Sin arreglo: los talleres mecánicos no consiguen repuestos y cada vez son más los “autos dormidos”

Los precios y las dificultades para importar impiden que los proveedores consigan stock. La gente tiende a comprar repuestos alternativos para no quedarse sin auto.

Sin arreglo: los talleres mecánicos no consiguen repuestos y cada vez son más los “autos dormidos”
Gabriel Callejón y Mariano Agra aseguran que les cuesta conseguir algunos repuestos como por ejemplo bombas de agua, filtros y correas de distribución

La situación económica del país, que todo lo toca, no deja afuera a nadie y el sector automotor es uno de los tantos rubros que la está sufriendo. Dólar, inflación, impuestos, importación y especulación, son el combo letal que indefectiblemente resulta en desabastecimiento, precios exorbitantes, y días y días de demoras. Así, los vehículos de los mendocinos pasan meses enteros “durmiendo” en los talleres a la espera de un repuesto. Mientras tanto, proveedores, casas de ventas, mecánicos y clientes viven inmersos en una cadena que les demanda tiempo, esfuerzo, dinero, y mucha paciencia.

Un vehículo está constituido en un 80% de partes importadas, porque no tenemos vehículos que se diseñen y fabriquen acá”, comenzó explicando como punto de partida Gastón Mattus, mecánico hace 20 años y dueño de ‘Mecánica Mattus’, taller ubicado en Las Heras. Santiago Verde, propietario de una casa de repuestos, agrega en el diálogo con Los Andes que “el 90 o 95% de las cosas son importadas, y si falta una pieza hay que rastrear en otras marcas o proveedores”. Para colmo, “producción nacional hay poco y nada, y hay cosas de producción nacional que tienen partes importadas, por lo que también demoran”, manifestó el titular de ‘TC Repuestos’.

En definitiva, proveedores, mecánicos y clientes no tienen manera alguna de evitar los dos grandes problemas que surgen a la hora de arreglar un auto: los precios y la demora. Por eso, como lo resumió Oscar Ponte, mecánico de San Martín, “la gente anda como loca, y cuando le pasa algo al auto se quiere morir”. Lo cierto es que las razones por la que miles de mendocinos sufren para arreglar sus vehículos son numerosas y van de la mano.

En primer lugar, uno de los problemas principales es la falta de insumos en el mercado local. “Hay repuestos que necesitan licencia para ingresar al país, y otros que no. Por ejemplo, las bujías de encendido tienen licencia más flexible, entonces podés traer bujías para cualquier auto sin ningún problema, y la cantidad que vos quieras. Pero si necesitas un embrague para el mismo auto, primero tenés que ver si hay stock”, advirtió Mattus. Y es por eso que “no se consiguen fácil, sobre todo los repuestos de autos de media y alta gama”, indicó Adolfo, que tiene un taller en su casa de Guaymallén.

Santiago Verde, por su parte, coincidió y manifestó que la preocupación de las casas de repuestos “no es sólo vender, sino cómo comprar y conseguir mercadería, que hoy está faltando mucho”. Es que, explicó, los insumos provienen del exterior y antes de llegar al país pasan por varias barreras. Por ejemplo, Mattus contó que “hay repuestos que tienen restricciones de importación, y no podes comprar cualquier cantidad. Entonces ahí ya se hace todo lento: entran al país, pero entran lento”. “En Argentina se fabrican baterías, pero además de ser alternativas y no de alta calidad, no alcanzan a abastecer el consumo que el país tiene, entonces tenemos que importar. Y ahí, el que hace la marca más chica aumenta el precio, si es la única que hay y no vas a conseguir otra cosa”, agregó respecto a la especulación.

Y así es como el mercado del arreglo automotor se sumerge en un círculo vicioso difícil de detener. Los impuestos aumentan los precios y los proveedores no pueden stockearse. Así, clientes, mecánicos y casas de repuestos “se manejan por encargue”. Como si no bastara, las trabas en las importaciones entorpecen el ingreso de la mercadería al país, y allí se detiene el trabajo para todos. “Por ahí nos avisan que hay mercadería que no está entrando. Hay repuestos que han pasado 60 o 70 días y todavía no entran al país, sobre todo con los repuestos originales. Y encima no te respetan el precio porque cuando entran lo hacen a precio nuevo”, expresó Santiago Verde. En el mismo sentido, Mattus dijo: “Lo que compraste hoy dentro de dos meses tenés que consultar cuánto vale, porque cuando lo vayas a reponer tal vez valga el doble o el triple. En 60 días hemos tenido un aumento, te diría, que del 50 al 60%”.

Como consecuencia aparecen los “autos dormidos”, aquellos vehículos que se quedan varados en los talleres esperando una solución. Ponte, de San Martín, contó que “he tenido autos dormidos por 3 meses porque no se consigue el repuesto, me ha pasado un montón de veces”. “En los talleres grandes hay como mínimo 6 o 7 autos durmiendo, seguro. Por la demora de los repuestos, porque el cliente no tiene el dinero para repararlo, porque lo que conseguís no es de buena calidad, y así vas sumando y se hace una bola de nieve gigante”, expresó Gastón Mattus. “Si los vehículos quedan durmiendo en un taller, no pueden salir a trabajar”, agregó, además de resaltar que no sólo arreglan autos particulares sino también taxis, ambulancias y móviles policiales, entre otros.

De esta manera entran en escena los repuestos alternativos, la “opción barata” de volver a poner en la calle a un vehículo. “La gente busca precios, porque es muy caro arreglar un auto. Hoy en día arreglar un auto no baja de 30 mil pesos. Un choque normal te sale 70 mil pesos: el otro día me llegó una camioneta y se gastó eso, y sólo había que cambiarle radiador y paragolpe”, reveló Oscar Ponte. Mattus también contó su experiencia reciente: “Si hablamos de una sonda lambda para un Ford Ka modelo 98, el repuesto original sale $17.000, y un alternativo sale $3.500. Es por eso que, para Adolfo, “la gente está tendiendo a comprar los repuestos, sobre todo de los más caros, en algún desarmadero, de autos que estén chocados y dados de baja. No es lo más recomendable”.

Si en algo coinciden todos los mecánicos es que el uso de repuestos alternativos “nos influye a nosotros en el trabajo porque es algo que puede quedar mal o durar poco”, como indicó Ponte. Verde confirma que “hay repuestos que son muy, muy caros, y tenés que tener una opción más económica”, y aseguró que “hay gente que puede y paga, y otra que no puede y elige poner el barato, y que le dure lo que le tenga que durar”. “Ahí aparece el ‘no puedo pagar el que vos me pedís, yo consigo uno más barato’, uno que vale la mitad y es como un petardo, te explota en la mano. El costo del repuesto no es proporcional a la durabilidad. Yo no te puedo asegurar que te dure, porque a lo mejor lo pongo y falla; o se va de acá, hace unos kilómetros, se revienta y rompe todo, y entras en un problemón”, detalló Gastón Mattus.

El mecánico de Las Heras continuó y fue contundente: “Si el repuesto alternativo no funciona vas a tirar plata a la basura, porque no te lo van a devolver ni reconocer. Pero la idea de hacer una reparación a consciencia es poder hacer un trabajo, dar garantías y asegurarse de resolverle el problema al cliente. Y así yo podría cobrar lo que corresponde, y seríamos todos felices”, concluyó. En conclusión, más que los repuestos de un vehículo, el dilema parece estar en el arreglo de la mecánica de un sistema entero, mucho más amplio que el más grande de todos los autos.

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