta mañana, y luego de algunos obstáculos técnicos referidos a la conectividad, comenzó oficialmente el segundo de los juicios. El tribunal le solicitó a las 9 imputadas que se presenten a sí mismas; por lo que las monjas, la ex representante legal, las cuatro ex directoras, la psicóloga y la ex cocinera procedieron a hacerlo desde los puntos en los que estaban conectadas.
Una vez cumplida esta formalidad, y cuando iba a procederse a la lectura de las imputaciones (entre todas las mujeres suman 10 imputaciones), Varela Álvarez hizo la mencionada solicitud.
Juicio maratónico
Siempre con la modalidad semipresencial -detalle que estará directamente vinculado a la situación epidemiológica-, las audiencias se extenderán de lunes a viernes, de 8 a 13; aunque los cuartos intermedios irán también marcando el ritmo de las jornadas.
En total, entre víctimas y testigos, se ha citado a 265 personas para que presten declaración en la causa. En lo referido a las víctimas, son 36 las involucradas en las 3 causas que se unificaron para este juicio; y la intención es que (al igual que en el primer juicio) se reproduzcan una vez más las cámaras Gesell grabadas durante la investigación de la causa y que los jóvenes no declaren nuevamente sobre los episodios de abusos que vivieron (para evitar revictimizaciones). Para este juicio son 52 las cámaras Gesell definidas para que se reproduzcan.
La gran cantidad de testigos ha derivado en que haya audiencias confirmadas, al menos, hasta el mes de octubre. No obstante, en los pasillos de tribunales no descartan que el juicio pueda estirarse hasta el año de duración. A ello se suma que, además de los 3 intérpretes de Lengua de Señas Argentina (LSA) oficiales y que intervienen en la causa desde el primer momento; habrá otros 2 intérpretes de parte (es decir, aportadas por la defensa)
Los cuatro condenados
El 25 de noviembre de 2019, el mismo día en que se cumplían los 3 años desde que el mayor caso de abuso eclesiástico de la historia de Mendoza saliera a la luz; se conoció la histórica condena a los principales acusados.
Ese mediodía, los curas Horacio Corbacho y Nicola Corradi fueron condenados a 45 y 42 años de prisión; mientras que el jardinero Armando Gómez fue condenado a 18 año de prisión. Todos fueron declarados culpables de ser quienes cometieron los perversos ataques sexuales.
En septiembre de 2018 -y dentro de la misma causa- ya había sido condenado el ex monaguillo Jorge Bordón. En un juicio abreviado, Bordón reconoció ser el autor de los abusos por los que estaba imputado y recibió una condena de 10 años de prisión.